lunes, 29 de abril de 2019

CLAUSTROFONÍA


El nombre que titula esta pieza nos remite a la palabra claustrofobia pero fonía, el sufijo utilizado acá, indica sonido, voz. Esta conjunción inventada nos lleva a otro sentido que podría conjugar el miedo a los espacios cerrados con el sonido, en una especie de encierro sonoro.
Al entrar a la sala se percibe movimiento. Las butacas están dispuestas alrededor de un espacio rectangular donde hay un par de columnas. Todo envuelto en oscuridad. Varios hilos circundan el espacio y dejan al público dentro de esa maraña que construye una especie de red.
Una mujer tirada en el piso permanece quieta. Al levantarse, la silueta dibujada sobre el suelo muestra una forma que emula una escena del crimen. Única mujer cuyo cuerpo vestido de una claridad elegante contrasta frente a la ropa de operario de los hombres.
Suena un instrumento extraño y la danza sucede generando imágenes diversas. A veces una masa humana caótica. Otras son animales o jugadores de rugbi. Cierta rudeza asociada a lo masculino antes de la deconstrucción. Algunos textos brotan como gritos produciendo un desborde auditivo catártico.
Los cuerpos se apoyan, se tocan, se impulsan de maneras diferentes. Danzan en medio de la experimentación sonora. La música proviene del Bajobony[1], un instrumento que es como un mueble y que tocan dos hombres en un extremo de la sala. Sus cuerdas vibran mientras la música y los hilos rodean al espectador y a los intérpretes.

El espacio se vuelve cada vez más pequeño, más complejo, más cargado.
En el grupo que danza, el contraste con la mujer se evidencia pese a los intentos de ella de sumar la misma calidad de movimiento. El vestuario, el pelo largo y suelto, la forma en que los hombres la tocan. Todo marca una diferencia, no sabemos si de roles, de energías, de géneros. Una diferencia que tensiona.
Claustrofonía es una propuesta donde lo sonoro se multiplica en el lugar, atravesado por líneas, salpicado de danzas. Un viaje de sonido y trazos que terminan cerrándose. Una maraña de sensaciones que envuelve al espacio escénico al completo, aunque la podadora avance cortando el enredo.

Qué: Claustrofonía
Quién: Idea: Francisco Casares, Mauro Koliva, Laura Peña Nuñez.-Intérpretes: Lucas Coria, Julián Dubié, Juan Manuel Iglesias, Josefina Imfeld, Carolina Mathias, Paula Zacharías.- Vestuario: Juan Manuel Iglesias.- Diseño de luces: Adrián Cintioli.- Video: Paula Zacharías.- Música original e interpretación en vivo: Francisco Casares, Mauro Koliva.- Dibujos: Mauro Koliva.- Diseño gráfico: Francisco Casares.- Dirección: Laura Peña Nuñez.-
Dónde: El Sábato Espacio Cultural.-  Pres. José Evaristo Uriburu 763
Cuándo: viernes 22 y 29 de marzo a las 21hs


[1] Bajobony es el proyecto sonoro del artista visual Mauro Koliva, cuyo centro es un instrumento de cuerdas electroacústico de grandes proporciones que despliega una sonoridad espesa -entre noise y drone ambient- amplificada y procesada por pedales de efectos. El Bajobony se articula en el espacio como una instalación escultórica capaz de albergar en su interior a una persona.