viernes, 22 de agosto de 2014

ELEFANTES, LA VIDA EN LOS PLIEGUES

Un elefante se balanceaba…
No se caía, fue a llamar a otro elefante para no estar solo. La tela de araña era un hilo, el hilo de la incertidumbre.
Una sala oscura apenas iluminada deja entrever a las intérpretes. Ellas penden de un hilo. Son crisálidas, son seres en preparación, no están terminados, no son algo cerrado, completo, entero. Son bordes, intersticios, pliegues.
La vida pende de un hilo que las parcas tejen y cortan a su gusto. Ellas son sostenidas desde la cabeza hacia un arriba, en principio, ininteligible.
Estos seres se mueven en una atmósfera uterina, espacial, submarina. Un ambiente propio donde vincularse casi en la ceguera, apenas guiadas por el sentido del tacto, la percepción.
La relación que se genera entre ellos es abismal y profunda. De cordón umbilical.
Sobre sus cabezas puede estar el mundo o la nada. Puede haber un sol lejano,  tormenta o bombardeos. Ellas pueden ser víctimas o culpables. Culpables de sí. De su estado larvario, de su ser capullo, de su activa pasividad, de su ser ajeno en esa cierta animalidad vegetal que evocan.
Como un manojo de coral.
Pero la danza se agita y surgen brazos, manos. El pelo se desgaja. La acción atraviesa el espacio y se desprende de esos hilos que sostienen los gestos, la cara, la cabeza, el pensamiento adormilado. Se despliega el movimiento entre lo humano y lo no humano. Juega, busca otros espacios, avanza.
En la piel que se arruga, que se dobla, que recuerda y recubre. La piel de la memoria que se acumula en cada grieta, marca, peca, doblez, hendidura, cicatriz. Como una vida finita que no puede detener su fluir al infinito.
De lo que se desprende de un hilo para avanzar hacia lo desconocido no hay un claro final, solo puntos suspensivos. Fade out…
Qué: Elefantes

Quién: Intérpretes y creadoras: Eliana Bonard, Virginia Ravenna.- Música: Approp.- Fotografía: Isabel Olascuaga.- Dirección: Rhea Volij.-

INSTRUCTIVO


“Podríamos definir al instructivo entonces como una serie de explicaciones e instrucciones que son agrupadas, organizadas y expuestas de diferente manera, en diversos soportes, para darle a un individuo la posibilidad de actuar de acuerdo a cómo sea requerido para cada situación. El instructivo puede ser muy variado de acuerdo al tipo de situación que se aplique.” 

Aquí, el instructivo anida en la idea de enviar por mensaje de texto una palabra para ser utilizada en la representación, en la composición coreográfica. Las instrucciones para llevar a cabo la escena vienen dadas desde afuera y cambian de acuerdo al público presente y las indicaciones que el mismo de.
También son responsables las nuevas tecnologías y los medios de comunicación, parte importante en el proceso creador.
La disposición del espacio y las butacas permiten que el espectador elija dónde ubicarse para su participación en la propuesta. Hay varias pantallas y uno tiene consigo las indicaciones del programa de mano que invitan a enviar mensajes de texto a un celular para dar cualquier instrucción. Cuantas veces quiera.
El espectador es a su vez instruido sobre qué hacer para dar comienzo a la pieza.
La ilusión del público es participar sobre lo creado en escena como una composición instantánea entre ambos integrantes del convivio teatral: espectadores y actores.
Varias incógnitas surgen en la mente ávida de saber. ¿Los bailarines improvisan cada vez sobre la azarosa palabra que sale proyectada y varía de función en función? ¿O es sobre el clima que genera el músico? En ese caso, su presencia, su sensibilidad frente a las palabras e instrucciones dadas, y  su inspiración respecto a lo escrito por el público, es lo que prima para dar curso a la improvisación danzada.
¿A quien inspiran las palabras?
También se puede suponer que la palabra acompaña y complementa lo que los intérpretes danzan de acuerdo a pautas previas. O que dan igual las palabras, las instrucciones, las indicaciones. Lo que verdaderamente importa es lo que sucede en ese único y efímero instante.
De esa especial manera se genera el color particular de cada instancia escénica. Las palabras parecen sumarse al movimiento ya presente en la escena. El movimiento parece sumarse a las palabras proyectadas.  
Una muy buena música disparada en escena acompaña, genera, activa.
Lo dicho proyectado puede modificar el cuerpo, el sentido, el pensamiento. Las palabras atraviesan la sala como balas conceptuales. Bombas, otro, penetrar el aire, mismo, disfrutarte, bestial, hermético, flotar y disolver, bordes.
Palabras que son movimientos escénicos.
Cuerpos que son inabarcables.

Qué: Instructivo

Quién: Performers: Ramiro Cortez, Federico Fontan, María Kuhmichel, Valeria Polorena, Mariela Puyol.- Iluminación: Leonardo D´aiuto.- Música: Eloísa López.- Dirección: Andrea Saltiel.-