La propuesta ocupa una parte de ese espacio conocido como Impa, la fábrica recuperada que va ganando cada vez más lugar en una ciudad donde recuperar lugares se está convirtiendo en parte de la propia idiosincrasia (por suerte).
Tres hombres: un músico integrado como performer y dos bailarines, son los que dan cuerpo y espíritu a Va.
En uno de los pisos de la fábrica a la que el público accede prácticamente a oscuras, se produce el intercambio entre actor y espectador. Este es ubicado en un extremo de la sala donde se pondrá en juego el movimiento. Los intérpretes se introducen en penumbras y van ganando terreno junto a la iluminación que los acompaña y colabora para perfilar a esas formas que se mueven en la escena.
Dos hombres en estado animal se presentan, desarrollan una especie de evolución de insecto, saliendo de sus crisálidas y tomando nuevas formas. Entre ellos se produce un encuentro que es lúdico unas veces y competitivo otras. Bailan juntos o combaten. Parece hasta nacer una histeria femenina en el juego, donde van y vienen, se persiguen, se abrazan, se pegan, se corren.
Es una danza de hombres. Es una relación entre hombres. ¿Cómo es el amor entre hombres? ¿Cómo podría expresarse en toda su complejidad masculina sin definirse ni catalogarse? ¿Cómo se baila esa expresión?
Ellos vuelcan toda su energía en la danza, en el intercambio. Entre la música y los bailarines, entre los interprétes que danzan. La música llena la austeriad espacial con su bella creación, al igual que las luces, ideadas con sensatez y astucia.
El espacio es abarcado en toda su extensión, dejando un poco descuidado al espectador que por su ubicación se pierde parte de la propuesta, siendo obstruida su visión por algunas columnas de la sala.
Los bailarines despliegan un nivel de compromiso profesional que solamente en una parte se ve un poco abandonado. Sucede con la inserción de un momento delirante que parece un desfile donde los intérpretes compiten hasta llegar al contacto físico agresivo (aunque parodiado) y que, si bien le da un aire bizarro a la propuesta, se ve algo desaliñado en relación a lo que vienen construyendo.
Por lo demás, es para disfrutarla y compartirla.
Qué: Va
Quién: Intérpretes: Ramiro Bailiarini, Emiliano Formia.-Músicos: Daniel Figueroa.- Vestuario: Johanna Braña.- Diseño de luces: Mariano Arrigoni.-
Diseño sonoro: Daniel Figueroa.- Fotografía: Ailin Formia.- Asistencia de dirección: Mariana La Torre.- Coreografía: Ramiro Bailiarini, Mariana Carli, Emiliano Formia.- Dirección: Mariana Carli
www.va-nov2008.blogspot.com
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