El título de la propuesta
invita a la reflexión. Las luces a las que aluden pueden ser tanto las
escénicas, haciendo referencia a lo que significa la exposición de la escena,
como las luces del intelecto, señalando así cierta fascinación por el
pensamiento, la abstracción y lo conceptual.
Todo empieza, en el aquí y
ahora teatral, frente a una pantalla que se presenta como muro. Es una división
que resulta tajante porque está ubicada en primer término en el escenario y oculta
lo que hay detrás, cuestión que causa cierta intriga. En un lateral, apenas
visibles también, se observan una mesa con equipos y computadora, y dos
personas sentadas allí que manejan la técnica.
Al principio, la propuesta
genera una creciente expectativa. Se oye música, que parece salir desde un
celular, como si hubiera alguien escuchando fuera de cuadro, clichés de música
lenta de los ’80 y ’90.
Así se va construyendo un
clima que puede resultar algo confuso ya que los intérpretes no aparecen en
escena hasta un tiempo después. Mientras, se oyen ruidos y se intuye que algo
sucede por detrás de la pantalla. Como si el público estuviera ubicado en la zona
de atrás, fuera de la escena, testigo espía de aquello que no forma parte de la
obra.
Lentamente se va
descubriendo la propuesta, que utiliza recursos cinematográficos, y donde se
puede ver lo filmado en la pantalla del frente del escenario, a la vez que se
vislumbra que aquello se está filmando por detrás.
El espectador se constituye
como backstage -el detrás de escena-
como si ese estar afuera le permitiera colarse en aquello que no está pensado
para ser visto.
La obra ubica al espectador
en ese lugar de cómplice de aquello que constituye el fuera del cuadro, los
recortes laterales que rodean lo que la cámara capta y transmite, lo que no
forma parte de la obra final. Presentándose a la vez, como un juego entre lo
íntimo y lo público, la pieza juega con la intimidad como espectáculo y la intimidad del
espectáculo.
Algunos se retiran de la
sala, impacientes por esos fragmentos que se le presentan como obra.
Dentro de esta propuesta, se
develan distintos procedimientos técnicos que componen la arquitectura de la
filmación en vivo. Todo el despliegue que se organiza para llegar a aquello que
el público ve proyectado, entra en cuadro y forma parte de la obra.
De esta manera se
entremezcla el universo ficcional que está filmándose en los laterales o detrás
-y que se proyecta en la pantalla-, y la ficción que conforman todos esos
elementos, que es la que el espectador presencia desde las butacas.
A medida que avanza en su
desarrollo, los intérpretes se muestran frente al público para vincularse
directamente con la pantalla como si ésta tuviera vida propia. Allí aparecen
textos dirigidos a ellos y a los técnicos, como si fueran indicaciones
independientes que vinieran de la máquina convertida en director omnisciente a
los que se supeditan. El humano a merced de la tecnología como bajo el mando de
un dios cibernético.
Todo es una gran coreografía
compuesta por esos movimientos en el espacio que se presentan en forma de
danza, como algo fluido, como caminatas, como cortes, como detalles, como
direcciones en el espacio. La mirada es dirigida por la cámara pero puede
fugarse a hacia el contexto. Como algo público, o íntimo pero compartido.
En estas puestas, que
podrían considerarse conceptuales, la metáfora puede percibirse atravesada por
el pensamiento, sin que se devele como poética durante el convivio teatral. Debe
ser metabolizada, intelectualizada. Son obras que necesitan de la explicación
del programa de mano, de lecturas previas, del ejercicio mental, para ser
comprendidas.
En un mundo atravesado por
lo virtual, donde la realidad se construye entre las redes, los medios y la
calle -siendo esta última un espacio de afectividades que queda tantas veces
por fuera-, la verdad de la vida real se escapa, se filtra en esos “mecanismos
técnicos para lograr un efecto”. Por eso, vale la pena formularse la pregunta:
¿ qué luces son las que nos gustan?
Qué: Por qué nos gustan
tanto las luces
Quién: Escenografía: Mariana
Tirantte.- Iluminación: Sebastián Francia.- Video: Nicolás Della
Valentina.- Creación y dirección: Fabián Gandini, Florencia Vecino.-
Dónde: CENTRO CULTURAL
GENERAL SAN MARTIN Sarmiento 1551 Teléfonos: 4373-8367 Fax 4374–1251/59 int.
273/278.-
Web: http://www.centroculturalsanmartin.com/
Cuándo: Miércoles y Jueves -
21:00 hs - Hasta el 25/05/2017
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