En la Sala Alberdi del
Cultural San Martín, varios objetos son dispuestos en la escena para que Quío
Binetti despliegue y transforme pensamientos en mundo. En co-dirección con
Gustavo Lesgart, quien suma el saber de su experiencia, un universo escénico se va creando en una
especie de canon que remite a cierta idea de apuntes, de notas para armar y
desarmar una idea de montaña.
Allí aparece el movimiento
cotidiano, como tarea, donde el cuerpo diseña el espacio a través de la disposición
de elementos, de una función precisa con los objetos. Es un cuerpo que relata
ocupado en relatar. En esa acción maneja la temporalidad con calma, con pausas,
con un tiempo que, en su despliegue, crea el espesor en el que la imaginación se
activa.
La escena compone un cuadro de montaña donde se evoca un paisaje frío, quizás un bosque nórdico, distante, lejano, en donde afloran cierta vulnerabilidad y soledad.
Esta imagen se proyecta como
una animación cinematográfica, para luego tomar cuerpo en la intérprete, gracias a una iluminación que colabora enormemente a imaginar desde una
perspectiva plástica.
Los objetos que intervienen no dejan de tener su carga simbólica generando situaciones de peligro, erotismo y fragilidad.
El cuerpo acciona e interviene
en movimiento, es un cuerpo que crea acontecimiento poético, crea teatralidad. En la plasticidad entre su cuerpo y los objetos, parece un animal en celo, un animal herido, un animal en peligro de extinción.
Por otro lado, la forma
triangular, que puede asociarse a la cumbre de montaña, está llena de significado en
la historia de las construcciones arquitectónicas. Se necesitan tres puntos de apoyo para sostenerse en equilibrio. El número 3, a su vez, simboliza el movimiento
continuo y la perfección de lo acabado. En la cultura medieval cristiana es el número
perfecto de la Trinidad.
El diseño de sonido aporta espesor al universo teatral y forma parte del cuadro total. Es una sonoridad que se
construye en vivo, entre chasquidos, pisadas, aires de ventilador, movimiento
de bolsas, listones sobre el suelo; entre objetos y loops musicales. Entre la
grabación y los movimientos de la intérprete, que concentra la atención
del espectador, y la dirige.
Notas para la montaña es una construcción que se destruye y reconstruye a sí misma en la creación de una espesura visual poética.
Notas para la montaña es una construcción que se destruye y reconstruye a sí misma en la creación de una espesura visual poética.
Una invitación a detener el
tiempo en cada composición, mientras la imaginación se aviva.
Qué: Notas para la montaña
Quién: Creación y dirección:
Gustavo Lesgart / Quio Binetti.- Intérprete: Quio Binetti.- Música: Diego
Vainer.- Escenografía: Mariana Tirantte.- Vestuario: Cecilia Allassia.- Iluminación:
Paula Fraga.- Asistencia artística: Lucía García Pullés.- Asistencia de
producción: Andrea Vergel.- Fotos: Ariel Feldman.- Texto del programa: Jorge Zuzulich.-
Dónde: Centro Cultural San
Martín (sala Alberdi), Sarmiento 1551 piso 6.
Cuándo: Jueves y viernes 20.30.
Hasta fines de mayo.
Duración: 50 minutos
Notas para la montaña es una
co producción con el Cultural San Martín.