lunes, 13 de septiembre de 2021

SISTEMA 0

Un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí que funciona como un todo. Sistema 0 se presenta así desde el título como un conjunto que conjuga diversos componentes que van a estar interrelacionados. En el sistema,  el 0 parece una estructura cerrada, una figura ovalada como la tierra, sin inicio ni final, que puede representar tanto el cero inicial como el punto final, vacío, que planteara un momento de reseteo, dando la posibilidad de reinicio, de comienzo de algo nuevo.

Esta primera apertura del trabajo dirigido por Diana Szeinblum dentro del programa de residencias coordinado por Silvio Lang, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, se presenta como un avance de las tres propuestas de investigación entre la danza contemporánea y los textos de lxs filósofxs francófonxs contemporánexs, que se verán en los próximos meses.

El comienzo de Sistema 0 es una invitación al público por parte de la directora Diana Szeinblum y la asesora teórica Marie Bardet, a dejarse atravesar por la experiencia. “La danza piensa mientras hace” dicen antes de entrar a un espacio luminoso, con ventanales abiertos a la luz natural de la tarde.

A partir de varios conceptos del libro En tiempo de catástrofes: Cómo resistir a la barbarie que viene, de Isabelle Stengers, Diana le da valor al lugar de la experimentación como un espacio político y trae el tiempo hacia el detalle en una invitación a prestar atención.

Lxs intérpretes disponen su cuerpo sensible sobre un recorte del lugar que está enmarcado por unos focos que refuerzan el dispositivo escénico. La danza dilata el tiempo.

Los cuerpos se asientan en el espacio, pausan antes de entrar en conexión, en sintonía, en ese estado de percepción sensible. La trama construye imágenes que se desplazan como la estructura elástica de una molécula, una célula o una neurona. Algo de los movimientos recuerda imágenes de laboratorio, como si fuera un micro organismo. Los cuerpos en relación se asemejan a la toma microscópica de algo que se expande y enerva, como un organismo esponjoso, una levadura o nervadura donde todos los cuerpos forman parte. La lentitud y parsimonia de los movimientos invitan a la contemplación.


El desarrollo propone una micropoética del detalle donde la pausa, la vibración, la energía, lo ínfimo perceptible se vuelve imprescindible. Y donde nada hay completo o terminado, sino que la experiencia en sí es una pregunta que se abre a otras.

Como ese plástico que parece brotar mientras recuerda los peces enredados en la basura marítima o ahogados en polietileno, y trae a la memoria la destrucción de los mares y el medio ambiente. Un gesto ínfimo que simboliza la muerte de la naturaleza, su envenenamiento, y recuerda a la vez, que el ser humano es parte de ella.  

Entre esos caminos que se abren podemos tomar la imagen de la ceguera, que aparece estimulando varios sentidos: el de un ser humano ciego a lo que sucede a su alrededor, a la “catástrofe” del mundo y la propia. Y a la vez, el cierre de los ojos para potenciar la percepción, para apagar el dominio exacerbado de la vista y dar lugar a la totalidad del sentido del tacto, cuyo órgano principal, la piel, abarca el cuerpo entero marcando el fino límite entre lo público y lo íntimo.

Finalmente, la ceguera como símbolo de videncia  y sabiduría, esbozando un llamado a la capacidad de ver más allá, entre los conceptos que danzan y una danza que hace pensar.

 

Qué: Sistema 0

Quién: Diana Szeinblum transduce En tiempo de catástrofes: cómo resistir a la barbarie que viene de Isabelle Stengers.- Performers: Margarita Molfino, Alina Marinelli, Eugenia Roces, Pablo Castronovo, Andrés Molina.- Colaboración artística: Jazmín Tesone.- Asistente técnico: Pigu Gómez.-

Dónde: Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti

Cuándo: Sábado 4 y domingo 5 de septiembre / 16 HS

PRÓXIMAS APERTURAS: Silvio Lang «Intimidad de lo común»

Apertura Pública: Sábado 25 de septiembre y sábado 2 de octubre / 20 HS

 

 


sábado, 4 de septiembre de 2021

NO VOY A ESTAR CUANDO ME VEAN

 

¿Qué es la danza sino un juego con el tiempo? O mejor dicho, con la ilusoria capacidad elástica del tiempo, donde se juega la imposibilidad del cuerpo de evadir el presente. El cuerpo que danza está siempre aquí y ahora, por más que sus pensamientos puedan anticiparse o demorarse. El cuerpo solo encuentra lugar en el presente.

No voy a estar cuando me vean juega desde su mismo título con el tiempo, invitando al público a entrar en esa paradoja. ¿Lo que vemos es presente o ya estaba ahí antes? La propuesta coreográfica que dirige Jazmín Titiunik propone en principio tres intérpretes que podrían conformar una analogía con tres momentos del tiempo, sin embargo, como el tiempo es un continuum, en esa perspectiva indetenible aparecen otros elementos que van a darle espesor a la escena.

Diferentes dispositivos lumínicos enmarcan la puesta generando espacios diversos que encierran o suspenden el tiempo. La luz en un rincón, la luz en la pared, la luz en una ínfima linterna sobre un hombro. La luz atrapa tiempo en un recuadro, como si la iluminación otorgara su propia temporalidad.

Ella es yo, yo soy ella, ella es otra ella que es otra ella a su vez. La superposición de las intérpretes multiplica el tiempo y también lo estalla, porque lo vuelve palpable como una estela de polvo que la luz persigue. La puesta, entre voces que afirman o preguntan, propone una sensorialidad que se arraiga en el presente (no existe otro lugar para el sentir) y que interpela al público, también parte de ese juego de espejos infinito.

El sonido de las voces, de la música y del ambiente, también se entreteje en ese tiempo que parece desplazarse por los distintos puntos de la escena a donde es dirigida la mirada del público.

Las intérpretes danzan en sintonía a una técnica ajustada que es fundamental en el desarrollo. Entre todas condensan tiempo y espacio en la frágil existencia de la obra, del mundo, del ser.

La puesta tiene momentos ínfimos muy mágicos donde se crea una poética del detalle, además de plantear esas preguntas vitales que hermanan al arte de la danza con la filosofía.

Porque el yo es esquivo, nunca se repite.

No va a estar allí cuando lo veas.

 

Qué: No voy a estar allí cuando me veas

Quién: Idea: Jazmín Titiunik.- Intérpretes: María Díaz, Agostina Galarza, Jazmín Titiunik, Marina Zanollo.- Diseño de luces: Mariano Arrigoni.- Diseño sonoro: Valentin Piñeyro.- Diseño Audiovisual: Ariel Feldman.- Asistencia De Producción: Agustín Mazza.- Asistencia general: Julia Biscayart, Paula Ligüero.- Dirección: Jazmín Titiunik-

Dónde: EL TALLER DE OMAR.-  Fitz Roy 1245  

Web: https://www.facebook.com/eltallerdeomar/

Duración: 65 minutos.-  Entrada: $ 450,00 –

Cuándo: Sábado - 21:00 hs - Del 04/09/2021 al 25/09/2021