No hay otro indicio de comienzo de función que
no sea el mero ingreso a la sala. Allí en el escenario, varios cuerpos se
mueven como si probaran cosas, en un estado aún indefinido.
Suena un tanguito con ruido a vinilo. Las
cabezas tapadas con máscaras que recuerdan a la lucha mexicana esconden las
caras de los intérpretes y los vuelven inidentificables. Esto a la vez suscita
preguntas. ¿Qué significan esos cuerpos
sin rostro? Estos seres mudos, objetados por el ocultamiento, ¿es la otredad? ¿Qué
puede significar un sujeto desprovisto de su rostro y convertido por el
movimiento en algo casi amorfo? ¿Es quizás una representación de lo deforme, lo
otro, lo excluido?
Las preguntas resuenan sin que haya una
indicación hacia esos pensamientos. Simplemente, la potencia de la imagen
despierta diversas asociaciones libres que pueden tener o no sentido, pero son
posibles.
Los cuerpos intensos de la escena vibran inestables,
sin base firme al principio.
También parecen cuerpos torturados, imagen que
es disparada por el apoyo de los sonidos eléctricos que retumban como en un
espacio de encierro y picana.
Los intérpretes continúan en su movimiento. Luchan
con su cuerpo, con la inestabilidad, en un círculo que comienza a desplazarse
sin fin, mientras progresivamente se descubren los rostros.
Esta propuesta de KM29 trabaja con una idea
potente de grupo. Desde el movimiento se utiliza claramente la repetición, y
también un exacerbado rebote.
El grupo está constituido por una masa con
particularidades, cada uno de ellos es la particularidad de la masa. Entre
todos arman un conjunto donde se tironean y se impulsan, se empujan y se
aguantan, se sostienen y se sueltan.
En un momento la imagen se transforma en una
banda de amigos que se aguanta entre sí en un estado muy alterado.
En otro momento, hay una lucha con el sonido,
ruido disonante, acople, interferencia. Sonidos externos que los modifican y
que se modifican al acercarse a cada uno de los intérpretes. Un juego entre los
cuerpos y el audio, entre lo que ocupa espacio visual y lo que no se ve pero
está.
Ellos son una cadena humana que se mantiene por
la fuerza del grupo. A veces parece que en virtud de la inercia, otras veces se
percibe su lucha, su sostén, su empuje.
La capacidad de transformación y la maravillosa
potencia de lo colectivo laten en esta célula humana que danza.
Qué: Duramadre
Quién:
Intérpretes: Lucas Araujo, Alfonso Barón, Jonathan Da Rosa, Amparo González
Sola, Pablo Kun Castro, Daniel Leguizamón, Nicolás Varchausky.- Iluminación y
Espacio escénico: Matías Sendón.- Música original: Nicolás Varchausky.- Fotografía:
Sebastián Arpesella.- Diseño gráfico: Gonzalo Martínez.- Asistencia y
colaboración artística: Marina Sarmiento.- Coreografía y Dirección: Juan Onofri
Barbato.- Web: http://grupo.km29.net/duramadre
Dónde:
CENTRO CULTURAL GENERAL SAN MARTIN Sarmiento 1551 Teléfonos: 4373-8367 Fax
4374–1251/59 int. 273/278
Web:
http://www.centroculturalsanmartin.com/
Cuándo:
Domingo - 19:00 hs - Sábado - 21:00 hs
Hasta el 01/06/2014
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