Cumplir 10 años es un buen
motivo para festejar, más en épocas donde los emprendimientos independientes en
la Ciudad de Buenos Aires tienen tantos obstáculos para sostenerse en el tiempo.
En El Club de Trapecistas sintieron
que era el momento de dar forma a su aniversario. Entonces, bajo la mirada de
Mariana Sánchez, todo el equipo activó su memoria para construir una propuesta
pincelada con escenas de espectáculos anteriores. La receta consiste en una
pizca de Mamushka, otra de Mandalah, un poco de Brumadhia y unas dosis de
Tréptikon, para dar lugar a esta deliciosa torta que hoy nos invita a soplar
sus velitas.
El recibimiento es alegre y
colorido, con divertidas acomodadoras y música que pone al espectador en la
órbita de pasarla bien.
Los números son en su
mayoría aéreos, disciplina que resalta en el Club de Trapecistas (casi una
obviedad), sin embargo hay escenas circenses con malabares de swing, zancos,
acrobacias de suelo y danza.
Toda la propuesta está
planteada desde una puesta en escena teatral que delinea una trama esbozada
sobre una sutil dramaturgia.
Un grupo de mujeres entra
casi atropelladamente en el espacio de la sala con ánimos de fiesta. Una de
ellas lleva un vestido de, otra un regalo, elementos que formarán parte de
escenas a lo largo del espectáculo.
El viaje comienza allí y
será un transporte mágico y onírico a múltiples sensaciones. En eso entra en
juego en gran medida la luz, con sus posibilidades de sombras, de matices, de
resaltador de colores en las técnicas del teatro negro, de proyecciones
fílmicas.
Como si el trasfondo se
apoyara en la luz y el aire, elementos propiciadores de sueños y libertad.
En este traslado hacia la
fantasía, las formas creadas alimentan un ilusionismo que se disfruta con
placer y con asombro.
De la coordinación para
funcionar resalta la organización en equipo, la ayuda con los elementos, la cooperación
en la ejecución de cada número. Lo que transmiten estas escenas donde no hay un
protagonismo que resalte, sino que las particularidades se expresan en lo
grupal, es una linda energía a nivel humano.
Dentro de esa dinámica, son
muy bellas las construcciones grupales, su estética y su fluidez de movimiento;
acompañadas algunas por música en vivo -una cantante lírica que también
participa en la trama esporádicamente- y otros temas, y por una impronta general
con reminiscencias orientales.
Los mantras hacia el final
le dan un toque de misticismo que sirve para coronar la propuesta. El aire
espiritual se expresa como una síntesis de la visión del autor que vuelca en la
construcción onírica de la obra una visión del mundo visualizando las maravillas
humanas a semejanza del espíritu del cosmos.
Varias velas son encendidas
en el fondo de la sala -descubierto al final del espectáculo- en un espacio que
asemeja un viejo templo. Se siente aroma a incienso en el ambiente. Una a una
las llamas se extinguen, la función ha terminado…
Qué: Aniversario
Quién: Compañía Circo Negro:
Elenco: Agostina
Degásperi, Andrea Silva, Luciana Losada, Lucila Rocca, Mariángeles Gagliano,
Maia Bishop.- Cantante: María Teresa Ciarla.- Asistencia técnica: Lucas Ferraro.-
Asistencia coreográfica: Alba
Iruzubieta.- Terapeuta corporal: Pedro Espeche.- Diseño de iluminación: Pablo
Zarfati.- Producción general: Club de Trapecistas / Pablo Zarfati.- Prensa:
Pintos & Gamboa.- Dirección: Mariana Sánchez.-
Cuándo: sábados 21 hs, domingos 20 hs. / Duración: 60 minutos
Dónde: CLUB DE TRAPECISTAS, Ferrari 252.-