Un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí que funciona como un todo. Sistema 0 se presenta así desde el título como un conjunto que conjuga diversos componentes que van a estar interrelacionados. En el sistema, el 0 parece una estructura cerrada, una figura ovalada como la tierra, sin inicio ni final, que puede representar tanto el cero inicial como el punto final, vacío, que planteara un momento de reseteo, dando la posibilidad de reinicio, de comienzo de algo nuevo.
Esta primera apertura del
trabajo dirigido por Diana Szeinblum dentro del programa de residencias coordinado
por Silvio Lang, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, se presenta
como un avance de las tres propuestas de investigación entre la danza
contemporánea y los textos de lxs filósofxs francófonxs contemporánexs, que se
verán en los próximos meses.
El comienzo de Sistema 0 es
una invitación al público por parte de la directora Diana Szeinblum y la asesora
teórica Marie Bardet, a dejarse atravesar por la experiencia. “La danza piensa
mientras hace” dicen antes de entrar a un espacio luminoso, con ventanales
abiertos a la luz natural de la tarde.
A partir de varios conceptos
del libro En tiempo de catástrofes: Cómo
resistir a la barbarie que viene, de Isabelle Stengers, Diana le da valor
al lugar de la experimentación como un espacio político y trae el tiempo hacia
el detalle en una invitación a prestar atención.
Lxs intérpretes disponen su
cuerpo sensible sobre un recorte del lugar que está enmarcado por unos focos
que refuerzan el dispositivo escénico. La danza dilata el tiempo.
Los cuerpos se asientan en el espacio, pausan antes de entrar en conexión, en sintonía, en ese estado de percepción sensible. La trama construye imágenes que se desplazan como la estructura elástica de una molécula, una célula o una neurona. Algo de los movimientos recuerda imágenes de laboratorio, como si fuera un micro organismo. Los cuerpos en relación se asemejan a la toma microscópica de algo que se expande y enerva, como un organismo esponjoso, una levadura o nervadura donde todos los cuerpos forman parte. La lentitud y parsimonia de los movimientos invitan a la contemplación.
El desarrollo propone una micropoética
del detalle donde la pausa, la vibración, la energía, lo ínfimo perceptible se
vuelve imprescindible. Y donde nada hay completo o terminado, sino que la experiencia
en sí es una pregunta que se abre a otras.
Como ese plástico que parece
brotar mientras recuerda los peces enredados en la basura marítima o ahogados
en polietileno, y trae a la memoria la destrucción de los mares y el medio
ambiente. Un gesto ínfimo que simboliza la muerte de la naturaleza, su
envenenamiento, y recuerda a la vez, que el ser humano es parte de ella.
Entre esos caminos que se
abren podemos tomar la imagen de la ceguera, que aparece estimulando varios
sentidos: el de un ser humano ciego a lo que sucede a su alrededor, a la “catástrofe”
del mundo y la propia. Y a la vez, el cierre de los ojos para potenciar la
percepción, para apagar el dominio exacerbado de la vista y dar lugar a la
totalidad del sentido del tacto, cuyo órgano principal, la piel, abarca el
cuerpo entero marcando el fino límite entre lo público y lo íntimo.
Finalmente, la ceguera como símbolo
de videncia y sabiduría, esbozando un
llamado a la capacidad de ver más allá, entre los conceptos que danzan y una
danza que hace pensar.
Qué: Sistema 0
Quién: Diana Szeinblum
transduce En tiempo de catástrofes: cómo
resistir a la barbarie que viene de Isabelle Stengers.- Performers:
Margarita Molfino, Alina Marinelli, Eugenia Roces, Pablo Castronovo, Andrés
Molina.- Colaboración artística: Jazmín Tesone.- Asistente técnico: Pigu
Gómez.-
Dónde: Centro Cultural de la
Memoria Haroldo Conti
Cuándo: Sábado
4 y domingo 5 de septiembre / 16 HS
PRÓXIMAS APERTURAS: Silvio
Lang «Intimidad de lo común»
Apertura Pública: Sábado 25
de septiembre y sábado 2 de octubre / 20 HS