sábado, 22 de febrero de 2014

VILLA ARGÜELLO

No es inusual que las propuestas escénicas licuen los umbrales de las disciplinas artísticas para ofrecer al público algo novedoso. Esta vez, para deleitar con la frescura impresionante de una pieza de danza, de teatro, de musicalidad vocal y corporal que salpica con la tonalidad particular del acento cordobés.
Villa Argüello es una pieza sencilla –y muy bien confeccionada- que evoca el mundo cordobés desde una forma de hablar, de nombrar las cosas, de acentuarlas de manera particular. Lo evoca y juega con él, juega a enseñar esa particularidad del decir desde la resignificación de lo propio.
Con la expresión vital del cuerpo en movimiento, la propuesta habla de la pertenencia, del amor, de la amistad, de la potencia ilimitada de la vida.
A partir del simple guiño a lo autóctono, a un mundo de lo popular que no es más que una idea manifestada en el referente único que va a narrarles sus aventuras para introducirlos en ellas mediante su propia forma de decir.
Las situaciones que plantea están muy bien resueltas. Se viaja de una a la otra sin baches, con una naturalidad que otorga el movimiento pensado o la palabra justa, insertada con precisión en el momento adecuado del relato.
Igualmente sucede con la música. Su entrada acentúa, da marco, es apoyatura. A la vez genera espacio y lo proyecta en el imaginario para convertirse en lo que sea necesario en ese instante.
Los intérpretes funcionan cada uno con su carácter, su individualidad colectiva, tomando la voz y pasándola, tejiendo el relato desde un intento de aprender esa tonada que los lleve a poder desenvolverse en la historia de la narradora, a captar con mayor precisión lo que ella les cuenta.
Así, este grupo de hombres y mujeres construye espacios y temporalidades varias. Con fluidez diseña escenas donde el movimiento genera situaciones en las que la danza es apenas un pasar, un acomodar bancos, o donde la danza es simplemente danza, baile, juego, disfrute por moverse.
Un placer que mueve al espectador como si espiara la pista a la espera de su turno para salir a bailar también, a sumarse al festejo colectivo.

Qué: Villa Argüello
Quién: Idea y Dirección: Celia Argüello Rena.- Actúan: Paolo Sambrini.- Intérpretes: Pablo Castronovo, Josefina Gorostiza, Andrés Molina, Teli Ortiz, Jimena Pérez Salerno, Diego Rosental.- Vestuario: Estefanía Bonessa.- Escenografía y Diseño de luces: Agnese Lozupone.- Música original: Alfonso Barbieri.- Diseño gráfico: Wearepasto.com.- Asistencia general: Macarena Orueta.- Producción: Juan Pablo Gómez.-
Dónde: Asociación Vecinal Gral. Benito Nazar: Sociedad de Fomento y Biblioteca Popular.-  Antezana 340 (a 1 cuadra de Honorio Pueyrredón) Reservas por Alternativa Teatral www.alternativateatral.com

Cuándo: Sábados 20 hs. RESTRENO SÁBADO 8 de marzo a las 20. 

CRAM

La palabra que da nombre a esta propuesta tiene distintos significados de acuerdo a la lengua a la que se remita. Cram en inglés hace alusión a atiborrar, a amontonar la vida en un espacio reducido. En alemán la palabra es krämer, que señala a los ‘mercachifles’ que venden su arte por el mundo. Y en sueco es krama, abrazo que contiene y nos contiene. Estas aclaraciones del autor y director del proyecto, Gonzalo Orihuela, valen para acopiar datos a la hora de hacer entrar la obra en el propio universo de significaciones.
Obra performática, teatral, dancística y musical, Cram también puede verse como un espectáculo tanguero, rockero, polirrubro, multicultural, cuya pluralidad de expresiones y lenguajes se abrazan en los sentidos que su título atina a otorgarle.
Presenta una ambientación sonora inicial de corte tanguero donde vemos, desde la propuesta escénica, una maleta en el centro de la sala. A esto se suma el contrabajista que hace su entrada estuche en mano dispuesto a armar el espacio donde se dispone a tocar.
Llega con la música el inicio de esta pieza ecléctica e innovadora que propone distintas formas de bailar, de hablar, de comunicarse, expresarse, sentir. Donde todas son válidas porque la diversidad, además de ser rica, enriquece. 
Si podemos disponernos para tomarla.
En esta mezcla transdisciplinaria los intérpretes son bailarines, los músicos actúan, los bailarines tocan instrumentos. Las escenas se suceden entre dúos, tríos, juegos sensuales de aires tangueros o contemporáneos o rockeros. 
Escenas que proponen encuentros, desencuentros y seducciones desde el cuerpo o desde la palabra.
Está presente, en este aire de lenguas diversas de distintos continentes, la soledad del viajero que traslada su ‘montoncito atiborrado de vida’ por el mundo. Viajero que a la vez de nutrirse en sus peripecias a través de las fronteras (vendiendo su arte como un mercachifle) parece vaciarse de su origen, desarroparse para vestirse de nuevo resignificando su procedencia.
Finalmente, el abrazo aparece como una simbólica que excede el universo del tango para colarse en las grietas de lo universal.

Qué: Cram
Quién: Idea y Producción: Gonzalo Orihuela.- Intérpretes: Solange Chapperon, Rodrigo Fonti, Juan Fossati, Natalia Fures, Julián Rodriguez Orihuela, Mayumi Urgino.- Músicos: Solange Chapperon, Rodrigo Fonti, Juan Fossati, Natalia Fures,  Mayumi Urgino.- Diseño de luces: Claudio Alejandro Del Bianco.- Diseño sonoro: Aníbal Tonianez.- Asistencia coreográfica: Solange Chapperon.- Asistencia de dirección y Producción ejecutiva: Germán Marteau.- Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate.- Dirección musical: Julián Rodríguez Orihuela.- Web: http://kambras.com
Dónde: TEATRO DEL ABASTO.- Humahuaca 3549.- 48650014
Web: http://www.teatrodelabasto.com

Cuándo: Martes - 20:30 hs - Hasta el 18/03/2014

martes, 17 de diciembre de 2013

RECITACIONES


En un espacio estructurado por niveles hay un grupo de rubias platinadas sentadas de espalda. Entra una mujer que se para frente a un atril y, luego de saludar, comienza a cantar. Pero no es un canto común. Son sílabas y fonemas que construyen melodías.

La exploración que se despliega en la escena trabaja con la pieza para voz sola  Récitations (1978), compuesta por Georges Aperghis a partir de una combinación de palabras, fonemas, vocalizaciones y sonidos guturales.

Esta obra de difícil interpretación es llevada adelante como un juego gestual con el talento y ductilidad de la cantante Cecilia Pastorino.

Realmente experimental, la propuesta juega con el gesto acentuado de la vocalista y los intérpretes que la acompañan en una totalidad que parece poner el énfasis en la emoción y la expresión de esa gestualidad.

El cuerpo se transforma en escena en una especie de imagen gutural de los sonidos, como si fuera leyendo una partitura compleja de formas y movimientos inexpresivos.

Durante el desarrollo de lo que podría nombrarse como un concierto contemporáneo de sonidos y gestualidad grupal, el público puede orientar la mirada sobre la cantante como figura relevante acompañada de un coro silencioso, o bien tomar a esa primera y única voz como excusa, sonido, texto y contexto de la partitura coreográfica.

Porque, ¿qué hace un coreógrafo? ¿Qué determina una danza? ¿El movimiento, el espacio, la energía, el tiempo, todo junto?

¿Puede crearse una danza sin danzar?

Simples situaciones físicas congeladas, una gestualidad ampliada con lupa, micro observación del detalle.

Se despliega aquí una investigación del rostro y el gesto corporal donde la emoción se presenta casi como un movimiento mecánico, como un reflejo del sonido en las articulaciones de la cara.

A medida que avanza esta representación sin relato lineal, los ‘personajes’ se van quitando progresivamente las pelucas, las redecillas, las hebillas, hasta despojarse de todo ornamento. Entran en juego los sonidos de los elementos al caer, el juego con el pelo de cada una, el despliegue de los movimientos particulares en consonancia o disonancia con la estructura del espacio.

La danza en secuencias coreográficas minúsculas de dúos, tríos, grupos masculinos, femeninos.

El espacio de partida de un concierto de voz sola se transforma en las posibles –e imposibles- imágenes de esos sonidos articulados maravillosamente por la intérprete musical, cuyas expresiones faciales son producto de la lectura de la partitura, carente de todo compromiso emocional.

Un experimento único en su propuesta dentro de la cartelera porteña actual. Un paso más hacia la búsqueda de nuevos horizontes en el arte del movimiento.

 

Qué: Recitaciones

Quién: Idea, Coreografía y Dirección: Edgardo Mercado.- Intérpretes: Bárbara Alonso, Gastón Martín Barroso, Carla di Gracia, María Luisa Ginevro, Julia Gómez, María Sol Gorosterrazu Vera, Carla Rímola, Ignacio Saraceni, Alejo Wilkinson.- Voz en Off: Cecilia Pastorino.- Escenografía: Ariel Vaccaro.- Peinados: Mooo!- Diseño de vestuario: Federico Laboreau.- Diseño de luces: Gonzalo Córdova.- Música: Georges Aperghis.- Fotografía: José Carracedo.- Diseño gráfico: Ezequiel Black.- Asistencia Coreográfica: Paola Alejandra Castro.- Prensa: Débora Lachter.- Producción ejecutiva: Igma Proyecto Arte.- Productor asociado: Miguel Galperin.-

Dónde: Hasta Trilce.- Masa 177.- Web: http://www.hastatrilce.com.ar

jueves, 28 de noviembre de 2013

ONE LOVE SONG/UNA CANCIÓN DE AMOR

El humo del comienzo genera una atmósfera turbia, y expectativas en el público que espera atento.
A través de distintas calidades en el caminar –lo más simple y a la vez difícil de realizar por los bailarines en general- entran en escena los intérpretes de esta propuesta.
Cuatro hombres y una mujer se mueven, se vinculan entre sí y establecen una relación corpórea. Al principio es como una danza de contacto sin apoyo entre los cuerpos.
El inicio es un ir y venir, un caminar hacia delante y hacia atrás,  donde esas siluetas en la niebla avanzan circularmente mediante un movimiento sostenido, respirado.
Desde ese lugar de expresión se produce una conexión kinestésica que los atraviesa y proyecta hacia el espectador que no ha perdido su atención sobre los movimientos de la escena.
Comunicación corporal, no verbal, que estos cuerpos que se observan y danzan, generan.
A partir de relaciones de solos, dúos, tríos y todo el grupo completo, estos cuerpos, estos seres humanos, crean. Una creación que se multiplica en muchas imágenes. Desde lo que traza el grosor de cada forma física en el espacio hasta lo que la imaginación despierta en las butacas.
El grupo se mueve con empatía y produce un diseño espacial espontáneo.
De esta manera, el público puede experimentar desde el asiento una coreografía viva, dúctil, flexible. Y percibir a nivel kinestésico el placer del movimiento conciente, el disfrute de la adaptabilidad y sostenimiento de los intérpretes, de sus expresiones corporales, de su emoción presente.
El espectador es partícipe del juego que se establece con la música. Donde las frases sueltas, escritas desde el movimiento construyen una conversación grupal. Sin dejar de ser, a la vez, una especie de parodia de la referencialidad de la danza hacia la música. Una referencia que aquí no es sostenida.
Es el movimiento y la relación espontánea de los intérpretes sobre lo que parece una partitura de improvisación, lo que hace de esta pieza un verdadero momento de danza.

Qué: One Love Song
Quién: Idea y Realización: Martín Piliponsky.- Intérpretes: Magali del Hoyo, Elia Mrak, Matthieu Perpoint, Juan Velazques.- Vestuario: Gustavo Lesgart.- Iluminación: Alfonsina Stivelman.- Música: Ilia Mayer.- Diseño: Carolina Balmaceda.- Asistencia general: Constanza Feldman.- Producción: Solange Courel.-
Dónde: LA CARPINTERÍA.- Jean Jaures 858 Teléfonos: 4961-5092 
Cuándo: Domingo y Miércoles - 21:00 hs - Hasta el 27/11/2013

Entrada: $ 70,00 / $ 60,00 - 

EIR

La pieza coreográfica concebida por Marina Sarmiento surge como un proyecto encargado por el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino de La Plata.
La obra está inspirada en la reconocida artista platense Iris Scaccheri, bailarina de gran trascendencia a nivel nacional e internacional durante las décadas del ‘60 y ’70, fenómeno poco común en la danza que trabajó en el Instituto Di Tella y con figuras de la danza como Dore Hoyer (discípula de Mary Wigman).
Para crear la obra, Sarmiento se basó en los pocos registros que hay de Scaccheri: notas de prensa y escasos videos de sus obras. Además de entrevistas a colegas y artistas vinculados a ella, así como el libro de fotografía de Susana Thenón y el libro Brindis a la danza publicado por la propia Iris en 2011.
La propuesta, presentada en el Cultural San Martín, combina danza y plástica en un desarrollo escénico que intenta emular  la figura de la artista a partir de un intento de recuperar “la intensidad de su presencia”, según palabras de la coreógrafa.
En ese desarrollo priman tres colores significativos que son el blanco, el negro y el rojo. La luz, la oscuridad, la sangre. La bondad, inocencia y pureza del blanco; la muerte, el misterio y el poder del negro; la energía, pasión y amor del rojo.
Formas en carbonilla sobre un fondo blanco de papel que dibujan movimientos como danzas impresas fijadas en los trazos.
Danza desarticulada que juega con los equilibrios, que indaga en una manera particular del movimiento, que dibuja más líneas y formas en el espacio de la sala.
Y una mancha roja, una flor sangrante que viste a la bailarina cuyo cuerpo desnudo quiere desprenderse de toda carnalidad. Una prenda carmín con la que juega en su danza.
Un interrogante que puede caber en el público que observa o quizás hasta indignar al espectador que ha conocido a la bailarina platense es qué lleva a la intérprete a desnudarse.
Para esclarecer un poco el asunto es interesante escuchar algunas de las preguntas que guiaron la investigación: ¿qué vino después de Iris?, ¿en qué momento estamos ahora?, ¿cómo dialogan los jóvenes creadores con el paso del tiempo, las obras y las figuras icónicas del arte?  Estos interrogantes planteados orientan acerca de la búsqueda que hubo en el desarrollo de la propuesta escénica de Sarmiento, y también pueden colaborar en su comprensión.

Por otro lado, es esclarecedor escuchar lo que Iris decía: "Yo creo que esta es una época de puente: algunos esperan, otros repiten cosas, otros, muy pocos, que saben que nadie se va enterar, intentan la transición”. Y a pesar de considerarse “desgraciadamente” una de esas personas, de alguna manera se constituyó como una figura icónica de esa transición silenciosa.
Puede ser útil pensar si para ser transición hay que estar convencido y entregado a la pasión que se siente, a esa verdad interior que puja por salir y a la que solo algunos le dan el espacio suficiente para existir.
También preguntarse si entregarse a la verdad es desnudarse.
El desnudo de la escena muestra el cuerpo en todo su ser. Carne y piel, sudor, cansancio y humanidad. La bailarina que transmuta y la bailarina cuerpo presente que mueve articulaciones, que respira, que vive.
Danza cuya única pretensión es dar cuenta de esa entrega.
Homenaje que intenta ser un puente entre el pasado y el presente.

Qué: Eir

Quién: Concepción, Puesta en escena y Dirección: Marina Sarmiento.- Intérpretes: Lucía Savloff.- Diseño de espacio y de luces: Matías Sendón.- Música original: Leonardo Di Gusto.- Fotografía: Sebastián Arpesella.- Diseño gráfico: Emilse Berlanga.- Asistencia general: Micaela Moreno.- Colaboración artística: Lucía Fernández Mouján.- Coreografía: Marina Sarmiento, Lucía Savloff.- 

lunes, 23 de septiembre de 2013

LAS VÍRGENES

El coreógrafo y director Pablo Rotemberg extiende sus creaciones -siempre estimulantes- hasta los parajes de un grupo de actores de la carrera de actuación del IUNA. El resultado de ese proceso de investigación, de ese ‘cruce de dos maneras de concebir el movimiento  y percibir el cuerpo’ –como explica el coreógrafo- es una obra incatalogable atravesada por el movimiento donde la palabra también tiene su lugar (si bien no es imprescindible).
Los actores, iniciados en la propuesta estética de Rotemberg, son un grupo joven que entrega el cuerpo en toda su crudeza para encarnar un universo particular ya algo conocido para aquellos que han visto algunas de las últimas propuestas del coreógrafo.
En Las vírgenes, los movimientos maquinales, el erotismo vacío, el travestismo, la violencia física, las duras caídas, el tono paródico, se suceden y repiten como en otras puestas del mismo director. Y por la solidez del trabajo que Rotemberg lleva desarrollando hace años, bien podrían entenderse como una forma propia de construir, como una estética ‘rotembergiana’, por decir de alguna manera.

Aunque la temática no huela a original, nadie podría negar que en esta posibilidad de exploración que se permite el director en su búsqueda como creador (o co-creador) ha sabido exprimir a los intérpretes y hacerlos jugarse hasta el último centímetro de piel. Una epidermis descubierta en su desnudez que se arranca el corazón y lo arroja contra alguna puerta metálica, que se autotortura mientras se burla simultáneamente de sí mismo.
El espacio es aprovechado en su totalidad. El espacio es un ambiente golpeado en cada rincón, como los cuerpos que gimen y se manipulan entre sí en escena.
Si el trabajo sobre el cuerpo “presupone disciplina, entrenamiento, repetición y dolor”, como el mismo director expresa, acá se observan esas acciones volcadas en la construcción temática y escénica, donde también se explota el género, el transgénero, y se ejerce cierto abuso sobre la figura femenina, o ‘lo femenino’ como algo que se somete a la fuerza y designio del otro.
Los intérpretes construyen en conjunto una totalidad explosiva y dolorosa donde alguno que otro se destaca para apoyar el hilo de lo que van tejiendo entre todos, con sudor y lágrimas.
Una pieza donde no existe la inocencia.

Qué: Las vírgenes
Quién: Autoría y Dirección: Pablo Rotemberg.- Actuación: Florencia Baldi, Juan Jose Barocelli, María Canale, Eugenio Colusi, Martina Cordara, Marcela Dojtman, Agustina Gielis, Paulina Lita, Natasha Luna, Agustin Maradei, Sofía Martínez, Eliana Murgia, Pamela Orozco Donoso, Dalila Rubinstein, Florencia Solari Larrarte, Wenceslao Tejerina, Sebastian Villacorta.- Vestuario: Nadyn Sandrone.- Escenografía: Mirella Hoijman.- Iluminación: Claudio Alejandro Del Bianco.- Realización de escenografía: Manuel Escudero.- Edición de sonido: Jorge Grela.- Sonido: Guillermo Juhasz.- Fotografía y Diseño gráfico: Samuel Sahlieh.- Asistencia de iluminación: Verónica Lanza.- Asistencia de dirección: Josefina Gorostiza.- Arreglos musicales: Jorge Grela.- Coaching actoral: Valeria Grossi.- Web: https://www.facebook.com/lasvirgenes2012?fref=ts
Dónde: IUNA DE ARTES DRAMATICAS. (SEDE FRENCH) - French 3614.- Teléfonos: 4804-9743.- Web: http://www.iuna.edu.ar
Cuándo: Sábado - 23:00 hs


domingo, 8 de septiembre de 2013

APNEA

El público entra en la sala mientras un grupo de jóvenes espera allí en escena. Son casi 20 intérpretes atentos en el escenario. Desde allí surgirá un efecto sorpresa que se vale de un gesto contagioso como la risa.

Luego de romper el hielo inicial mediante ese contagio jocoso que comparten ambos lados de la propuesta –bailarines y espectadores- continúa el desarrollo de esta performance de danza.

Se mueven juntos, en grupo, hasta que alguno se aparta. Todos siguen al que se aparta. Situación que se repite varias veces.

Con un vestuario de calle, el grupo funciona como un espacio de pertenencia juvenil donde todos parecieran compartir cierta apatía por el medio. Un estado de aburrimiento que constantemente es quebrado por la ocurrencia de alguno de ellos.

El transcurrir de la pieza se asemeja a una clase o un ensayo. Hay un aire de espontaneidad e improvisación que en los fragmentos coreográficos parecieran apostar más a  la diversidad que la técnica depurada.

Un grupo donde cada uno tiene su particularidad pero ninguno goza de un protagonismo que lo destaque a propósito por sobre los demás.

Entre ellos se generan momentos de unísono irregular. Como  en la naturaleza con sus constantes asimetrías, la armonía se expresa en la puesta de cada individualidad dentro de la globalidad colectiva.

En las distintas secuencias coreográficas, los dúos propuestos son  heterosexuales. Una mirada que retoma ese ‘pas de deux’  de la danza académica tradicional.

También está presente el toque de humor a través de juegos que rompen lo ficcional al aludir a cuestiones que tienen que ver con la técnica, como el trabajo de iluminación, que vuelve a despertar su motivación risueña y traviesa con la personificación del objeto lumínico. Allí entra el mundo infantil de realismo mágico.

Los intérpretes construyen desde su propio universo algo lúdico e informal. Una propuesta donde la energía fluctúa y esto pareciera reflejar cierta desidia juvenil que se vuelve a activar. Donde la fuerza motora anida en lo social, en lo grupal en sí y oscila entre el ámbito de la danza y lo performático.

Apnea muestra un grupo de jóvenes que no tiene un horizonte muy claro y definido, pero que está junto y propone.

Apnea es ese instante donde se retiene el aire para explorar otras profundidades antes de soltar o volver a inspirar (se).


Qué: Apnea

Quién: Intérpretes: Julieta Albornoz, Iván Asborno, Nicolás Baroni, Alegre Bartoli, Luciana Brugal, Leandro Bustos, Luciano Cejas, Daniela Conti, Alfredo Oscar Farias, Patricia Ferraro, Matías Furio, Gastón Gatti, Eli, Belén Ortiz, Virginia Rossi, Andrés Avendaño Suarez, Nahuel Valenzuela, Vanessa Worsnop.- Músicos: Alejandro Catarino, Karla Lucero, Leandro Rudak.- Diseño de vestuario: Mariela Iturregui.- Diseño de escenografía: Elizabeth Restrepo.- Diseño de luces: David Seiras.- Dirección de actores, Fotografía y Diseño gráfico: Luciano Crispi.- Asistencia de dirección: Valeria Pessacg.- Prensa: Laura Castillo.- Coreografía y Dirección: David Señoran.-

Dónde: Espacio Cultural Pata de Ganso.- Zelaya 3122 (Abasto) TEL. 4862-0209
Cuándo: Sábado- 21:00 hs -