Las maneras en que un artista
nombra su obra pueden señalar por donde va su pensamiento. Por eso, la
interpretación de quien participa como observador puede partir de un título.
Las reflexiones que siguen a
continuación surgen a partir de esta propuesta que presenta Leticia Mazur.
Los huesos son el sostén del
cuerpo, la estructura profunda, sólida y a la vez flexible, viva. Son también
lo que queda de un ser cuando los otros tejidos se descomponen. Fragmentos desde
donde recordar, o desde donde poder reconstruirlo.
Los huesos contienen en sí
mucha información sobre una identidad.
La pieza comienza. La luz asciende como el día, como una alusión
al principio de la humanidad, como el fuego que reúne a la tribu. Se condensa
en esta primera imagen una especie de ritual primario en el que los cuerpos
desnudos contemplan la luz antes de moverse.
Los movimientos de uno son
reflejados por otros en un sinfín encadenado donde se observa cómo el impulso viaja
de un intérprete hacia otro.
Al principio, estos cuerpos
parecen sostenidos por hilos invisibles que los reúnen en un todo variado y en
contacto.
Los diferentes cuerpos se
transmiten energía, se articulan y sacuden, se desplazan ampliando el
territorio, generando un tipo de comunicación.
El cuerpo desnudo se
entrega, se ofrece desvalido en toda su potencia. Sin haber un desarrollo
respecto a cuestiones genéricas, el sexo se muestra en su pluralidad, y eso ya
es una posición sobre el asunto.
También surgen en ese
imaginario que construyen los cuerpos y la luz, escenas que desarman creencias,
estigmas, credos, religiones. O que las emulan, las trazan apenas, para disolverlas
después.
Entre los movimientos que
aparecen, se ven los gestos de sacar y poner, de repetir una tarea, dando lugar
a que se vea el cuerpo como herramienta de trabajo, así como alguna vez fueron
utilizados los huesos por la humanidad.
A la vez, sobrevuela cierta
idea de mecanización, de industrialización, de los sistemas de control del
cuerpo en el encierro con una actividad fija y constante, de producción fabril.
De alienación.
Frente a esto es que nace el
gesto del puño en alto como protesta.
El cuerpo es productor de
formas, de imágenes, de ideas.
El magnífico mecanismo de la
luz diseñado por Matías Sendón es central y sobresale en esta propuesta. Más
allá de cualquier metáfora lumínica que lo vincule al fuego, al centro de
reunión, al conocimiento, a la iluminación.
Genera espacio, se cuela en la propuesta como estructura conceptual,
siendo herramienta, hueso sólido que da eje al espacio, concreto, flexible y
sostenedor.
También proyecta sombras y
construye alegorías de cavernas, jugando con la ilusión y lo real.
En ese estado puede encontrarse
la mente cuando observa tantas imágenes de movimiento convertirse en metáforas.
Como proyecciones de ellas mismas.
Y aquello que se proyecta es
lo que queda cuando lo otro se va.
Como los huesos.
Qué: Los huesos
Quién: Actuación: Lucas
Cánepa, Ana D´orta, María Kuhmichel, Valeria Licciardi, Gianluca Zonzini.- Iluminación
y Diseño de objetos: Matías Sendón.- Teaser y Grafica: Ian Kornfeld.- Música: Patricio
Lisandro Ortiz.- Fotografía: Ariel Feldman.- Asistencia de dirección y Producción:
María Laura Santos.- Dirección: Leticia Mazur.-
Dónde: El Galpón de Guevara - Guevara 326 Chacarita
Cuándo: martes 7,14, 21 y 28 de noviembre -
21:00 hs -
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