jueves, 26 de mayo de 2016

LOBO TE AMO (UNA FICCIÓN MUERTA)

Ambientada en penumbras, con troncos y cestos de mimbre agrupados en distintos rincones, inicia esta “ficción muerta”. Manzanas desparramadas por todas partes se ofrecen como una tentación, una prohibición, un deseo.
Ya en la sala, se oyen pasos grabados, parece que alguien se acerca. Entra ella en escena. Es como una muñeca, linda y artificial. Recorre el espacio al compás de los pasos, siguiendo esa rítmica de metrónomo.
La muñequita camina entre infantil y macabra, mirando a su alrededor hasta que aparece él. Vestido como un leñador, entre pelos y pieles que lo acercan a un imaginario lobezno.  
Una frase deja ver parte del asunto: “Nada de lo que estoy diciendo es verdad. Revelaré los hechos más adelante, cuando estemos solos”. ¿A quién se le dice esto? ¿El autor al espectador, un personaje a otro? Preguntas que surgen en el bosque.
En la misma tónica se pueden escuchar textos que se dicen en simultáneo, como una canción, como un juego. Pero, ¿quién le habla a quién?
Ella se dirige a él en una especie de japonés y le da indicaciones. Es un poco autoritaria aunque sus órdenes parecen formar parte de una travesura perversa. Entre ambos hay un interesante contrapunto en tensión, entre el ritmo musical intenso y sus movimientos que son lentos. El permanece quieto y ella lo rodea y lo observa.
Siguen una trama extraña pero que da idea de ser familiar para ellos. Un juego repetido donde realizan movimientos pélvicos como si se tratara de un acto sexual frenético. Uno al lado del otro, los rostros se transforman. Se oye música clásica. La atmósfera se densifica como si una bruma cubriera los árboles de la noche.
Apagón. En la total oscuridad se empiezan a oír frases hechas. “¡Oh por dios! ¡Santo cielos! No puedo creerlo, ¿esto es real?”. Empezó la ficción dentro de la ficción, la exageración, el melodrama.
Ella rubia malévola, él salvaje y elástico; su dinámica de movimiento quiebra la escena. Hay mucha expresividad en los rostros que mutan y se ven raros hasta llegar al extrañamiento.
Algo del orden de lo siniestro emerge. Desconocido y familiar al mismo tiempo.  Los personajes conjugan, en una especie de fechoría inocente, el daño, el placer y el dolor.
Como un rapto de locura y asesinato, ella lo mata y se va con las cestas de la compra. El ambiente es terrorífico.
Muy intensos los intérpretes.
La muñeca ve finalizado su juego.
Caperucita se come al lobo, al leñador, al bosque entero.
Y se va.

Qué: Lobo te amo
Quién: Intérpretes: Daniela Cámpora, Gastón Exequiel Sánchez.- Iluminación: Sebastián Francia.- Edición de sonido: Gastón Exequiel Sánchez.- Música: Ferdinand Fischer, Gustav Mahler, Camille Saint- Saëns, Antonio Vivaldi.- Fotografía: Federico Perez Gelardi, Lila Dagna Woszezenczuk.- Diseño gráfico: Gastón Exequiel Sánchez, María Laura Valentini.- Asistencia de dirección: Noelia Meilerman.- Colaboración artística: Federico Juan Rubi.- Dirección: Ayelén Clavin, Gastón Exequiel Sánchez.-
Duración: 55 minutos
Dónde: ESPACIO CALLEJÓN Humahuaca 3759  Teléfonos: 4862-1167
Web: https://www.facebook.com/pages/espacio-callej%c3%b3n/608409215915095
Entrada: $ 150,00 / $ 120,00 –

Cuándo: Domingo - 20:00 hs – Hasta  29/05/2016

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