miércoles, 18 de enero de 2012

EN EL RUIDO, NUECES.

Nueces que suenan. Semilla y fruto que tiene vida. Nueces de gargantas masculinas.
En el ruido es una propuesta de danza. Una danza de hombre, danza rockera. Una puesta en escena cuya sensación es de estar espiando un atisbo de universo masculino.
Los intérpretes son dos hombres. La performance que realizan muestra un conflicto íntimo, privado.
Testosterona degenerada y generadora. Pulsión que crea. Shiva que danza construyendo un mundo. Personal, particular, con claroscuros y ruidos.
En la escena se muestra un equipo de guitarra, una guitarra eléctrica, televisores con distorsión.
Una forma quizás de representar las complicaciones de la comunicación humana, desde este rincón de hombres.
La pieza tiene momentos intensos donde parece construirse un amorío complicado, una relación de maestro y discípulo, un vínculo con tintes incestuosos.
Y rock, ruido, distorsión. Incomunicación verbal.
¿Cómo se construye un vínculo sobre ese fondo? ¿Cómo se comunica?
Es en esa poética ruidosa, con fricciones y ternura, donde surge la obra.
Porque, como dicen los autores, “si se escucha durante mucho tiempo,
en el ruido uno puede encontrar canciones”.

Qué: En el ruido
Quién: Idea: Rakhal Herrero.- Intérpretes: Sebastián Ezquerra, Rakhal Herrero.-
Vestuario: Melisa Califano.- Diseño de espacio e iluminación : Matías Sendón.-
Video: Lukas Valenta, Nele Wohlatz.- Música: Ulises Conti.- Fotografía: Pablo Mendez.- Asistencia de dirección y colaboración artística:: Josefina Gorostiza, Gastón Palermo.- Producción ejecutiva: Rakhal HerreroJosefina Gorostiza, Gastón Palermo.- Dirección: Rakhal Herrero, Diego Velázquez.- Prensa: Claudia Mac Auliffe
Dónde: El Extranjero - Valentín Gomez 3378 - Reservas: 4862-7400 http://www.elextranjeroteatro.com/
Cuándo: Domingos 18.30 hs.  


OTOÑO DEL OTRO LADO


¿Dónde el otoño transcurre en un momento distinto al nuestro? ¿Cuándo es otoño del otro lado del planeta?


Esta pieza de danza conjuga el movimiento del cuerpo con la inspiración plástica. ¿No son acaso las líneas de una coreografía una imagen que se dibuja sobre el espacio tridimensional de la escena?

La propuesta que hacen mover las intérpretes en la escena juega con las diversas lecturas que se pueden hacer sobre un texto.

Sin querer colocar a la danza como texto o como lenguaje, la obra se para en los límites de los idiomas. La lengua materna que construye la base de la psiquis, si se coincide con la idea de que el lenguaje permite nombrar al mundo y a partir del que cada uno posea, la construcción que hará de él. Traducción/interpretación.

La traducción de un texto es ya una interpretación, una lectura entre otras posibles, un modo de mirar.

De lo distinto, cada uno se apropia desde su lugar.

¿Desde dónde se interpreta el Oriente?

Esta danza es una mirada personal sobre la evocación de esa cultura.

En escena, las bailarinas arman sus dibujos con trazos imaginarios. Una de ellas, además le pone color a un papel, da forma y transforma sobre el lienzo con los toques de un pincel.

Y el dibujo representado se conjuga con la danza, que sin ser texto, tiene también inspiración literaria.

Clarice Lispector detrás.

Agazapada en los movimientos que bailan en el espacio de la sala.


Qué: Otoño del otro lado

Quién: Dirección: Jazmín Tesone.- Autoría: Natalia Casais, Verónica Ravetta, Pilar Shinji, Jazmín Tesone.- Intérpretes: Natalia Casais, Verónica Ravetta, Pilar Shinji.- Vestuario: Raquel Ratkevicius.- Iluminación: Ricardo Sica.- Diseño de escenografía: Gustavo Coll.- Música original: Carlos Abriola, Javier Veraldi.- Operación de sonido: Cesar Montangie.- Fotografía: Eduardo del Burgo, Julieta Escardó.- Ilustradora: Verónica Ravetta.- Diseño gráfico: Javier Veraldi.- Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin.-

ONDA GRAVITACIONAL

En la sala hay algunos objetos. Entre ellos parecen armar una cartografía espacial, un mapa a recorrer por la danza, una coreografía de señales concretas.


Piedras, trajes colgados de la pared, y hasta un gato que pasa indiferente. Todo forma parte de la propuesta, incluso los ecos vecinos que suenan y que nada tienen que ver con el universo que va a nacer a partir de una única energía en escena.

Una energía que se expande como ondas gravitacionales y que genera movimiento alrededor.

Movimiento. Vida.

Apoyada en su herramienta de cuerpo y voz, Rhea. Una mujer, una voluntad, un carácter.

Ella gravita.

Ella es una onda que gravita.

Como también es un insecto que se escurre en los márgenes, entre la naturaleza de la piel y la del espacio. Entre las rocas que parecen inertes pero poseen temperatura, peso, gravedad, vibran.

La protagonista se desplaza y se moldea bajo la dirección de otra mirada. Ella misma coreógrafa y directora, ahora está al servicio de otro que le propone una exploración diferente.

La intérprete parece un ser que se entrega para construir esta pieza que recorre el espacio y juega con su imaginación y la nuestra.

La obra marca un recorrido y deja en la memoria de la danza una huella móvil, cuyas líneas son como las ondas que emanan de una gota de lluvia al caer sobre el agua.

Sutil y reverberante.

Como su intérprete.


Qué: Onda gravitacional

Quién: Intérpretes: Rhea Volij.- Coreografía y Dirección: Majo Goldín.- Música original: Pablo Barboza.- Diseño de luces: Pablo Barboza, Franco Cappelletti.- Asistencia de dirección: Leandro Gomez de Quiroga.- Prensa: Emilio Rosales

Web: http://www.patadeganso.com.ar