sábado, 9 de noviembre de 2019

COPIA/ORIGINAL

Cuál es el origen es una pregunta metafísica difícil de contestar. Es conocida la frase que se interroga sobre la existencia previa de la gallina o el huevo. Porque, ¿cuál está primero?
Si el aprendizaje del mundo pasa por el cuerpo y la imitación es una de las formas de incorporar conocimiento, ¿qué aporta saber qué estaba antes o de quién fue la idea? Por ejemplo, ¿de quién son los movimientos que hago, de quién los pensamientos que tengo? ¿Hasta dónde los deseos de une son totalmente propios?
Desde estas preguntas y muchas otras, nos lanzamos a intentar cronicar esta experiencia de Copia/original.
En escena, todo funciona en esa oposición donde no encontramos la respuesta definitiva, como si se tratara de una multiplicación en espejo al infinito y no pudiéramos dilucidar qué refleja a qué.
Así vemos a dos chicas, que parecen iguales, danzar una coreografía que luego es proyectada. Resulta que tampoco les pertenece a ninguna de las dos. Es una pieza antigua de la bailarina estadounidense Trisha Brown. Movimientos hilvanados por una, repetidos por otra, y de esa manera, presentes en la escena, vivos nuevamente, renacidos para ser apreciados otra vez.
La sobrevaloración de lo nuevo o lo original pone en tensión tanto los modelos de consumo donde lo que importa es hacer, como los derechos de autor, donde el arte se transforma en una mercancía cuyo dueño es quien tiene la ventaja de llevarse la gran tajada de la torta.
Copiar, también es una forma de permanecer. “Las ideas son como el pasto, buscan la luz”. Y en esa búsqueda, pueden ser muchas las briznas de hierba que le den forma, pueden dibujarse de maneras diversa, pueden multiplicarse rizomáticamente como el pasto mismo.
Beber de distintas fuentes permite también el punto de partida para el desarrollo de conceptos diferentes. Así se estudia y se transmite el conocimiento en las universidades del mundo.

En la escena, estas ramas por las que se va el pensamiento tienen su raíz en la ubicación del público, en las proyecciones que nos traen otra temporalidad a convivir con el presente, en el juego de sombras que también nos recuerdan que están allí como reflejo de otra cosa, en el baile oscilante entre lo propio y lo ajeno. Aunque ¿qué sería lo “propio”, qué sería lo “ajeno”?
Copia/original, es una pieza única, distintiva, hecha de mixtura ajena, que reflexiona escénicamente sobre sí misma y cuya mezcla, la vuelve original.

Qué: Copia/original
Quién: Intérpretes: Ines Armas, Laura Peña, Gabriel Urbani.- Dirección: Colectivo Dominio Público

lunes, 4 de noviembre de 2019

ABRAZO AL TIGRE

¿Cómo crear desde la improvisación en el movimiento sin que la mente prevea ni planifique los pasos a dar?¿Cómo esquivar la forma y al mismo tiempo construirla para la mirada del otre? ¿Cómo darle lugar a la pulsión cuando lo simbólico se presenta encaotizado?  Abrazo al tigre puede provocar tanto preguntas como sensaciones. Desde lo planteado por la performer, en los textos que presentan su solo, hasta la danza que despliega en escena, el conjunto invita a soltar las amarras de los propios pensamientos para recibir impresiones, impulsos y sentires que intentarán reordenarse luego.
La danza comienza, ella está en la escena. En quietud o moviéndose. Todo el cuerpo está presente alternando equilibrios, desequilibrios, temblores, formas aplomadas o más arriesgadas. Su rostro expresa inquietud, calma, alegría, seriedad, alternadas sin motivos aparentes. Se mueve y congela pausando gestos.
De la misma manera, la música es algo que está allí aunque también podría no estar, no hay una supeditación a una partitura sonora. Pareciera existir un patrón interno, desconocido, quizás incluso flexible. Como también se podría pensar que cada movimiento va surgiendo espontáneamente en ese devenir. Movimientos que dan cuenta de una corporalidad, una estructura que articula sus huesos y su musculatura, que emplea la fuerza o la libera, que resiste o cede.
Así sucede la danza entre lo mismo, lo parecido, lo casi distinto y lo distinto, que atraviesa el espacio como un loop o una reminiscencia de algo que fue, que pasó o se evocó. De esta manera surgen los mundos que construye el gesto en el empleo del tiempo, entre lo azaroso y lo planificado.
En la abstracción simbólica del despliegue de una danza, es el espectador quien colabora en el sentido. Quizás aterrizando en su propia corporalidad, percibiendo impulsos, sintiendo los movimientos rebotar en su cuerpo, o simplemente pensando sobre la danza y el mundo.
Pero siempre con una pregunta abierta, como una historia que se narra une a sí misme.

Qué: Abrazo al tigre
Quién: Idea, dirección e interpretación: Lucía Fernández Mouján.- Asistencia de dirección: Laura Monge y Natalia Tencer.-| Diseño de Luces: Omar Possemato.-| Dirección músical: Agustín Flores Muñoz.- Músicos/a: Majo Valerio, Juan Ignacio Ferreras, Martín Waisbrot.-  Técnico de sonido y grabación: Martín Waisbrot.-  Vestuario: Silvina Bolognini.- Fotografía: María Zorzón.-




miércoles, 9 de octubre de 2019

DA DA DANZA



El pasado domingo 6 de octubre se realizó la tercera edición de Da Da Danza en el Konex, un festival que nuclea algunas de las propuestas independientes de la ciudad y que este año tuvo lugar en una sola jornada.
La curaduría estuvo en manos de Catalina Lescano, quien contó con apenas dos meses para hacerse cargo de la selección de propuestas. Su mirada se focalizó en aprovechar las dimensiones espaciales de la arquitectura del Konex y por eso las obras invitaron a recorrerlas.
Catalina nos contó que le interesó poner el foco en programar “obras que tuvieran en potencia un encuentro singular con la arquitectura del Konex por fuera de las salas tradicionales”, idea que se unió a la posibilidad de llamar a elencos numerosos.
“Me parece fundamental celebrar, apoyar y difundir trabajos de corógrafxs que se animen en este contexto a crear en multitud, enfrentando no sólo en términos económicos ese desafío sino también en términos de organización de agenda. Llevar adelante un proyecto entre más de 10 o 15 personas es desde mi punto de vista un acontecimiento que roza lo revolucionario, cuando lo que implica es poner el cuerpo para hacer una obra por hacer la obra en sí,” dice Catalina, quien para esta edición pensó una programación representativa de las producciones independientes de artistas creadores que se manifiestan desde la danza en el cruce con otros lenguajes y disciplinas: teatro, artes visuales, cine, artes sonoras, circo, deporte, etc. 
Cintia Dattoli, directora de “Les Idiots… O la Fragilidad del Consenso”, que participó por primera vez en el Festival, siente que la experiencia es un acto de celebración donde se encuentran muchos colegas en un ambiente que cuenta con buena producción en un momento donde es difícil producir obras. 
“El contexto socioeconómico para el arte es difícil en este momento. Nunca están dadas las condiciones de producción que hagan justicia a la cantidad de trabajo y energía invertida”. Por eso insiste en rescatar estos espacios como el Konex que pone toda su plataforma a disposición de muchos artistas para mostrar y difundir sus obras, para ver materiales diversos, muy buena calidad artística, con entradas a precios muy accesibles.
En una época donde las condiciones de producción son hostiles, la danza, como ella afirma, es una actividad que se sostiene en la convicción profunda de que el arte tiene herramientas efectivas e inspiradoras de muchas otras actividades y procesos. “Me refiero a que las asociaciones de ideas, la empatía que se despierta viendo una pieza, incluso las reflexiones más profundas que puede inspirar ver obra, son mensajes o formas de comunicación que no solo autonomizan y profundizan la mirada crítica del mundo (la de cada uno de los espectadores), sino que la estimulan de forma casi lateral. Y pienso que ahí reside la potencia del arte, en que uno cree que va al teatro a distenderse y lo logra, pero además tiene la oportunidad de hacer un cambio personal en la mirada del mundo, a través de esa práctica”, agrega.
Que el encuentro del domingo haya dejado su semilla en los espectadores que la disfrutaron.

Qué: Da Da Danza
Quién: Les Idiots… O la fragilidad del consenso (Idea y dirección: Cintia Dattoli)
Categoría Mosquitos (Dirección: Andrés Molina)
Otra línea Dirección, composición e interpretación (Iván Haidar)
Maratón de performance (Un tiro/No envejeceremos juntxs/I /Tampoco)
Dónde: Ciudad Cultural Konex - Sarmiento 3131
Cuándo: Domingo 6 de octubre desde las 17 hs.



miércoles, 2 de octubre de 2019

DA DA DANZA



                                        
DA DA DANZA
Tercera edición
 Una jornada con más de 50 artistas en escena
Domingo 6 de octubre desde las 17 hs.
Entradas anticipadas: $250. Día de función: $300.
Combo para dos funciones: anticipado: $400. Día de función: $450.

Ciudad Cultural Konex - Sarmiento 3131
Ciudad Cultural Konex presenta la tercera edición de Da Da Danza,  una  jornada que convoca a reconocidos artistas a emplazar sus obras en los diferentes espacios que ofrece su singular arquitectura.
El domingo 6 de octubre, el público podrá acceder a un panorama de obras actuales con diferentes búsquedas y cruces interdisciplinares: la danza y la performance se cruzarán con el deporte, el teatro, el circo, el cine, el video y la música en un evento en el que participarán más de cincuenta artistas. Los trabajos de Cintia Dattoli, Andrés Molina, Ivan Haidar, Bárbara Alonso, Domenique Melhem, Ana Gurbanov, Lucas Cánepa, Rodolfo Opazo y José Andino Menéndez invitarán a los espectadores a habitar y recorrer el Konex a través de la danza. Curaduría: Catalina Lescano.
Las entradas para cada espectáculo y los combos válidos para dos funciones se venden a través de cckonex.org y en la boletería del Konex, Sarmiento 3131.
Les Idiots… O la fragilidad del consenso
Idea y dirección: Cintia Dattoli.
17 hs — Patio.

“En la Edad de Piedra, por ejemplo, todos los idiotas se morían.
Pero hoy en día no tiene porqué ser así. Ser idiota es un lujo,
pero también es un paso adelante. Los idiotas son la gente del futuro”.

Lars Von Trier.
Les Idiots … O la fragilidad del consenso, es una obra que se apoya en procedimientos formales de improvisación para convocar a la versión más idiota de cada intérprete. Para que juntos, estos siete idiotas intenten construir consensos para comunicarse, poniendo a prueba el consenso, su idiota personal y el movimiento, que tensiona constantemente entre ser una danza abstracta y un signo consentido.
Categoría Mosquitos
Dirección: Andrés Molina
18 hs. — Patio
Una experiencia escénica que atraviesa el deporte, el teatro y la danza. Una prueba física que lleva al límite la resistencia del cuerpo. En esta propuesta el espectador queda sumergido en un partido que se vive con la pasión de una final. Cada deportista, cada gota de transpiración, cada músculo, se funde en un rito colectivo en el que movimiento, luz y sonido se convierten en un juego con sus propias reglas. Este partido exige ser el jugador exacto, en el lugar exacto, en el tiempo exacto.
Esta obra cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto para el Fomento de la Actividad de la Danza no Oficial del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires - Prodanza.

Otra línea
Dirección, composición e interpretación: Iván Haidar
19 hs. — Antesala

Iván Haidar se duplica. Su yo real se mezcla con su versión virtual de manera tal que, ambos acaban por confundirse de cual mundo es que provienen. Este diálogo con uno mismo, es una búsqueda constante de alternativas para estar en relación con todo lo que hay, cuando se está solo. “Solo retroactivamente pude entender que en mi dificultad para aceptar la soledad como alternativa, intenté responder a ese problema duplicándome, quería ser el el testigo de mi propio crimen”.
Esta obra fue realizada mediante el apoyo del Instituto para el Fomento de la Actividad de la Danza no Oficial del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires - Prodanza y el Programa de residencias de Iberescena. Ha ganado el Festival Regional y provincial de Buenos Aires 2019, organizado por el CPTI. Fue parte del Festival Nido en Rivera, Montevideo, Des/ocupacâo en Lisboa y el Festival Citemos en Coimbra. Participará de la próxima Fiesta Nacional del Teatro Independiente.
Maratón de performance
20 hs. - Sala de las Columnas
Maratón de Performance es una plataforma en donde sucede una performance seguida de la otra, al estilo maratón. Esta propuesta fue creada por Bárbara Alonso y Dominique Melhem en marzo del 2017 debido a la urgente necesidad de la existencia de un espacio accesible para el intercambio y manifestación del arte de performance en Buenos Aires. En solo dos años se realizaron nueve ediciones en diferentes espacios entre los que se encuentran el Centro Cultural Efímero y La Confitería. Durante el 2018, la Maratón de Performance fue convocada por Gallery Days/Nights, con la realización de intervenciones performáticas en diversos locales y galerías.
Este evento recibió un subsidio del Instituto para el Fomento de la Actividad de la Danza no Oficial del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esta décima edición presenta una curaduría realizada para el marco de Da Da Danza en Ciudad Cultural Konex.
 
Performances
Un tiro: Apuntar, arrojar, clavar. El acierto y la falla. La repetición y la insistencia. "Un tiro" indaga en el cruce del movimiento con el aspecto sonoro de la acción. A partir de la práctica circense de lanzamiento de cuchillos y el procesamiento en vivo del sonido se abre un cuerpo en estado de prueba.
 
No envejeceremos juntxs: Obra de danza con música electrónica que se construye en tiempo real. Crónica inquietante de la fragilidad en la afección de los cuerpos. ¡Nos une lo volátil, un néctar emanado y codiciado! El espectador es un testigo activo de paisajes coreográficos e instalaciones de movimiento que propone la grupalidad.
 
I: En I, distintas escalas se articulan de forma heterogénea en un espacio de coexistencia. Las materias en ese espacio, abren un paréntesis contemplativo donde lo misterioso se abre paso, poniendo en relieve aspectos senso-perceptivos que van a formar un sistema de relaciones sutil y tenso.
Dirección: Rodolfo Opazo. Performers: Flor Sánchez - Javier Olivera. Músico: Valentyn Piñeyro. Colaboración artística: Maria Landeta 
 
Tampoco: Movimiento entre cuerpo y cine. Diálogo entre dimensiones. Bio  filmografía en carne viva. Es el resultado entre la experimentación de posibilidades compositivas que ponen en diálogo al cuerpo con material de registro cinematográfico.  Una interacción entre edición, proyección y movimiento-danza de la que surge un docuficción autoreferencial del autor

miércoles, 4 de septiembre de 2019

4MPUS


Estos cuatro movimientos para una sinfonía invitan a entrar en una propuesta múltiple. Dividida en partes, como la composición musical, la puesta escénica es una invitación a un banquete gastronómico y corporal.
La escena muestra una mesa como objeto protagonista, como lugar que nuclea a las personas y que suele ser centro de reunión, centro de la sala o centro de la cocina, del espacio que contiene el fuego del hogar.
Sobre esta mesa, los manjares se preparan para comer, para nutrir, para ser incorporados. Pero la nutrición es un acto que excede a la comida y se cuela entre sentidos que abarcan todo lo que puede alimentarnos como personas.
Se combina en escena el erotismo, la sensualidad, el amor y los aspectos más carnales y cotidianos, en un vínculo que inmediatamente une a los intérpretes en una relación de pareja. Lo hace mediante diferentes formatos como proyecciones de video, música electrónica en vivo, instalación, performance y danza.
Los intérpretes juegan con sus cuerpos en un movimiento donde la sangre y la carne pueden simbolizar tanto la comida que se engulle como el otro a quien se quiere. Porque en el extremo inconsciente del amor, aquello que se ama, aquello que nutre, se desea incorporar.
El hecho de comer y beber se comparte en una fiesta que invita al espectador, partícipe de ese convivio en el que se piensan las relaciones afectivas y humanas.
La música disparada en vivo y los recursos utilizados dinamizan un desarrollo sinfónico que no tiene pausa ni deja pasivo al público, incorporado también en el banquete.
La escena plantea un intercambio activo, la teatralidad es un festejo, la obra –como el amor- es una fiesta.

Qué: 4MPUS
Quién: Dirección e Interpretación: Matthieu Perpoint, Agustina Sario.- Iluminación: Adrian Grimozzi.- Video: Joaquin Wall.- Música: Matthieu Perpoint, Demián Velazco Rochwerger.- Sonido: Federico Spinelli.- Diseño: Leandro Egido.- Comunicación y Prensa: Cecilia Gamboa.- Asesoramiento estético: Fabiana Barreda, Andrea Saltzman.-
Dónde: ESPACIO CALLEJÓN  Humahuaca 3759 Teléfonos: 4862-1167
Cuándo: Viernes - 22:15 hs - 06/09/2019
Este espectáculo forma parte del evento: Festival Callejón


miércoles, 17 de julio de 2019

LA TRAMPA DEL PARAÍSO PERDIDO



El término paraíso proviene del persa pairi-daéso, que significa “un jardín o huerto cercado por un muro”; en el griego profano denomina aquellos jardines que rodeaban los sepulcros, y en el Génesis, refiere al lugar de felicidad que el hombre ha perdido. Si unimos esto, podríamos pensar al paraíso como un espacio feliz vinculado con el inicio pero también con el final, una denominación de aquella zona a la vez temporal, que albergaría el origen y el destino.
Aquí llegamos para aludir a un lugar ideal, no ubicable en la realidad mundana, que el ser humano estaría anhelando durante la duración de su existencia, y al que desearía regresar.
Paneles plateados, frutas en el suelo y una parcela de una especie de pasto artificial en un rincón, bastan para emular cierta construcción de aquel paraíso bíblico.
Allí, una mujer, apenas cubierta en algunas partes de su cuerpo, como una muñeca robot, cuya estética y movimientos recuerdan a la replicante de Blade Runner. La vemos caminar con movimientos entrecortados, articulados. Hay algo de animal que se conjuga con lo robótico, como si se tratara de un clon extraño que mezclara genes con cibernética.
Se oyen latidos que parecen del corazón de un bebe, también gritos, un sonido ambiente, acuoso, uterino.
La mujer se multiplica, se reproduce, como un caleidoscopio de sí misma, en tres gracias de venus. Las diosas del hechizo, la alegría y la belleza, las encargadas mitológicas de que reine el placer.
Pero aquí el placer sensual de los movimientos de las intérpretes se tensiona con las sacudidas casi vibratorias, que conjugan el tic nervioso con la lentitud. 
Son tres seres vestidos con tiras negras que lucen cierta estética sado, al estilo bondage, con zapatos de taco bien alto donde se juega la inestabilidad a la par de lo deforme, pero teñido de erotismo.
La monstruosidad está presente en una producción donde el trío se equilibra poniendo a Eros y Tánatos en las manos de la danza. La gestualidad señala espacios de arriba y abajo, como si marcaran lugares posibles ¿para estar, para ser, el espacio adónde ir?
A tientas buscan dónde es el lugar, como si la danza recordara esa imposibilidad de regresar al tan añorado origen. Así se ven estas figuras vagando, entre la luz y la sombra, entre el infierno y el paraíso, entre la ficción, la realidad y lo real, en un fade out que las silencia.
Bailando la danza de la vida.
Bailando en la trampa para no caer (en ella).

Qué: La trampa del paraíso perdido
Quién: Intérpretes: Popi Cabrera, Malena Giaquinta, Rhea Volij.- Vestuario: Silvia Zavaglia.- Escenografía: Sandra Iurcovich.- Iluminación: Matías Sendón.- Maquillaje: Silvia Zavaglia.- Música: Patricio Diego Suárez.- Diseño gráfico: El Sike.- Asistencia de dirección y Asistencia general: Rocío Celeste Reyna.- Coreografía y Dirección: Patricio Diego Suárez, Rhea Volij.-  Producción: Carlota Berzal.-  Prensa: Simkin & Franco.- Duración: 48 minutos
Dónde: CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN Corrientes 1543 Teléfonos: 5077-8000 int 8313    Web: http://www.centrocultural.coop
Cuándo: Jueves - 20:30 hs - Hasta el 18/07/2019




lunes, 1 de julio de 2019

LA IRA DE LAS SIRENAS



En un espacio que parece en ruinas  hay dos seres sentades de espaldas en el suelo y en pose, cual majas desnudas. Realizan movimientos lentos con la misma parsimonia como si estuvieran bajo el agua, en un ralentí fílmico o flotando en la inmensidad del espacio. Como si el aire fuera denso, como si tuvieran que atravesar mercurio, generan un mundo paralelo de seducción y destrucción.
Estos seres, similares a personajes subacuáticos, se podrían identificar con unas sirenas si los vinculamos directamente con el título de la obra.
Las sirenas no tienen buena prensa en la mitología. Figuras que engañan a los marineros con su canto para luego arrastrarlos a las profundidades marinas, mitad humanas, mitad pez. E incluso, se lee por ahí que poseían alas que les fueron arrancadas al perder uno de esos concursos divinos del panteón griego.
En el presente post industrial, estas sirenas están llenas de ira. Lo expresan tanto con la actitud corporal como con la gestualidad exagerada del rostro.
Sus movimientos desprenden cierta deformidad que se ve acrecentada entre las sombras sostenidas y las luces titilantes. Danzan su mundo en un ambiente sórdido que podría ser el fondo del océano, un frigorífico o un depósito, donde el verdín mohoso de las paredes multiplica las sombras en paralelismos corporales.
La música acompaña, en un in crescendo, esa especie de estado mental en el que los dos intérpretes sumergen al espectador. Yendo del clima noise, hacia las melodías más suaves que contrastan con la gestualidad extrañada de los cuerpos.
La deformidad corporal aparece también en el juego con el vestuario, donde quitarse la ropa puede emular una transformación, una transmutación, un cambio de naturaleza. Como un rito de pasaje, salirse de una piel para ser otra.
¿Ser sirena iracunda implicaría la rebelión de un ser incomprendido y menospreciado que ahora se alza estirando los límites de su propio espacio vital?
Que la experiencia en el convivio de la escena cierre o sostenga la pregunta.

Qué: La ira de las sirenas
Quién: Autoría y dirección: María Kuhmichel.- Intérpretes: Federice Moreno Vieyra, Matias Rebossio.- Vestuario: Soynanasoy.- Diseño de luces: Omar Possemato.- Música original: Pablo Bursztyn.- Fotografía: Paola Evelina.- Diseño gráfico: Julieta Vela.- Asistencia de dirección: Florencia.- Agradecimientos: Magali del Hoyo, Martín Gil.-


martes, 18 de junio de 2019

POLVAREDAL


Un pequeño grupo de mujeres con vestidos largos, en penumbras, es suficiente para que la imaginación de un público local pueda elucubrar aires de “lo nacional”. La pregunta que surge, entonces, es cómo se construye “lo nacional”.
Estas mujeres, como ánimas criollas en pena rodeadas del humo de algún incendio bárbaro, se mueven entre las sombras esbozando un relato histórico. Así avanza la tradición en procesión y murmullos.
Un hombre sentado frente a un piano en primer término toca canciones que generan una ambientación autóctona, junto a una mujer extranjera que lo acompaña con un chelo.
Empieza la música, continúa la escena, y con ella, la evocación de paisajes nacionales que se van dibujando sobre un imaginario de canciones patrias, actos y manuales argentinos.
España se cuela en el folclore propio y llora su vidalita flamenca. ¿Acaso la historia no se construye entre retazos personales y ajenos?
Pero, ¿de quién es la argentinidad?  ¿Qué sería lo propio? ¿Cómo se construye lo nacional?
Desde la corporalidad, el movimiento crea rondas, giros, una circularidad de mateada, de bailecito, de chacarera. Un aro que se funde con el grito de “aro, aro, aro” previo a la payada. Circularidad espectral que evoca también otras rondas ceremoniales con aire de sacralidad derviche.
Esos cuerpos que danzan en círculo se vuelven imagen fotográfica donde el Martín Fierro y Molina Campos se cruzan y afloran en versión matriarcal, construyendo cuadros de guerreras, luchadoras, gauchas, vencedoras o vencidas. Madres que lloran, amantes bravas, mujeres poderosas.
Una patria herida y sangrante entre Sarmiento y Juana Azurduy.
Una Matria que se abre camino despacio y potente en el presente.

Qué: Polvaredal
Quién: Idea y Dirección: Laura Figueiras, Carla Rímola.- Intérpretes: Bárbara Alonso, Noelia Meilerman, Eugenia M. Roces, Marisa Villar, Natacha Visconti, Paola Yaconis.- Piano: Santiago Torricelli.- Diseño de vestuario: Mariana Seropian.- Diseño de luces: Claudio Del Bianco.- Realización de vestuario: Ester Caselli.- Violoncello: Karmen Rencar.- Música: Santiago Torricelli.- Fotografía: Marie Garcia.- Diseño gráfico: Rocío Bianchi, Mariana Fossatti.- Asistencia artística y Producción: Laura Chidichimo Rinaldi.- Dramaturgista: Eugenia Cadús.- Asistencia de iluminación: Martín Fernández Paponi.-
Dónde: Timbre 4 México 3554   
Cuándo: Sábados de mayo - 22:30 hs - 


miércoles, 12 de junio de 2019

NO ENVEJECEREMOS JUNTOS


En estos tiempos podemos considerar casi una utopía el deseo de envejecer junto a alguien. Quizás para los jóvenes que se encuentran entre la generación millennial y la Z, entre la frustración y la irreverencia (como los caracterizan), no sea siquiera algo a considerar, o más bien no esté el deseo de envejecer con alguien. No sabemos.
Aquí, estos bailarines toman las pistas escénicas en una época donde la danza se expande desde la Generación UNA/movimiento. Crecimiento feliz de jóvenes que danzan y elijen expresarse desde el cuerpo. Otra forma de vivir, sensorial y presente. (Aunque realmente vivir del arte continúe siendo una utopía)
Un grupo de aspecto informal permanece al fondo de la escena mientras los espectadores se acomodan en el espacio.  Esperan atentos pero aparte. La ambientación es actual, de aspecto jovial, vivaz.
Suena música electrónica, para bailar. Un ritmo bien activo que recuerda la noche, la disco, la fiesta.
Improvisando sobre asuntos de la danza, los movimientos se mezclan con los brillos en el vestuario y con esos gestos mínimos donde el acto de mirar ocupa un lugar que subraya también las dinámicas de aquellos espacios nocturnos de baile.
La empatía surge como una forma de espejar el movimiento del otro y así poder construir una corporalidad colectiva que empieza segmentándose en diversas tribus urbanas que confluyen en distintos reagrupamientos.
En esas situaciones de danza conviven el solo y el grupo en simultáneo, como en una improvisación musical. Cada uno es su instrumento y tiene la posibilidad de unirse a la sonoridad corporal del otro.
Se crean variadas configuraciones espaciales en un continuum que produce una tensión entre el agotamiento, el aguante y el cansancio, donde se ponen de relieve la transpiración, la respiración, la agitación, los suspiros, el aparente silencio: toda la fisicalidad de los intérpretes.
En esa dinámica de energías, gestos, formas corporales y espaciales, aparece una especia de estado de trance que surge al superar el cansancio. También asoman preguntas en relación a ese movimiento ininterrumpido que sostiene toda la obra. ¿Hasta dónde resiste un recurso? ¿Cuánto puede un cuerpo? (Algo que dialoga con la obra Coreomanía, contemporánea de esta en su incansabilidad)
El ritmo de los cuerpos en algún momento se detiene, dejando quizás al espectador con repentinas ganas de bailar.

Qué: No envejeceremos juntos
Quién: Intérpretes: Ángeles Piqué, Ignacio García Lizziero, Federico Pérez Gelardi, Lola Caniggia, Cielo González Smith, Paula Cladirola, Paula Blanco, Flor Hart, Brenie Gora. -  Concepto de vestuario: Florencia Mangini. - Diseño gráfico: Julián Augusto Cánepa. - Fotografía: Xavier Martín y Paula González. - DJ & Dirección: Lucas Cánepa. -


domingo, 12 de mayo de 2019

NOTAS PARA LA MONTAÑA


                                      
En la Sala Alberdi del Cultural San Martín, varios objetos son dispuestos en la escena para que Quío Binetti despliegue y transforme pensamientos en mundo. En co-dirección con Gustavo Lesgart, quien suma el saber de su experiencia,  un universo escénico se va creando en una especie de canon que remite a cierta idea de apuntes, de notas para armar y desarmar una idea de montaña.
Allí aparece el movimiento cotidiano, como tarea, donde el cuerpo diseña el espacio a través de la disposición de elementos, de una función precisa con los objetos. Es un cuerpo que relata ocupado en relatar. En esa acción maneja la temporalidad con calma, con pausas, con un tiempo que, en su despliegue, crea el espesor en el que la imaginación se activa.
La escena compone un cuadro de montaña donde se evoca un paisaje frío, quizás un bosque nórdico, distante, lejano, en donde afloran cierta vulnerabilidad y soledad.
Esta imagen se proyecta como una animación cinematográfica, para luego tomar cuerpo en la intérprete, gracias a una iluminación que colabora enormemente a imaginar desde una perspectiva plástica.
Los objetos que intervienen no dejan de tener su carga simbólica generando situaciones de peligro, erotismo y fragilidad.
El cuerpo acciona e interviene en movimiento, es un cuerpo que crea acontecimiento poético, crea teatralidad. En la plasticidad entre su cuerpo y los objetos, parece un animal en celo, un animal herido, un animal en peligro de extinción.
Por otro lado, la forma triangular, que puede asociarse a la cumbre de montaña, está llena de significado en la historia de las construcciones arquitectónicas. Se necesitan tres puntos de apoyo para sostenerse en equilibrio. El número 3, a su vez, simboliza el movimiento continuo y la perfección de lo acabado. En la cultura medieval cristiana es el número perfecto de la Trinidad. 
El diseño de sonido aporta espesor al universo teatral y forma parte del cuadro total. Es una sonoridad que se construye en vivo, entre chasquidos, pisadas, aires de ventilador, movimiento de bolsas, listones sobre el suelo; entre objetos y loops musicales. Entre la grabación y los movimientos de la intérprete, que concentra la atención del espectador, y la dirige. 
Notas para la montaña es una construcción que se destruye y reconstruye a sí misma en la creación de una espesura visual poética.
Una invitación a detener el tiempo en cada composición, mientras la imaginación se aviva.

Qué: Notas para la montaña
Quién: Creación y dirección: Gustavo Lesgart / Quio Binetti.- Intérprete: Quio Binetti.- Música: Diego Vainer.- Escenografía: Mariana Tirantte.- Vestuario: Cecilia Allassia.- Iluminación: Paula Fraga.- Asistencia artística: Lucía García Pullés.- Asistencia de producción: Andrea Vergel.- Fotos: Ariel Feldman.- Texto del programa: Jorge Zuzulich.-
Dónde: Centro Cultural San Martín (sala Alberdi), Sarmiento 1551 piso 6.
Cuándo: Jueves y viernes 20.30. Hasta fines de mayo.
Duración: 50 minutos
Notas para la montaña es una co producción con el Cultural San Martín.

lunes, 29 de abril de 2019

CLAUSTROFONÍA


El nombre que titula esta pieza nos remite a la palabra claustrofobia pero fonía, el sufijo utilizado acá, indica sonido, voz. Esta conjunción inventada nos lleva a otro sentido que podría conjugar el miedo a los espacios cerrados con el sonido, en una especie de encierro sonoro.
Al entrar a la sala se percibe movimiento. Las butacas están dispuestas alrededor de un espacio rectangular donde hay un par de columnas. Todo envuelto en oscuridad. Varios hilos circundan el espacio y dejan al público dentro de esa maraña que construye una especie de red.
Una mujer tirada en el piso permanece quieta. Al levantarse, la silueta dibujada sobre el suelo muestra una forma que emula una escena del crimen. Única mujer cuyo cuerpo vestido de una claridad elegante contrasta frente a la ropa de operario de los hombres.
Suena un instrumento extraño y la danza sucede generando imágenes diversas. A veces una masa humana caótica. Otras son animales o jugadores de rugbi. Cierta rudeza asociada a lo masculino antes de la deconstrucción. Algunos textos brotan como gritos produciendo un desborde auditivo catártico.
Los cuerpos se apoyan, se tocan, se impulsan de maneras diferentes. Danzan en medio de la experimentación sonora. La música proviene del Bajobony[1], un instrumento que es como un mueble y que tocan dos hombres en un extremo de la sala. Sus cuerdas vibran mientras la música y los hilos rodean al espectador y a los intérpretes.

El espacio se vuelve cada vez más pequeño, más complejo, más cargado.
En el grupo que danza, el contraste con la mujer se evidencia pese a los intentos de ella de sumar la misma calidad de movimiento. El vestuario, el pelo largo y suelto, la forma en que los hombres la tocan. Todo marca una diferencia, no sabemos si de roles, de energías, de géneros. Una diferencia que tensiona.
Claustrofonía es una propuesta donde lo sonoro se multiplica en el lugar, atravesado por líneas, salpicado de danzas. Un viaje de sonido y trazos que terminan cerrándose. Una maraña de sensaciones que envuelve al espacio escénico al completo, aunque la podadora avance cortando el enredo.

Qué: Claustrofonía
Quién: Idea: Francisco Casares, Mauro Koliva, Laura Peña Nuñez.-Intérpretes: Lucas Coria, Julián Dubié, Juan Manuel Iglesias, Josefina Imfeld, Carolina Mathias, Paula Zacharías.- Vestuario: Juan Manuel Iglesias.- Diseño de luces: Adrián Cintioli.- Video: Paula Zacharías.- Música original e interpretación en vivo: Francisco Casares, Mauro Koliva.- Dibujos: Mauro Koliva.- Diseño gráfico: Francisco Casares.- Dirección: Laura Peña Nuñez.-
Dónde: El Sábato Espacio Cultural.-  Pres. José Evaristo Uriburu 763
Cuándo: viernes 22 y 29 de marzo a las 21hs


[1] Bajobony es el proyecto sonoro del artista visual Mauro Koliva, cuyo centro es un instrumento de cuerdas electroacústico de grandes proporciones que despliega una sonoridad espesa -entre noise y drone ambient- amplificada y procesada por pedales de efectos. El Bajobony se articula en el espacio como una instalación escultórica capaz de albergar en su interior a una persona.