La
escena recibe a los espectadores en una atmósfera somnolienta. Entre penumbras,
humo, y una ambientación de café concert, se distinguen unos personajes en dos mesitas.
Un hombre está sentado al piano al fondo, hay un combinado Winco antiguo
iluminado en un lateral al frente y suena música francesa.
Este
comienzo “in media res” puede generar en el público la sensación de haber
llegado en medio de la historia, como si ya hubiera sucedido algo anterior a su
llegada y ahora estuviera contemplando una parte del conflicto.
Ella
está sentada en una mesa, y en otra distante, se encuentra un hombre alto.
Ambos están solos. Se percibe cierta tensión entre ellos, quizás solo generada
por la distancia que los separa y el contraste entre la dimensión de sus
cuerpos. De repente el hombre se levanta, quita el disco del Winco y lo rompe.
La
propuesta juega con tensiones y deseos en un triángulo que se arma entre los
tres intérpretes. La estética contrastante, o al menos llamativa, por la gran
altura de uno de los hombres, otorga cierta rareza que permite barajar con la
imaginación.
Entre
el tango y la danza contemporánea se suceden momentos de baile coreografiado en
dúos o tríos que permiten lucir el talento de cada uno con una impronta muy
teatral. Ellos bailan, actúan, tocan el piano, cantan. Evocan con ese
despliegue plástico atmósferas románticas, antiguas, oníricas.
Juegan
con la rareza incorporándola en una construcción de la belleza condimentada con
la particularidad de la asimetría, en una puesta donde la ironía y el humor
también están presentes.
La
música de tangos argentinos se cruza con los europeos, construyendo un tiempo lejano.
Y
no es posible evitar las alusiones del título de la obra Tango in blue a Rapsody in blue, una composición creada
por George Gershwin en 1924, donde la palabra "blue" del título se
refiere tanto al estilo musical blues (canción de este típico género musical
norteamericano) como al estado de ánimo blue, que significa en inglés
"triste, melancólico". Por lo que entendemos que la pieza dirigida
por Ollantay Rojas también intenta evocar un clima melancólico, jugando con el
azul que aparece en la iluminación y que colabora con el enrarecimiento de la
escena y construyendo situaciones donde la imposibilidad de concretar
situaciones sume a los personajes en la melancolía.
La
obra, justa en sus gestos bellos y en el despliegue de saberes de los
intérpretes, se disfruta como una buena poesía. Con apenas un par de funciones
presentadas, deja rebotando en la mente la idea de que lo bueno, si breve,
doblemente bueno.
Qué:
Tango in blue
Quien:
Autoría, Coreografía y Dirección: Ollantay Rojas.- Intérpretes: Urico
Eguizábal, Ollantay Rojas, María Laura Zaracho.- Vestuario: Fernando More.- Iluminación:
Magali perel.- Edición de sonido: Guillermina Etkin.- Escenografía y Proyecciones: Agnese Lozupone.- Fotografía: Nicolas
Foong, John Galindo, Vero Pestoni, Gabriel Reig.- Arreglos musicales: Martín
Jurado.- Producción ejecutiva: Martina Huber.- Producción: Agustina Canavesi,
Marina D´Lucca.- Colaboración artística: Silvina Grinberg.-
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