martes, 29 de noviembre de 2016

sábado, 3 de septiembre de 2016

BAILÁ, VENÍ, VOLÁ

La propuesta combina elementos del tango, la danza, el teatro y el audiovisual. Recursos que utiliza para contar una historia de amor frustrado pero intenso en una pareja.
Empieza con un video donde un hombre atraviesa una ventana para entrar en lo que parece una casa abandonada. Allí hay un maniquí con un vestido de novia al que el hombre empieza a coserle una rosa.
La atención salta al escenario donde vemos un maniquí como parte de la escenografía, luego una pareja baila tango y el hombre arranca rosas del vestido de la mujer.
Vuelve al video donde el protagonista da de comer una cuerda al maniquí ¿está loco? Es una posibilidad frente al abandono de amor sufrido. Esto da pie para que en la escena veamos después a la pareja interactuando con una soga. Bailan atados mientras se oyen fragmentos de letras de tango.
Así va transcurriendo la obra jugando con los tiempos entre la presencia de los bailarines, que remite al pasado en la historia, y el relato audiovisual que refiere al presente ficcional.
Una idea muy interesante donde el desarrollo del argumento y la edición en el video , por momentos, dispersan y quitan un poco de tensión en la escena, más allá de la interpretación del actor, que se juega en cada situación.
En el escenario, vemos distintos elementos que tienen suficiente fuerza metafórica para crear poesía entre esos dos cuerpos que se debaten en el amor, entre la posesión, las ataduras, los celos y la dificultad para dar libertad, dejar volar al otro sin apresarlo.
La pareja de bailarines exprime con mucha creatividad los símbolos de la relación, desarrollando bellas secuencias de danza que tienen potencia poética. Se ve una sólida pareja.
Ellos dialogan y los tiempos parecen cruzarse en el transcurso mismo de las coreografías, hasta el punto de traspasar el pasado para arribar a un posible presente.

Qué: Bailá, vení , volá
Quién: Intérpretes: Hugo Daniel Gómez, Hugo Mastrolorenzo, Agustina Vignau.- Vestuario: GlorIa Bermudez, MIguel Mancera.- Edición musical: Osky WaVemaster.- Audiovisuales: Javier Alitto.- Fotografía: MIhoko Sakata.- Asistencia general: Debora Mastrolorenzo.- Prensa:Laura Castillo.- Producción general: Hugo Mastrolorenzo, Agustina Vignau.- Coreografía y Dirección: Hugo Mastrolorenzo.- Web: http://hugomastrolorenzo.wix.com/bailavenivola
Dónde: EL GALPÓN DE GUEVARA Guevara 326 Teléfonos: 4554-9877
Cuándo: Sábado - 19:00 hs - 03/09/2016

Entrada: $ 200,00 -

sábado, 27 de agosto de 2016

ANATOMÍA DE UNA RELACIÓN

"EL blanco es el cuerpo, la carta geográfica de los puntos débiles", postula la gacetilla de la obra, en una frase que habla ya de una corporalidad posible.
El vínculo que plantea la propuesta es de a dos, y el viaje por esa anatomía va a sumergirse en los músculos, tendones, huesos, de esa relación.
La sala abierta recibe al público con el protagonista masculino invitando a entrar en el espacio como un ofrecimiento a espiar en su mundo. Está parado con un hueso de fémur en la mano, nos pide apagar los celulares y asegura que ella está bien, refiriéndose a la bailarina por su nombre real, y cruzando las barreras entre la fantasía escénica y la realidad del mundo exterior.
Hojas secas cubren los bordes del espacio. Atrás se ve proyectado un paisaje campestre. La silueta de ella está recortada sobre el campo, iluminada apenas por una luz tenue. Un bloque de heno le da continuidad al paisaje virtual. El marco para la relación es un ambiente bucólico.
Al principio se puede observar claramente que cada uno está en su mundo, en sus percepciones corporales, sus pequeños e íntimos movimientos. Las expresiones del hombre son sonoras, la mujer es silenciosa, y es una diferencia en el tono y carácter de cada uno, que va ir modificándose.
Se produce el encuentro desde el movimiento en el espacio. Juntos de la mano, observan el paisaje, como dos caminantes en la vida. Hay danza y simultaneidad, hay juego y expresividad.
En un simple contacto, un signo apenas, se produce el desencuentro. Las manos que se buscan en tiempos diferidos y no coinciden.
La danza compartida se parte. Surgen imágenes cruzadas, desde el movimiento corporal, entre el símbolo del deseo, de lo prohibido, el sometimiento, el maltrato, los apoyos asfixiantes y las actitudes maternales. Se rompe la armonía. El daño está hecho.
Todo lo que atraviesa la mente como fantasía, puede materializarse en la escena. En el fondo, es ficción.  Por eso, uno puede matar al otro, así como sin querer, como algo que tenía que suceder. Puede destruirlo, abrazarlo, o cubrirlo de diarios, puede dejarlo abandonado o volver, hablarle, cantarle, romperle la cabeza.
Pero ojo, es un juego, ella está bien. Por eso, puede volver a la sonar música, y se puede producir nuevamente el encuentro, la simultaneidad en el movimiento, la coincidencia.
Juntos y risueños danzan, observando el recorrido realizado, los paisajes, esa anatomía del vínculo construido. Porque las relaciones se construyen y también se pueden deconstruir y reconstruir. Y la escena permite jugar con el tiempo yendo y viniendo entre los imposibles y los verosímiles. Permite saltos y re comienzos, muertes y renacimientos. Permite atravesar todo aquello que la vida, por su ser en la linealidad del tiempo, no nos deja desarmar.
Apoyados, uno sobre el otro, como dos seres entrelazados que se sostienen, se deslizan hacia el final.

Qué: Anatomía de una relación
Quién: Coreografía e interpretación: Jorge Martínez, Gabriela Prado.- Diseño de escenografía: Alicia Leloutre.- Diseño de luces: Matías Sendón.- Diseño De Sonido: Gustavo Lucero.- Fotografía: Ana Carolina Naranjo Rojo.- Dibujos: Érica Santamarina.- Asistencia general: Mailen Briatore, Rodrigo Pedrosa.- Duración: 50 minutos. Web: https://www.facebook.com/anatomiadeunarelacion
Dónde: EL CAMARÍN DE LAS MUSAS Mario Bravo 960  Reservas: 4862-0655
Cuándo: Domingos 20 hs (hasta el 28/8). A partir de septiembre: Jueves – 21:30 hs

Entrada: $ 180,00 / $ 130,00 – 

COSAS QUE PASAN

“Todo pasa” dicen las antiguas filosofías y es algo que podemos constatar cotidianamente en la experiencia. La vida pasa y todo lo que hay en ella. Por eso mismo es bella, aseguran algunos.
Aquí el título se presenta casi como un aviso. Cosas que pasan. Anuncio que sirve de disparador para que uno se pregunte ¿qué cosas pasan? Las situaciones presentadas pasan, los objetos pasan, las acciones pasan, los sonidos pasan, los cuerpos pasan. Todo pasa frente a los ojos del espectador. La misma obra pasa. Ambos, intérpretes y público, pasan.
La frase guarda cierta intención de quitarle peso a las cosas, de no preocuparse porque todo pasa y esto también pasará.
El pasar indica temporalidad. El tiempo pasa. Lo que nos remite a la vez a la impermanencia, nada queda, todo transcurre, se desliza, se va.
En escena las cosas suceden, los intérpretes muestran todo lo que se les ocurre que pueden hacer con un objeto tan simple y cotidiano como una silla, sus cuerpos se lanzan, arriesgan, arremeten, ruedan, equilibran.
Se construyen situaciones corporales presentando el gesto antes del gesto. Como si lo situaran desprovisto del contexto que les da sentido, para luego construir el relato en el que esos cuerpos se ubicaron y poder significarlos.
Ellos manejan objetos con un dispositivo que los posiciona como performers y técnicos utileros al mismo tiempo. Narran fragmentos de historias cuyos significados se esfuman entre sonidos y elementos que cada espectador hilvanará para su entendimiento.
La palabra está presente deslizándose como un subtítulo cinematográfico, mientras un relato va cambiando hasta su negación. La palabra se vuelve poética en las imágenes que anhelan “cuando las raíces de los árboles se hundan en los sueños”. La palabra dicha por seres humanos que hacen, que modifican su contexto, que lo alteran. Asoma una veta ecológica en la pregunta sobre qué pasaría “si la naturaleza opinara sobre nosotros”. Y las ramas muertas son puestas en escena recreando un bosque ficticio.
Cosas que pasan son las que nos rodean, las realidades construidas, las ficciones que se viven cada día, las palabras y los cuerpos.
Algunas propuestas escénicas nos invitan a pensar, nos dimensionan fragmentos de la vida, momentos de la mente, ideas fugaces. Luis Biasotto toma la batuta y junto a parte del grupo Krapp y otros ‘perfobailadores’, inducen a transformarnos bajo los efectos de la “nube tóxica” y la maquinaria teatral.
Construyen las metáforas necesarias para seguir con la existencia fugaz.

Qué: Cosas que pasan
Quién: Interpretación y creación: Luciana Acuña, Luis Biasotto, Gabriel Chwojnik, Gabriela Gobbi, Agustina Sario, Matthieu Perpoint.- Concepción musical: Gabriel Chwojnik.- Escenografía: Ariel Vaccaro.- Diseño de iluminación: Matías Sendón.- Asistencia de iluminación: Sebastián Francia.- Vestuario: Gabriela A. Fernández.- Revisión y asesoramiento de texto: Mariano Pensotti.- Trailer: Alejo Moguillansky.- Asistencia general: Paula Russ.- Producción general: Gabriela Gobbi.- Fotos: Néstor Barbitta.- Producción delegada en Francia: Bureau CoKot / Julie Le Gall & Hanna El Fakir.- Producción: El Cultural San Martín, "La Villette-Paris -Residences d'artiste 2015".- Idea y dirección: Luis Biasotto.- Prensa: PINTOS & GAMBOA
Dónde: CENTRO CULTURAL SAN MARTIN (sala B), Sarmiento 1551 Reservas 4374-1251/59 (int boletería 2241) o tuentrada.com

Cúando: Viernes y sábados 22 hs. Hasta el 27 de Agosto inclusive. 

sábado, 20 de agosto de 2016

EL LABERINTO DE LA HISTORIA

La danza argentina crece, se mueve, investiga, y sus resultados son piezas más que interesantes que nos permiten pensar como sociedad desde el movimiento y su historia danzada.
El laberinto de la historia abre una puerta hacia nuestro pasado para hacer un recorrido particular. Su consecuencia es un propuesta dinámica fruto de una investigación parida por dos coreógrafas y licenciadas de la Universidad Nacional del Arte.  
El espacio de Centro de Experimentación del Teatro Colón, un subsuelo que, salvando las distancias, recuerda ámbitos off de la ciudad, es afín a la realización de este recorrido que plantea la propuesta.
Como una visita guiada con historia y movimiento, se desarrolla esta experimentación danzada, guionada y aventurera.
Se trata de atravesar en cuerpo y escucha, un archivo sobre la danza y el movimiento que realiza un recorte de la historia de la danza clásica, del ballet del teatro Colón y del contexto histórico. Seguir el laberinto documental de la danza hecho presente en los bailarines de hoy.
Bailarines cuyos vestuarios, al inicio de la obra, recuerdan ropas de trabajo. De esta manera podemos refrescar que ser bailarín, coreógrafo, docente, investigador, en el ámbito de la danza, es un trabajo como cualquier otro. Y como tal, merecen ser reconocidos sus derechos.
Acompañados de un relato que los introduce en el tema, el público es invitado a descubrir este recorrido histórico con imágenes de archivo, voces en off, que son parte de la historia del ballet del Colón, y reconstrucciones de fragmentos a partir de relatos testigos.
La propuesta es lúdica y didáctica, además de poner de manifiesto cuánto falta caminar en el trayecto de la investigación de la danza en el país. También da cuenta de qué bellas obras pueden hacerse tomando la historia como disparador, y las diferentes y múltiples formas coreográficas que una investigación en danza puede tomar.
Algo fugaz como la danza queda en la memoria de los cuerpos. Y los bailarines traen al hoy esos recuerdos, prestándole esqueleto, sangre, articulaciones y músculos, a la fugacidad.
Por eso, la danza, cuyo médium es el cuerpo y el movimiento, tiene mucho para decirnos de nosotros, de nuestro contexto y de la historia que vivimos como individuos y como pueblos. Ya lo expresa el dicho popular, “una imagen vale más que mil palabras”.
Miremos ese cuerpo que danza, que es un cuerpo social, y nos veremos.
Qué: El laberinto de la historia

Quién: Autoría e Idea: Laura Figueiras, Carla Rímola.- Intérpretes: María Julieta Albornoz, Agustina Annan, Carla Bugiolachi, Daniel Antonio Corres, Daniel Antonio Corres, Javier Crespo, Carolina De Vega, Liber Andrés Franco, Javier Antonio Galeano, Juan Salvador Giménez Farfan, Martín Esteban Gómez Sastre, María Florencia Gómez Vara, Janice Verónica Iandritsky, Paulo Salvador Jiménez Verón, Florencia Macché, Emilia Massacesi, Emmanuel Luis Adrián Palavecino, Mauro Podesta, Camila Isabella Puelma Wright, Anahí Soledad Rios, Gonzalo Tomas Rojas Hoffens, Maria Taglioni, Lola Vera Tavano, Abril Lis Varela, Magdalena Vázquez Sanjurjo, María Agustina Videla Di Giácomo.- Vestuario: Paula Molina.- Iluminación: Matías Sendón, Alfonsina Stivelman.- Música original: Pablo Berenstein.- Fotografía: Mariela Garcia.- Asistencia coreográfica: Cintia Dattoli.- Asesoramiento histórico y Colaboración artística: Laura Papa.- Asistente de producción: Ezequiel Barrios, Eugenia Cordera.- Dirección artística: Roxana Grinstein.- Co-producción: Bienal Arte Joven Buenos Aires, Una, Cetc.- Dirección: Laura Figueiras.- 

domingo, 31 de julio de 2016

CUMBIA DE CÁMARA

"...la embriaguez de la comunidad en una fiesta, el secreto de la pérdida de la personalidad entre la multitud, de la unio mystica de la alegría..." H.H. (gacetilla de la obra)
El título mismo contrapone en sí aquello que es popular y masivo como la cumbia con una práctica minoritaria como lo es la música de cámara. Esta música refiere a la composición por un pequeño grupo donde cada uno ejecuta una parte, siempre en contacto visual y sin director, en un espacio reducido.
Es una propuesta vinculada a la cumbia realizada por pocos intérpretes, pero sí cuentan con la mirada directriz de la bailarina y coreógrafa Julia Gómez.
Mientras el público se acomoda en la sala, los intérpretes están en escena con unos trajes blancos como si fueran batas para entrar a quirófano. Con ello, dan cierta imagen aséptica mientras realizan con el cuerpo movimientos entrecortados, espásticos. Una luz de fondo proyecta sombras y marca las siluetas.
Son cuatro intérpretes los que construyen, con un ritmo suave y común, una música de cámara que tomará los ritmos de la cumbia. Pequeña composición sonora visual marcada por el compás de sus cuerpos y voces.
Al quitarse los trajes blancos, vemos que llevan ropa vistosa, brillante, fresca. Afín al ambiente que quieren emular. La música que suena cruza la cumbia con diferentes distorsiones, y desde allí se suceden las escenas.
Se pueden ver construidas situaciones diversas. Un momento sensual de pareja, de seducción, pero siempre manteniendo cierta distancia. Un solo de mujer en escena, donde la mezcla con otras bases rítmicas tornan más discotequera la atmósfera. Una escena de banda de cumbia, en la que bailan y tocan, vestidos con unos chalecos brillantes que los unifican como grupo. O un sutil homenaje a Gilda recitado, sobre un fondo sonoro que recuerda su tema.
Todas formas de representar el evento cumbia, como explica su directora, que llegó a construir esta propuesta luego de una extensa investigación sobre el tema.
El poder de lo popular que convoca se percibe en esta pequeña pieza de cámara a través de la potencia sencilla de la cumbia.
Luego de presentar a los miembros del grupo como si fuera el final de un recital de una banda, invitan al público a bailar, a tomar parte del impulso latente en la musicalidad de la cumbia.
Cierra la obra con esta propuesta abierta de celebración, cuyo final dilatado plantea al teatro como fiesta popular y acerca la danza a los cuerpos expectantes de la platea, a compartir físicamente el momento y disfrutar la potencia de la vida.

Qué: Cumbia de cámara
Quién: Autoría y Dirección: Julia Gómez.- Actuación: Gastón barroso, Juan Salvador Giménez Farfan, Julia Gómez, Janice Iandritsky.- Diseño de vestuario: Aty De Summa, Micaela Franzel.- Diseño de luces: Lucas Lavalle.- Video, Fotografía, Diseño gráfico y Producción general: Lucio Bazzalo.- Música original y Dirección musical: Federico Salgado.- Asistencia artística: María Gómez.- Asistencia de dirección: Barnardita Dirazar, Luciana Williman.-
Dónde: EL PORTON DE SANCHEZ Sánchez de Bustamante 1034 Teléfonos: 4863-2848.- Web: http://www.elportondesanchez.com.ar/

Cuándo: Sábado - 23:00 hs.-

sábado, 30 de julio de 2016

LA CORPORACIÓN

Esta pieza de danza es un bello despliegue de la dupla Cortés/Fontán, jóvenes coreógrafos y bailarines que ya concentraron la atención con su anterior trabajo Los cuerpos.
La pieza presenta, al inicio, una construcción humana que se mueve tenue y acompasada como una respiración. El grupo semeja una célula, o un organismo pluricelular. Todos sus miembros permanecen en contacto, ínfimo pero palpable, se observan, apenas se tocan, se sienten. Una conexión que los lleva a moverse casi al unísono.
La corporación es una agrupación de micro organismos humanos, seres vivos que se comunican mediante sinapsis ocultas de percepción sensible.
Su danza es orgánica y simple, a la vez que da cuenta de complejos mecanismos de la naturaleza como la reproducción, la fagocitación, la expulsión de aquello que represente un peligro potencial para el organismo. Aires de antropofagia soplan en este núcleo agrupado.
Con una iluminación cuidada que genera climas de microbiología cinematográfica, la pieza de danza se desplaza en el espacio oscuro de la sala exhalando su movimiento hacia el público.
La imantación hacia uno de ellos, la selección de otro, la retroalimentación, la expansión del grupo o la implosión, son mecanismos que accionan los momentos de danza. La iniciativa puede provenir de uno que llega de afuera o del que resulta expulsado, pero el movimiento es colectivo. Hay tal escucha entre los intérpretes que casi no se percibe dónde comienza o termina el impulso.
La corporación es una asociación de personas que funciona como un organismo sistematizado. Estructura oval que parece ser el punto previo a la formación de otras organizaciones, como la fundación de Roma (con una leve alusión al mito de la loba que alimenta a los gemelos Rómulo y Remo) o el nacimiento de la humanidad a través del parto del primer hombre y la primera mujer.
Una propuesta coreográfica cuyo ritmo orgánico lleva al público a formar parte del suceso mediante su respiración acompasada, y disfrutar del contacto como si formara parte de la escena.

Qué: La corporación
Quién: Actuación: Ariel Calderón, Jazmin Cañete, Victoria Castelvetri, Julieta Ciochi, Luci­a Giannoni, Diego Gómez, Juliana Gonzalez Carreño, Natalia López Godoy, Paz Masi, Rocío Mercado, Mauro Podesta, Sebastián A Reinoso Salinas, Lucila Sol, Abril Lis Varela, Emanuel Zaldua.- Diseño de luces: Paula Fraga.- Video: Ignacio García Lizziero, Federico Perez Gelardi.- Música original: Martin Minervini.- Operación de luces: Paula Fraga.- Fotografía: IgnacIo Cángelo.- Diseño gráfico: Julia Moscardini.- Asistencia general: Lucia Giannoni.- Dirección:  Ramiro Cortez, Federico Fontan.-
Duración: 50 minutos
Dónde: TIMBRE 4 México 3554 Reservas: 4932-4395  Web: http://www.timbre4.com

Cuándo: Jueves - 22:30 hs - Del 04/08/2016 al 25/08/2016

martes, 19 de julio de 2016

FARRA

El público va entrando en la sala poco iluminada como si entrara  en un lugar donde hubiera empezado algo antes de su llegada. Una persona escondida detrás de un objeto se asoma mientras todos se acomodan. Suena una música y él mira, observa al público que se sienta y luego sale de su escondite en actitud temerosa. Sin embargo, se trasluce que es en tono de sátira. Todo parece ser ficción.
Al llegar a otro punto de la sala, saca a su compañero de escena a bailar y ambos se desplazan.  El primero le indica movimientos al segundo que intenta repetirlos a destiempo. Todo es broma, o lo parece. La atmósfera emana cierto humor.
Un abrazo se transforma en lucha, la respiración sonora de la agitación corporal acompaña como una música rítmica e intensa.
La pieza es una especie de collage donde distintos momentos componen un todo muy particular, pasando de uno a otro como por un capricho de la fantasía.
Se habla de la biografía propia y de la ajena, sin importar si es real o ficticia. Es casi una obviedad que ambos ámbitos se contaminan entre sí. La vida es parte del espectáculo. La presunta historia personal hace a la escena. ¿No están acaso, los intérpretes, con toda su humanidad cuando actúan?
Uno de ellos confiesa que no se bailaba en la familia y desde su relato abre toda una reflexión acerca del acto mismo de bailar. Algo social, que también implica cierta exposición, una forma de festejo, de compartir un estado de alegría con los otros.
Esa situación frenada y reprimida físicamente mientras se sospechan miles de sensaciones internas, se pone de manifiesto con una acción potente. Suena una canción cuya letra repite incansablemente “y qué tal si salimos todos a bailar”, ellos miran al público en quietud. Es como una invitación pero nada sucede. Una bola de espejos genera movimiento en la sala, pero nadie se mueve. El público queda aprisionado en su butaca y es posible sentir esa misma impotencia en los huesos.
Así cada uno de los intérpretes abre sus fantasías y las vuelve acto teatral. Travestirse, cantar una canción, llevar el romanticismo de las escenas de películas al extremo paródico. O que un pulpo haga su danza en las profundidades marinas. El público queda atrapado en momentos mágicos de la obra.
Se trata de disfrutar como si pudieran escenificarse los sueños, los imposibles, lo no realizado. Ahí están, construidos en escena.
La ilusión de la vida en la realidad de la ficción.
Irse de farra es parte de eso.

Qué: Farra
Quién: Actuación: Francisco Benvenuti, Andres Granier.- Diseño de vestuario: Mariela Maffioli.- Diseño de luces: Fernando Berreta.- Realización de escenografia: Leonardo Ruzzante.- Fotografía: Ariel Feldman.- Diseño gráfico: Xerquet-Seijos.- Asistencia de dirección: Tomás Trugman.- Prensa: Eleonora Pascual.- Dirección: Ana Gurbanov, Virginia Leanza.-
Dónde: EL EXCENTRICO DE LA 18º Lerma 420  Teléfonos: 4772-6092

Cuándo: Sábado - 20:00 hs - Hasta el 30/07/2016

viernes, 15 de julio de 2016

MUJERES ENAMORADAS

“No estoy interesado en las cosas que me rodean, sino en el misterio de la llama siempre ardiente, llegando de ninguna parte, manteniéndose ella misma en sí, frente a cualquier cosa que alumbre."  D. H. Lawrence (Gacetilla de la obra)

El amor. Estar enamorado. Una primavera constante en el estómago.
Pablo Rotemberg pone en escena su imaginario a partir de este sugerente título sumergido en el amor.
La sala cobija al espectador mientras una voz en off relata en la lengua del amor un texto que comienza tu est comme… (Tú eres como...)
Sombras que se vuelven cuerpos desnudos, avanzan por un puente lateral. Todo el cuadro es bello. Tiene un gran sentido pictórico, una construcción de luces y sombras que se mece entre Goya y Caravaggio. También la belleza del cuerpo masculino desfilando hacia algún cadalso, con sus siluetas silenciosas pisando la escena.
Los hombres se mueven y en su danza se mezclan jugadores de rugby y chicas histéricas. Están en una discoteca o en un vestuario de club. Luchan y se aman. Juegan con el estereotipo del hombre de publicidad de desodorante, que se levanta de la cama, con su olor a macho poderoso.
Las escenas desbordan erotismo y sensualidad. Besos, amor y pasión. Dúos, tríos y cambios de rol. Son una manada de leonas. Fieras enloquecidas atravesadas por la violencia y el sexo.
La pieza construye una coreografía de lo porno. Una pornografía homosexual hecha danza. Un atravesamiento de las sexualidades que desarma juicios o prejuicios, donde la mecanización de los movimientos del acto sexual no hace más que develarnos la biomecánica del ser humano a la vez que desnuda toda su animalidad.
Una fila de hombres pegan en el pecho de otro que resiste la embestida, se la banca, aguanta los golpes con estoicismo. Hay algo de la ridiculez de aquella forma de masculinidad que habría que alcanzar a fuerza de golpes. También se cruzan aspectos del mundo sado masoquista, saltando del puñetazo al beso embravecido, como si hurgara en lo más primitivo del ser humano.
Giros de lo pornográfico a la violencia, del amor a la agresión. De la mecánica a la animalidad. Y en esos extremos llenos de potencia, la belleza del cuerpo humano se expresa en toda su plenitud, liberando grandes dosis de energía, sometida a siglos de sexualidad contenida.
En esa especie de ridiculización de lo genital, la vista se sobre excita, llega al éxtasis y lo sobrepasa. El cuadro viviente se convierte en una orgía de faunos que nuevamente pasan de los besos a los golpes. O de la fiesta erótica a la ronda infantil, sin solución de continuidad. Y que  acentúa este carácter travieso, entre niño y criminal, que anida en cada uno de ellos.
Como una danza de la era post porno, estos cuerpos que interpelan con furia la conciencia del espectador, sacuden los cimientos sobre los que se apoya la falsa moral de la culpa cristiana.
Bailar es estar enamorado.
Porque el cuerpo es una fiesta.

Qué: Mujeres enamoradas
Quién: Intérpretes: Pablo Castronovo, Ramiro Cortez, Javier Crespo, Eddy García, Leonardo Gatto, Ivan Haidar, Gaston Osiris, Emmanuel Palavecino, Mauro Podesta, Sebastian Villacorta.- Espacio escénico y Objetos: Mirella Hoijman.- Diseño de vestuario: Paula Bianchini.- Diseño de luces: Fernando Berreta.- Edición musical: Franco Calluso.- Fotografía: Paola Evelina Gallarato.- Diseño gráfico: Yanina García.- Asistencia de dirección: Milva Leonardi.- Producción ejecutiva: Brenda Lucía Carlini.- Dirección: Pablo Rotemberg.-  Web: http://www.vimeo.com/pablorotemberg Duración: 90 minutos

Dónde: ESPACIO CALLEJÓN Humahuaca 3759 Teléfonos: 4862-1167 Web: http://espaciocallejon.com/

lunes, 20 de junio de 2016

CAIPIRINHA

“Comprender es también estar desorientado”
Luego de esperar unos minutos en la antesala, el público se acomoda en un espacio sin privilegios aparentes. Hay butacas a ambos lados del espacio escénico y muchos limones desparramados por ahí.
La acomodadora es parte de la pieza e interpela con su presencia sobre aquello que forma parte o no del espectáculo, o en qué momento empieza una obra.
Cuando convencionalmente da inicio, descubrimos que las bailarinas están ubicadas entre el público. De alguna manera, todos somos parte de la escena.
Hay una danza absurda, un encuentro entre dos intérpretes que se desplazan y se vinculan desde un lugar invertido, modificando la perspectiva de la verticalidad y el desplazamiento habitual. Cada movimiento se produce desde allí hasta que un cambio de dinámica las corre. Entonces una bailarina estilo clásico español aparece en escena moviéndose como si estuviera saludando o a punto de iniciar una danza que no inicia, jugando con las expectativas de los observadores. Avanza la acomodadora y realiza movimientos de espaldas a parte del público (lo destina a un sector), marcando adrede diferencias en las ubicaciones. Todo parece estar dirigido a despejar dudas o a meter el dedo en la llaga acerca de lo adecuado o no en una obra de danza.
La ruptura sorprende con tres intérpretes que se lanzan limones e incitan al espectador a participar. Batalla campal de limones mientras la bailarina española danza su solo muy estirada y sonriente. Los limones vuelan y son atrapados en canastas. Pausa. Nuevamente sorpresa. En una mesa con los ingredientes necesarios para preparar caipirinha, cada una se hace un trago mientras danza al unísono en una coreografía de barman. Al retirarse con sus tragos, una voz en off invita al público a imitarlas y servirse, a la vez que acentúa la situación de estar a solas, sin que nadie los espíe. La gente se acerca y se sirve, ríe, comenta, bebe y se sienta.
En ese momento, la voz en off le habla al público contándole cosas que sabe del mismo. El espectador se asombra porque puede sentirse identificado. Siente que está presente en el relato como si formara parte importante de la obra. El espectador quiere ser protagonista de la función. Se genera un ambiente risueño y distendido.
Ellas vuelven y bailan reproduciendo movimientos que pueden resultar reconocibles para algunos. Son pasos que pertenecen a distintos estilos de danza. Como si fuera una coreografía pastiche de la danza con elementos de clásico, jazz, tango, folclore, flamenco, árabe, cumbia, zumba, etc.
La propuesta está orientada al espectador, a sus deseos ocultos, a sus proyecciones, a su estado de expectación. Y es un acto de confesión sin pretensiones, que pone en escena abiertamente todo aquello que se supone que espera el público de una obra de danza.
Una canción final nos habla de no estar aburrido mientras repite ad infinitum esa frase sobre el aburrimiento para dar cierre a esta pieza posmoderna y fresca. Puesta que logra integrar los componentes que mezcla, como en un trago, en un todo abierto, delicioso y personal.

Qué: Caipirinha
Quién: Interpretación: Ana Inés García, Milva Leonardi, Caterina Mora, Quillen Mut Cantero.- Iluminación: Agnese Lozupone.- Diseño gráfico: Ignacio García Lizziero.- Asesoramiento de vestuario: Josefina Lopez, Lucila Medjurechan.- Asesoramiento artístico: Luis Biasotto.- Creatividad: Victoria Castelvetri, Ana Inés García, Milva Leonardi, Caterina Mora, Quillen Mut Cantero.- Dirección: Victoria Castelvetri.-
Duración: 50 minutos
Dónde: CENTRO CULTURAL RECTOR RICARDO ROJAS UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES  Av. Corrientes 2038  Teléfonos: 4954-5521 / 4954-5523
Cuándo: Sábado - 21:00 hs - Del 04/06/2016 al 30/07/2016

Entrada: $ 60,00 –

sábado, 18 de junio de 2016

MENEA PARA MÍ

Diarios en el piso por todos lados y ropa colgada del techo, recrean el ambiente con la onda de la villa, en la sala donde se acomoda el público. En ese paisaje y a ritmo de cumbia, un personaje suelta un texto mientras lo acompañan con toques los demás intérpretes.
Son jóvenes vestidos con ropa deportiva de una manera que puede reconocerse y vincularse a los barrios más pobres de la ciudad. Entre ellos arman un gran beat box humano grupal. Cantan una cumbia y bailan al estilo de las murgas barriales.
En esa danza van cayendo de a uno, como una premonición de las proyecciones de sus vidas en una realidad marginal y desolada, donde parece no haber salida.
El grupo funciona como una hinchada de fútbol, con emociones muy intensas, y un espíritu de mucha hermandad.
Todo lo que uno sabe o imagina de los sectores más carenciados, aparece en escena. Desde las infancias de abuso y maltrato hasta las historias de drogas, alcoholismo, prostitución y robo. Aquellas únicas vías posibles de evasión de esa realidad que no les deja espacio para nada más que estar al margen de esta sociedad individualista y atomizada.
Desde la dramaturgia, la obra tiene algunos monólogos y diálogos breves que llevan el hilo conductor del relato: la historia de amor entre dos pibes del barrio. Sin embargo, son las escenas grupales las que construyen la atmósfera que se nombra desde la puesta escénica.
El sentido está desarrollado a través de las vivencias del grupo. Ellos están todo el tiempo presentes en la escena como una masa de movimiento permanente, creando situaciones de quilombos, griteríos, bailes y peleas, sobre las que se apoya una fuerte amistad.
Detrás suena la cumbia villera desplegando la simple la idea de que es la música de los pobres. Se oyen sus letras y aparece representado el universo que los identifica. Si bien no es una música patentada por este ámbito, sí se han apropiado de cierta sencillez musical para volcar expresivamente el universo en el que viven.
En la propuesta, el cuestionamiento sobre los mecanismos de opresión que llevan a esa desigualdad miserable no es explícitamente claro. Se ve la representación de su realidad, una denuncia sobre su soledad, abandono y marginalidad. Una condición de vida que los empuja a robar como única salida y a drogarse para evadirse, con las drogas más baratas, donde el gatillo fácil de la policía devela la impunidad del que tiene y el desamparo del que no. La opresión está en la forma.
Con una franca representación de ese mundo, la propuesta plantea como alternativa posible al amor y, si bien está focalizado en la pareja protagonista, el sentimiento trasciende lo individual.
Amar es ser solidario, es igualdad de oportunidades, es justicia social.
Amar es dignidad.
Amar es salir de lo propio a compartir la realidad.

Qué: Menea para mí
Quién: Autoría, Coreografía y Dirección: Mariana Bustinza.- Actuación: Ezequiel Baquero, Vanina Cavallito, Luciano Crispi, Ornella Fazio, Mercedes Hazaña, Catalina Jure, German Matias, Micaela Quintano, Victoria Raposo, Florencia Rebecchi, Victoria Schwint.- Escenografía: Agustin Leonardo Addesso.- Iluminación: Adrián Cintioli.- Dirección musical y Música original: Facundo Salas.- Operación de luces: Cristian Domini.- Diseño gráfico: Pablo Rusconi.- Asistencia de dirección: Angela Rodríguez Ayala.- Producción: Flavio Milosi.- Prensa: Simkin & Franco.-
Dónde: EL EXTRANJERO Valentín Gómez 3378  Teléfonos: 4862-7400
Cuándo: Viernes - 21:00 hs

Entrada: $ 150, 00 / $ 120, 00 -

miércoles, 8 de junio de 2016

FURTIVO

La sala oscura está apenas bañada de una luz azul. La atmósfera se cubre de humo. Dos parejas se entrecruzan en la bruma onírica, se perciben, se dejan afectar por el espacio, por el clima, se mueven.
El ritmo es lento al principio, sostenido. Progresivamente los bailarines entran en una danza que luego casi no se detiene hasta el final. En el ‘in crescendo’ coreográfico, podemos observar un despliegue técnico de movimiento limpio, danza contemporánea clara, precisa, marcada. A la vez, el trabajo tiene aire, no se presenta de manera mecánica.
En ese ir y venir se producen intercambios de dúos. Las parejas se encuentran, acercan y alejan. Se enfrentan, están por desnudarse y no lo hacen. Todo el tiempo se insinúa algo que pasa o va a suceder, una tensión que tira de la mirada expectante y que luego se desenvuelve en un movimiento fluido.
La propuesta tiene una buena iluminación, que participa de la dinámica de los dúos.  Hay un diseño que proyecta cuatro haces de luz cuya geometría parece demarcar los espacios de cada uno. Juega con los intérpretes que entran y salen de la claridad en el transcurso de la coreografía.
La música electrónica acompaña el tono emotivo al crear atmósferas desoladoras. En sus detenciones, se oye la respiración del cansancio, como una pausa humana. Agotamiento de los cuerpos y de las emociones que se cruzan. Soledades, búsquedas, intercambios vacíos, confusiones, tristezas, desencuentros, amor.
Los intérpretes se cruzan y cambian, se anhelan y atrapan, se rehúyen y se vuelven a unir. Vacíos y solos parecen perseguir algo, pero ¿qué es lo que añoran?
Muchas posibles vinculaciones podrá hacer el espectador que participa, desde la empatía del movimiento, de esos saltos, caídas, atrapadas, giros y desplomes de los bailarines que le ponen el cuerpo a los avatares del amor.

Qué: Furtivos
Quién: Cía. David Señoran.- Interpretación: Patricia Ferraro, Rodrigo Jesús Colomba, Inés Silvestre, Joaquín Toloza, Gastón Gatti.- Equipo Creativo: Mariano Cañas.- Diseño de vestuario: Mariela Iturregui.- Fotografía y Diseño Gráfico: Adrián Arellano.- Diseño de Iluminación: David Seiras.- Asistencia coreográfica: Oscar Farias.- Dirección General: David Señoran.-
Dónde: LA FABRICA espacio de arte - Acevedo 768 (entre Aguirre y Loyola)
Cuándo: Sábados 21 hs Mayo / Junio

Entrada general $150 /Desc. Est. y Jub.

jueves, 2 de junio de 2016

CUATRO NOCHES…Y EL MIEDO A ESTAR SOLO

Pasada la medianoche se abre el telón de esta propuesta en el acogedor espacio de Hasta Trilce. Nos reciben en escena unas mujeres en camisón que inmediatamente se ponen a bailar al compás de un tango cantado por una voz femenina.
Para que uno no se acomode en su butaca, al terminar el tema que suena, aparece un hombre/mujer enmascarado con actitud algo pérfida que es adorado/a por esta especie de séquito de féminas. Este personaje que asombra, ¿es un alter ego colectivo? Un ser oculto que despliega masculina feminidad y podría encarnar una especie de hermafroditismo milonguero.
Luego hace su entrada en escena un varón, vestido como tal, que se dedica a bailar alternadamente con tres de las mujeres. Ellas bailan con él como si fueran tres aspectos de una misma. Cada una se pone un saco similar con tonos diferentes y se mueve desde una energía distinta. Son como tres gracias de venus, se suceden en sus coreografías enviadas por el ser enmascarado.
Llegados aquí, se produce un corte que en principio sorprende, pero que luego termina siendo habitual en la dinámica de esta curiosa propuesta. 
Bajo el escenario, y por un lateral, hace su aparición una mujer que se presenta como hada madrina del amor y que interpela directamente al espectador como si fuera un stand up. Monologa constantemente mientras problematiza sobre el amor.
Disfrazada como un personaje de cuento infantil, este hada madrina da un toque bizarro al espectáculo. Va a desarrollar un recorrido peculiar que la plantea como un personaje central, por no decir protagónico. En este sentido extraña que haga su aparición en ese momento.
Desde que entra en escena, parece como si todos los cuadros que se suceden fueran una proyección de los conflictos que ella plantea. Al principio crea un juego con un hombre y una mujer que se convierte en una danza erótica bastante subida de tono y que finaliza con ella como partícipe de un trío sexual muy explícito.
Esto es interrumpido por un hombre que aparece con un reclamo hacia el otro, lo que da pie a una escena de dudas y confusión entre ambos que también va a terminar con una escena erótica muy fuerte en su contenido sexual, y muy jugada escénicamente.
La música que acompaña este universo es tan amplia en sus géneros, que abarca ópera, cumbia, rock, tango. Todo vale para hacer de fondo a la problemática tanguera planteada.
Un show en medio de la propuesta vuelve a romper cualquier línea argumental que el espectador pudiera crearse en la cabeza. Se trata de una competencia al estilo de programa televisivo, en donde se van a discutir las diferencias entre el tango escenario y el tango salón. Son invitadas dos mujeres bailarinas, una de ellas de gran parecido a Mora Godoy.
La parodia es genial y pone en evidencia mucho chusmerío barato respecto al mundillo del tango.  “Cultura es competencia” dicen, a la vez que se denuncian los negociados que se hacen con el arte y la cultura, así como las creaciones “for export” dentro del propio ambiente del tango, preguntándose también qué es lo más importante en este estilo de baile.
Si tratamos de reconstruir alguna trama posible, vemos que lo que hila las escenas es el conflicto amoroso. Cuestión que daría sus razones al título, donde el miedo a la soledad y la búsqueda de amor están presentes como situaciones que anidan en el corazón del tanguero.
González Cano aborda de una manera jugada y muy particular, todos los miedos, fantasías e imaginarios que le surgen en relación al tango. Y en ese sentido, es admirable.

Qué: Cuatro noches…y el miedo de estar solo
Quién: Compañía Tempotango: Idea, Dramaturgia y Dirección: Ignacio Gonzalez Cano.-  Actuación: Johana Aranda, Nicolás Minoliti, Jonathan Spitel, Inés Zunino.- Intérpretes: Rodrigo Calvete, Fernando Carrasco, Pamela Colaneri, Natalia De Assuncao Correia, Leonel di Cocco, Juan Manuel Firmani, Jimena Hoeffner, Nuria Hortiguera, Romina Miguel, Nicolás Minoliti, Leonardo Pankow, Florencia Segura, Micaela Spina, Jonathan Spitel.- Vestuario: Nélida Bellomo.- Iluminación: Sergio Iriarte.- Edición musical: Marcelo Lupis.-  Sonido: Maximiliano Martinez.- Asistencia de dirección: Soledad Fernández, Juan Manuel Firmani.- Arreglos musicales: Marcelo Lupis.- Producción: Alejandro Negri, Diego Restivo.- Coreografía: Soledad Fernández, Juan Manuel Firmani, Ignacio Gonzalez Cano.-
Dónde: TEATRO HASTA TRILCE  Maza 177   Teléfonos: 4862-1758  http://www.hastatrilce.com.ar
Cuándo: Sábado - 00:30 hs Duración: 80 minutos

Entrada: $ 150,00 – 

sábado, 28 de mayo de 2016

TINTORERÍA TOKIO

La pieza que dirige Magy Ganiko con su compañía es una propuesta migrante. Siempre en movimiento, se desplaza dejando sus rastros por distintos espacios que la reciben en puntos dispersos de la ciudad.
Esta vez le ha tocado un lugar muy inhóspito. El monumento a la mujer originaria en el espacio de la ex ESMA. Un galpón frío con un trasfondo tétrico donde el grupo intenta da calor con la danza de sus cuerpos.
La gente se va acomodando mientras recorre con la mirada las cosas acumuladas en el lugar. Esculturas, fotografías, hierros, sillas, objetos desparramados. Un camino de llaves ocupa el centro de la escena y es allí donde se concentra la atención.
Utilizando las propiedades espaciales, los intérpretes asoman desde una baranda del piso de arriba y nos gritan su moción. Empieza el recorrido de esta puesta nada convencional donde los cuerpos se entrelazan, amalgaman y distancian. Pedazos de muñecos los entretejen como partes perdidas de ellos mismos.
Hay un montículo de ropa, hace frío, se oyen aviones a lo lejos. Se recrea una atmósfera sórdida que sostiene al espectador casi contra su deseo.
Los intérpretes danzan, hablan, se encuentran y desencuentran. Pisan la tierra alegremente, se mojan, asedian a uno de ellos. En ese devenir se violentan hasta la tortura, que no podría ser más presente en este espacio oscuro plagado de gritos en sus muros. La danza butoh trae las ausencias.
La obra es tremenda en este espacio tan difícil y cruel. Pero lo mejor que se puede hacer frente al odio de estos crímenes es plantar la potencia creadora del arte y de la vida.
Toda la fuerza del amor que anida en una danza compartida cayó sobre ese galpón frívolo esa noche.

Qué: Tintorería Tokio
Quién: Interpretación: Lucas Maíz, Sol Giberti, Laura Colagreco, Igor Numa, Alveré Di Pilato, Alex Ferrario, Loli Abbiatici, Maggi Persíncola, Giorgio Zamboni, Luciana Lescano, Félix Torre.- Dirección: Magy Ganiko

jueves, 26 de mayo de 2016

LOBO TE AMO (UNA FICCIÓN MUERTA)

Ambientada en penumbras, con troncos y cestos de mimbre agrupados en distintos rincones, inicia esta “ficción muerta”. Manzanas desparramadas por todas partes se ofrecen como una tentación, una prohibición, un deseo.
Ya en la sala, se oyen pasos grabados, parece que alguien se acerca. Entra ella en escena. Es como una muñeca, linda y artificial. Recorre el espacio al compás de los pasos, siguiendo esa rítmica de metrónomo.
La muñequita camina entre infantil y macabra, mirando a su alrededor hasta que aparece él. Vestido como un leñador, entre pelos y pieles que lo acercan a un imaginario lobezno.  
Una frase deja ver parte del asunto: “Nada de lo que estoy diciendo es verdad. Revelaré los hechos más adelante, cuando estemos solos”. ¿A quién se le dice esto? ¿El autor al espectador, un personaje a otro? Preguntas que surgen en el bosque.
En la misma tónica se pueden escuchar textos que se dicen en simultáneo, como una canción, como un juego. Pero, ¿quién le habla a quién?
Ella se dirige a él en una especie de japonés y le da indicaciones. Es un poco autoritaria aunque sus órdenes parecen formar parte de una travesura perversa. Entre ambos hay un interesante contrapunto en tensión, entre el ritmo musical intenso y sus movimientos que son lentos. El permanece quieto y ella lo rodea y lo observa.
Siguen una trama extraña pero que da idea de ser familiar para ellos. Un juego repetido donde realizan movimientos pélvicos como si se tratara de un acto sexual frenético. Uno al lado del otro, los rostros se transforman. Se oye música clásica. La atmósfera se densifica como si una bruma cubriera los árboles de la noche.
Apagón. En la total oscuridad se empiezan a oír frases hechas. “¡Oh por dios! ¡Santo cielos! No puedo creerlo, ¿esto es real?”. Empezó la ficción dentro de la ficción, la exageración, el melodrama.
Ella rubia malévola, él salvaje y elástico; su dinámica de movimiento quiebra la escena. Hay mucha expresividad en los rostros que mutan y se ven raros hasta llegar al extrañamiento.
Algo del orden de lo siniestro emerge. Desconocido y familiar al mismo tiempo.  Los personajes conjugan, en una especie de fechoría inocente, el daño, el placer y el dolor.
Como un rapto de locura y asesinato, ella lo mata y se va con las cestas de la compra. El ambiente es terrorífico.
Muy intensos los intérpretes.
La muñeca ve finalizado su juego.
Caperucita se come al lobo, al leñador, al bosque entero.
Y se va.

Qué: Lobo te amo
Quién: Intérpretes: Daniela Cámpora, Gastón Exequiel Sánchez.- Iluminación: Sebastián Francia.- Edición de sonido: Gastón Exequiel Sánchez.- Música: Ferdinand Fischer, Gustav Mahler, Camille Saint- Saëns, Antonio Vivaldi.- Fotografía: Federico Perez Gelardi, Lila Dagna Woszezenczuk.- Diseño gráfico: Gastón Exequiel Sánchez, María Laura Valentini.- Asistencia de dirección: Noelia Meilerman.- Colaboración artística: Federico Juan Rubi.- Dirección: Ayelén Clavin, Gastón Exequiel Sánchez.-
Duración: 55 minutos
Dónde: ESPACIO CALLEJÓN Humahuaca 3759  Teléfonos: 4862-1167
Web: https://www.facebook.com/pages/espacio-callej%c3%b3n/608409215915095
Entrada: $ 150,00 / $ 120,00 –

Cuándo: Domingo - 20:00 hs – Hasta  29/05/2016