viernes, 30 de noviembre de 2012

UN ESTEREOTIPO



Una propuesta de danza que reflexiona sobre si misma en un intento por develar y/o desmembrar los estereotipos.
Un solo hombre, desdoblado en la virtualidad de una pantalla con la que interactúa, es quien pone su existencia para dar vida a la escena de la pieza.
Al principio, el bailarín toma el espacio y lo ocupa con sus movimientos que remiten a corporalidades diversas como las del hip hop, la danza contemporánea, la capoeira, las artes marciales o de lucha.
Luego, una sorpresa. La detención del correr de ese tiempo espectacular inaugurado y la intervención de otro personaje que interpela desde su imagen proyectada.
Inicia así otro momento de la propuesta que la hace ver como un ensayo, o un work in progress. Una instancia que invita a la reflexión sobre el mismo acto del crear coreográfico. Donde se exponen y hasta parodian, cuestiones de la dirección, de la puesta escénica, del arte conceptual, de cierto snobismo en el producir artístico.
En medio de eso: el cuerpo. El cuerpo como eje y centro del bailar pero también del existir. Un cuerpo orgánico que se rinde ante las exigencias de la dirección, que explota y expone sus movimientos y dificultades. Un cuerpo que representa y se presenta. Que juega con ser bailarín que actúa o actor que baila, y permite abrir la discusión entre aquellas representaciones denominadas danza-teatro. Que también juega con los límites entre la ficción y la realidad.
En el inicio, la pieza se dirige hacia un lugar de interpelación disparadora para el pensamiento. Luego, bordea el devenir simple exhibición de danza debido a un uso del movimiento que –aunque portador de características interesantes- puede tornarse un poco repetitivo por su extensión.  
Una pequeña luz amenzada de terminar convertida en un auténtico estereotipo.

Qué: Un estereotipo
Quién: Intérprete: Nicolas Besasso.- Música: Fabian Kesler.- Asistencia general: Antonieta Diomedi, Victoria Keriluk, Fabian Kesler.- Dirección: Rocio Antunez Rubio.-
Dónde: Pata de Ganso

viernes, 2 de noviembre de 2012

UN POYO ROJO


El Teatro del Perro vio colmadas sus localidades durante la presentación de esta pieza en el marco del Festival Escena.
En su espacio, dos hombres son más que dos hombres. Son dos animales bellos, dos gallos de batalla, dos ninfas del erotismo masculino, dos campeones del deporte.
La pieza que despliega, con humor y energía, este dúo compuesto por Alfonso Barón y Luciano Rosso, proyecta una luz vigorosa sobre el público.
Desde lo que podría ser un vestuario de algún gimnasio o club, ellos mantienen un diálogo particular de sensualidad y competencia. Un intercambio corporal donde la sexualidad masculina atraviesa los límites de cada organismo hasta barrer con la sexualidad misma.
Se pone en escena una coreografía que no elude el contacto más directo, apuntando al fondo imposible de la unión de dos seres que se provocan y evaden constantemente. Su danza oscila entre la lucha y el deporte.
Entre ellos hay una competencia latente que se cruza de agresividad y juego, características que bien podrían aplicarse a la práctica deportiva.
La propuesta de Un poyo rojo produce un placer kinético. El disfrute de ver bailar, de sentir la fuerza muscular, la transpiración atravesando la piel, el aire de volar en un salto o rodar por el suelo, en el cuerpo del espectador.
El público vive la pieza en su propia musculatura, se mueve, se ríe. Nadie permanece estático (cuestión que no sucede siempre al asistir a una puesta coreográfica).
Y además se pone en escena toda una complejidad del universo de la sexualidad masculina, que deja de lado la creencia de que el hombre posee una sexualidad menos complicada que la mujer. En obras de danza interpretadas por hombres como esta -y otras que están surgiendo en los últimos años- puede verse en escena el desarrollo de un mundo no visto antes. Como si el hombre hubiera exprimido su lado femenino y  lo hubiera desplegado de manera creativa a través de la danza.
Realmente es una pieza para ver y disfrutar de la maravillosa herramienta teatral y creativa que son los cuerpos de estos dos intérpretes.

Qué: Un poyo rojo
Quién: Actúan: Alfonso Barón, Luciano Rosso.- Vestuario: Luz Macías.-
Diseño de luces: Eduardo Maggiolo.- Operación de luces: Laura Abad.- Fotografía: Alejandro Ferrer.- Coreografía: Nicolas Poggi, Luciano Rosso.- Dirección: Hermes Gaido.-
Dónde: TEATRO DEL PERRO.-  Bonpland 800.- Teléfono: 1164261511
Cuándo: Viernes - 22:30 hs -