martes, 29 de noviembre de 2016
sábado, 3 de septiembre de 2016
BAILÁ, VENÍ, VOLÁ
La propuesta combina
elementos del tango, la danza, el teatro y el audiovisual. Recursos que utiliza
para contar una historia de amor frustrado pero intenso en una pareja.
Empieza con un video donde
un hombre atraviesa una ventana para entrar en lo que parece una casa
abandonada. Allí hay un maniquí con un vestido de novia al que el hombre
empieza a coserle una rosa.
La atención salta al
escenario donde vemos un maniquí como parte de la escenografía, luego una
pareja baila tango y el hombre arranca rosas del vestido de la mujer.
Vuelve al video donde el protagonista
da de comer una cuerda al maniquí ¿está loco? Es una posibilidad frente al
abandono de amor sufrido. Esto da pie para que en la escena veamos después a la
pareja interactuando con una soga. Bailan atados mientras se oyen fragmentos de
letras de tango.
Así va transcurriendo la
obra jugando con los tiempos entre la presencia de los bailarines, que remite
al pasado en la historia, y el relato audiovisual que refiere al presente
ficcional.
Una idea muy interesante
donde el desarrollo del argumento y la edición en el video , por momentos, dispersan y quitan un poco de tensión en la escena, más allá de la interpretación del actor, que
se juega en cada situación.
En el escenario, vemos
distintos elementos que tienen suficiente fuerza metafórica para crear poesía entre
esos dos cuerpos que se debaten en el amor, entre la posesión, las ataduras,
los celos y la dificultad para dar libertad, dejar volar al otro sin apresarlo.
La pareja de bailarines
exprime con mucha creatividad los símbolos de la relación, desarrollando bellas
secuencias de danza que tienen potencia poética. Se ve una sólida pareja.
Ellos dialogan y los tiempos
parecen cruzarse en el transcurso mismo de las coreografías, hasta el punto de traspasar
el pasado para arribar a un posible presente.
Qué: Bailá, vení , volá
Quién: Intérpretes: Hugo
Daniel Gómez, Hugo Mastrolorenzo, Agustina Vignau.- Vestuario: GlorIa Bermudez,
MIguel Mancera.- Edición musical: Osky WaVemaster.- Audiovisuales: Javier
Alitto.- Fotografía: MIhoko Sakata.- Asistencia general: Debora Mastrolorenzo.-
Prensa:Laura Castillo.- Producción general: Hugo Mastrolorenzo, Agustina Vignau.-
Coreografía y Dirección: Hugo Mastrolorenzo.- Web:
http://hugomastrolorenzo.wix.com/bailavenivola
Dónde: EL GALPÓN DE GUEVARA Guevara
326 Teléfonos: 4554-9877
Cuándo: Sábado - 19:00 hs - 03/09/2016
Entrada: $ 200,00 -
sábado, 27 de agosto de 2016
ANATOMÍA DE UNA RELACIÓN
"EL blanco es el
cuerpo, la carta geográfica de los puntos débiles", postula la gacetilla
de la obra, en una frase que habla ya de una corporalidad posible.
El vínculo que plantea la
propuesta es de a dos, y el viaje por esa anatomía va a sumergirse en los
músculos, tendones, huesos, de esa relación.
La sala abierta recibe al
público con el protagonista masculino invitando a entrar en el espacio como un ofrecimiento
a espiar en su mundo. Está parado con un hueso de fémur en la mano, nos pide
apagar los celulares y asegura que ella está bien, refiriéndose a la bailarina
por su nombre real, y cruzando las barreras entre la fantasía escénica y la realidad
del mundo exterior.
Hojas secas cubren los
bordes del espacio. Atrás se ve proyectado un paisaje campestre. La silueta de
ella está recortada sobre el campo, iluminada apenas por una luz tenue. Un bloque
de heno le da continuidad al paisaje virtual. El marco para la relación es un
ambiente bucólico.
Al principio se puede
observar claramente que cada uno está en su mundo, en sus percepciones
corporales, sus pequeños e íntimos movimientos. Las expresiones del hombre son sonoras,
la mujer es silenciosa, y es una diferencia en el tono y carácter de cada uno,
que va ir modificándose.
Se produce el encuentro
desde el movimiento en el espacio. Juntos de la mano, observan el paisaje, como
dos caminantes en la vida. Hay danza y simultaneidad, hay juego y expresividad.
En un simple contacto, un
signo apenas, se produce el desencuentro. Las manos que se buscan en tiempos
diferidos y no coinciden.
La danza compartida se parte.
Surgen imágenes cruzadas, desde el movimiento corporal, entre el símbolo del
deseo, de lo prohibido, el sometimiento, el maltrato, los apoyos asfixiantes y
las actitudes maternales. Se rompe la armonía. El daño está hecho.
Todo lo que atraviesa la
mente como fantasía, puede materializarse en la escena. En el fondo, es
ficción. Por eso, uno puede matar al
otro, así como sin querer, como algo que tenía que suceder. Puede destruirlo,
abrazarlo, o cubrirlo de diarios, puede dejarlo abandonado o volver, hablarle,
cantarle, romperle la cabeza.
Pero ojo, es un juego, ella
está bien. Por eso, puede volver a la sonar música, y se puede producir
nuevamente el encuentro, la simultaneidad en el movimiento, la coincidencia.
Juntos y risueños danzan,
observando el recorrido realizado, los paisajes, esa anatomía del vínculo
construido. Porque las relaciones se construyen y también se pueden deconstruir
y reconstruir. Y la escena permite jugar con el tiempo yendo y viniendo entre
los imposibles y los verosímiles. Permite saltos y re comienzos, muertes y
renacimientos. Permite atravesar todo aquello que la vida, por su ser en la
linealidad del tiempo, no nos deja desarmar.
Apoyados, uno sobre el otro,
como dos seres entrelazados que se sostienen, se deslizan hacia el final.
Qué: Anatomía de una
relación
Quién: Coreografía e interpretación:
Jorge Martínez, Gabriela Prado.- Diseño de escenografía: Alicia Leloutre.- Diseño
de luces: Matías Sendón.- Diseño De Sonido: Gustavo Lucero.- Fotografía: Ana
Carolina Naranjo Rojo.- Dibujos: Érica Santamarina.- Asistencia general: Mailen
Briatore, Rodrigo Pedrosa.- Duración: 50 minutos. Web: https://www.facebook.com/anatomiadeunarelacion
Dónde: EL CAMARÍN DE LAS
MUSAS Mario Bravo 960 Reservas:
4862-0655
Cuándo: Domingos 20 hs
(hasta el 28/8). A partir de septiembre: Jueves – 21:30 hs
Entrada: $ 180,00 / $ 130,00
–
COSAS QUE PASAN
“Todo pasa” dicen las
antiguas filosofías y es algo que podemos constatar cotidianamente en la
experiencia. La vida pasa y todo lo que hay en ella. Por eso mismo es bella,
aseguran algunos.
Aquí el título se presenta
casi como un aviso. Cosas que pasan. Anuncio que sirve de disparador para que
uno se pregunte ¿qué cosas pasan? Las situaciones presentadas pasan, los
objetos pasan, las acciones pasan, los sonidos pasan, los cuerpos pasan. Todo pasa frente a los
ojos del espectador. La misma obra pasa. Ambos, intérpretes y público, pasan.
La frase guarda cierta
intención de quitarle peso a las cosas, de no preocuparse porque todo pasa y
esto también pasará.
El pasar indica temporalidad.
El tiempo pasa. Lo que nos remite a la vez a la impermanencia, nada queda, todo
transcurre, se desliza, se va.
En escena las cosas suceden,
los intérpretes muestran todo lo que se les ocurre que pueden hacer con un
objeto tan simple y cotidiano como una silla, sus cuerpos se lanzan, arriesgan,
arremeten, ruedan, equilibran.
Se construyen situaciones
corporales presentando el gesto antes del gesto. Como si lo situaran
desprovisto del contexto que les da sentido, para luego construir el relato en
el que esos cuerpos se ubicaron y poder significarlos.
Ellos manejan objetos con un
dispositivo que los posiciona como performers y técnicos utileros al mismo
tiempo. Narran fragmentos de historias cuyos significados se esfuman entre
sonidos y elementos que cada espectador hilvanará para su entendimiento.
La palabra está presente
deslizándose como un subtítulo cinematográfico, mientras un relato va cambiando
hasta su negación. La palabra se vuelve poética en las imágenes que anhelan “cuando
las raíces de los árboles se hundan en los sueños”. La palabra dicha por seres
humanos que hacen, que modifican su contexto, que lo alteran. Asoma una veta
ecológica en la pregunta sobre qué pasaría “si la naturaleza opinara sobre
nosotros”. Y las ramas muertas son puestas en escena recreando un bosque
ficticio.
Cosas que pasan son las que nos
rodean, las realidades construidas, las ficciones que se viven cada día, las
palabras y los cuerpos.
Algunas propuestas escénicas
nos invitan a pensar, nos dimensionan fragmentos de la vida, momentos de la
mente, ideas fugaces. Luis Biasotto toma la batuta y junto a parte del grupo
Krapp y otros ‘perfobailadores’, inducen a transformarnos bajo los efectos de
la “nube tóxica” y la maquinaria teatral.
Construyen las metáforas
necesarias para seguir con la existencia fugaz.
Qué: Cosas que pasan
Quién: Interpretación y
creación: Luciana Acuña, Luis Biasotto, Gabriel Chwojnik, Gabriela Gobbi,
Agustina Sario, Matthieu Perpoint.- Concepción musical: Gabriel Chwojnik.- Escenografía:
Ariel Vaccaro.- Diseño de iluminación: Matías Sendón.- Asistencia de
iluminación: Sebastián Francia.- Vestuario: Gabriela A. Fernández.- Revisión y
asesoramiento de texto: Mariano Pensotti.- Trailer: Alejo Moguillansky.- Asistencia
general: Paula Russ.- Producción general: Gabriela Gobbi.- Fotos: Néstor Barbitta.-
Producción delegada en Francia: Bureau CoKot / Julie Le Gall & Hanna El
Fakir.- Producción: El Cultural San Martín, "La Villette-Paris -Residences
d'artiste 2015".- Idea y dirección: Luis Biasotto.- Prensa: PINTOS &
GAMBOA
Dónde: CENTRO CULTURAL SAN
MARTIN (sala B), Sarmiento 1551 Reservas 4374-1251/59 (int
boletería 2241) o tuentrada.com
Cúando: Viernes y sábados 22
hs. Hasta el 27 de Agosto inclusive.
sábado, 20 de agosto de 2016
EL LABERINTO DE LA HISTORIA
La danza argentina crece, se
mueve, investiga, y sus resultados son piezas más que interesantes que nos
permiten pensar como sociedad desde el movimiento y su historia danzada.
El laberinto de la historia
abre una puerta hacia nuestro pasado para hacer un recorrido particular. Su
consecuencia es un propuesta dinámica fruto de una investigación parida por dos
coreógrafas y licenciadas de la Universidad Nacional del Arte.
El espacio de Centro de
Experimentación del Teatro Colón, un subsuelo que, salvando las distancias,
recuerda ámbitos off de la ciudad, es afín a la realización de este recorrido que
plantea la propuesta.
Como una visita guiada con
historia y movimiento, se desarrolla esta experimentación danzada, guionada y
aventurera.
Se trata de atravesar en
cuerpo y escucha, un archivo sobre la danza y el movimiento que realiza un recorte
de la historia de la danza clásica, del ballet del teatro Colón y del contexto
histórico. Seguir el laberinto documental de la danza hecho presente en los
bailarines de hoy.
Bailarines cuyos vestuarios,
al inicio de la obra, recuerdan ropas de trabajo. De esta manera podemos
refrescar que ser bailarín, coreógrafo, docente, investigador, en el ámbito de la
danza, es un trabajo como cualquier otro. Y como tal, merecen ser reconocidos
sus derechos.
Acompañados de un relato que
los introduce en el tema, el público es invitado a descubrir este recorrido
histórico con imágenes de archivo, voces en off, que son parte de la historia
del ballet del Colón, y reconstrucciones de fragmentos a partir de relatos
testigos.
La propuesta es lúdica y
didáctica, además de poner de manifiesto cuánto falta caminar en el trayecto de
la investigación de la danza en el país. También da cuenta de qué bellas obras
pueden hacerse tomando la historia como disparador, y las diferentes y
múltiples formas coreográficas que una investigación en danza puede tomar.
Algo fugaz como la danza
queda en la memoria de los cuerpos. Y los bailarines traen al hoy esos
recuerdos, prestándole esqueleto, sangre, articulaciones y músculos, a la
fugacidad.
Por eso, la danza, cuyo
médium es el cuerpo y el movimiento, tiene mucho para decirnos de nosotros, de
nuestro contexto y de la historia que vivimos como individuos y como pueblos.
Ya lo expresa el dicho popular, “una imagen vale más que mil palabras”.
Miremos ese cuerpo que
danza, que es un cuerpo social, y nos veremos.
Qué: El laberinto de la
historia
Quién: Autoría e Idea: Laura
Figueiras, Carla Rímola.- Intérpretes: María Julieta Albornoz, Agustina Annan,
Carla Bugiolachi, Daniel Antonio Corres, Daniel Antonio Corres, Javier Crespo,
Carolina De Vega, Liber Andrés Franco, Javier Antonio Galeano, Juan Salvador
Giménez Farfan, Martín Esteban Gómez Sastre, María Florencia Gómez Vara, Janice
Verónica Iandritsky, Paulo Salvador Jiménez Verón, Florencia Macché, Emilia
Massacesi, Emmanuel Luis Adrián Palavecino, Mauro Podesta, Camila Isabella
Puelma Wright, Anahí Soledad Rios, Gonzalo Tomas Rojas Hoffens, Maria Taglioni,
Lola Vera Tavano, Abril Lis Varela, Magdalena Vázquez Sanjurjo, María Agustina
Videla Di Giácomo.- Vestuario: Paula Molina.- Iluminación: Matías Sendón,
Alfonsina Stivelman.- Música original: Pablo Berenstein.- Fotografía: Mariela
Garcia.- Asistencia coreográfica: Cintia Dattoli.- Asesoramiento histórico y Colaboración
artística: Laura Papa.- Asistente de producción: Ezequiel Barrios, Eugenia
Cordera.- Dirección artística: Roxana Grinstein.- Co-producción: Bienal Arte
Joven Buenos Aires, Una, Cetc.- Dirección: Laura Figueiras.-
domingo, 31 de julio de 2016
CUMBIA DE CÁMARA
"...la embriaguez de la
comunidad en una fiesta, el secreto de la pérdida de la personalidad entre la
multitud, de la unio mystica de la alegría..." H.H. (gacetilla de la obra)
El
título mismo contrapone en sí aquello que es popular y masivo como la cumbia
con una práctica minoritaria como lo es la música de cámara. Esta música refiere
a la composición por un pequeño grupo donde cada uno ejecuta una parte, siempre
en contacto visual y sin director, en un espacio reducido.
Es
una propuesta vinculada a la cumbia realizada por pocos intérpretes, pero sí
cuentan con la mirada directriz de la bailarina y coreógrafa Julia Gómez.
Mientras
el público se acomoda en la sala, los intérpretes están en escena con unos
trajes blancos como si fueran batas para entrar a quirófano. Con ello, dan
cierta imagen aséptica mientras realizan con el cuerpo movimientos entrecortados,
espásticos. Una luz de fondo proyecta sombras y marca las siluetas.
Son cuatro
intérpretes los que construyen, con un ritmo suave y común, una música de
cámara que tomará los ritmos de la cumbia. Pequeña composición sonora visual
marcada por el compás de sus cuerpos y voces.
Al quitarse
los trajes blancos, vemos que llevan ropa vistosa, brillante, fresca. Afín al
ambiente que quieren emular. La música que suena cruza la cumbia con diferentes
distorsiones, y desde allí se suceden las escenas.
Se
pueden ver construidas situaciones diversas. Un momento sensual de pareja, de
seducción, pero siempre manteniendo cierta distancia. Un solo de mujer en
escena, donde la mezcla con otras bases rítmicas tornan más discotequera la atmósfera.
Una escena de banda de cumbia, en la que bailan y tocan, vestidos con unos chalecos
brillantes que los unifican como grupo. O un sutil homenaje a Gilda recitado,
sobre un fondo sonoro que recuerda su tema.
Todas
formas de representar el evento cumbia, como explica su directora, que llegó a
construir esta propuesta luego de una extensa investigación sobre el tema.
El
poder de lo popular que convoca se percibe en esta pequeña pieza de cámara a
través de la potencia sencilla de la cumbia.
Luego
de presentar a los miembros del grupo como si fuera el final de un recital de
una banda, invitan al público a bailar, a tomar parte del impulso latente en la
musicalidad de la cumbia.
Cierra
la obra con esta propuesta abierta de celebración, cuyo final dilatado plantea
al teatro como fiesta popular y acerca la danza a los cuerpos expectantes de la
platea, a compartir físicamente el momento y disfrutar la potencia de la vida.
Qué: Cumbia de cámara
Quién: Autoría y Dirección: Julia
Gómez.- Actuación: Gastón barroso, Juan Salvador Giménez Farfan, Julia Gómez,
Janice Iandritsky.- Diseño de vestuario: Aty De Summa, Micaela Franzel.- Diseño
de luces: Lucas Lavalle.- Video, Fotografía, Diseño gráfico y Producción
general: Lucio Bazzalo.- Música original y Dirección musical: Federico Salgado.-
Asistencia artística: María Gómez.- Asistencia de dirección: Barnardita
Dirazar, Luciana Williman.-
Dónde: EL PORTON DE SANCHEZ Sánchez
de Bustamante 1034 Teléfonos: 4863-2848.- Web: http://www.elportondesanchez.com.ar/
Cuándo: Sábado - 23:00 hs.-
sábado, 30 de julio de 2016
LA CORPORACIÓN
Esta pieza de danza es un bello despliegue de la dupla Cortés/Fontán, jóvenes coreógrafos y bailarines que ya concentraron la atención con su anterior trabajo Los cuerpos.
La pieza presenta, al inicio, una construcción humana que se mueve tenue y acompasada como una respiración. El grupo semeja una célula, o un organismo pluricelular. Todos sus miembros permanecen en contacto, ínfimo pero palpable, se observan, apenas se tocan, se sienten. Una conexión que los lleva a moverse casi al unísono.
La pieza presenta, al inicio, una construcción humana que se mueve tenue y acompasada como una respiración. El grupo semeja una célula, o un organismo pluricelular. Todos sus miembros permanecen en contacto, ínfimo pero palpable, se observan, apenas se tocan, se sienten. Una conexión que los lleva a moverse casi al unísono.
La corporación es una
agrupación de micro organismos humanos, seres vivos que se comunican mediante
sinapsis ocultas de percepción sensible.
Su danza es orgánica y
simple, a la vez que da cuenta de complejos mecanismos de la naturaleza como la
reproducción, la fagocitación, la expulsión de aquello que represente un
peligro potencial para el organismo. Aires de antropofagia soplan en este
núcleo agrupado.
Con una iluminación cuidada
que genera climas de microbiología cinematográfica, la pieza de danza se
desplaza en el espacio oscuro de la sala exhalando su movimiento hacia el
público.
La imantación hacia uno de
ellos, la selección de otro, la retroalimentación, la expansión del grupo o la
implosión, son mecanismos que accionan los momentos de danza. La iniciativa puede
provenir de uno que llega de afuera o del que resulta expulsado, pero el movimiento
es colectivo. Hay tal escucha entre los intérpretes que casi no se percibe
dónde comienza o termina el impulso.
La corporación es una
asociación de personas que funciona como un organismo sistematizado. Estructura
oval que parece ser el punto previo a la formación de otras organizaciones,
como la fundación de Roma (con una leve alusión al mito de la loba que alimenta
a los gemelos Rómulo y Remo) o el nacimiento de la humanidad a través del parto
del primer hombre y la primera mujer.
Una propuesta coreográfica cuyo
ritmo orgánico lleva al público a formar parte del suceso mediante su respiración
acompasada, y disfrutar del contacto como si formara parte de la escena.
Qué: La corporación
Quién: Actuación: Ariel
Calderón, Jazmin Cañete, Victoria Castelvetri, Julieta Ciochi, Lucia Giannoni,
Diego Gómez, Juliana Gonzalez Carreño, Natalia López Godoy, Paz Masi, Rocío
Mercado, Mauro Podesta, Sebastián A Reinoso Salinas, Lucila Sol, Abril Lis
Varela, Emanuel Zaldua.- Diseño de luces: Paula Fraga.- Video: Ignacio García
Lizziero, Federico Perez Gelardi.- Música original: Martin Minervini.- Operación
de luces: Paula Fraga.- Fotografía: IgnacIo Cángelo.- Diseño gráfico: Julia
Moscardini.- Asistencia general: Lucia Giannoni.- Dirección: Ramiro Cortez, Federico Fontan.-
Duración: 50 minutos
Dónde: TIMBRE 4 México 3554 Reservas:
4932-4395 Web: http://www.timbre4.com
Cuándo: Jueves - 22:30 hs - Del 04/08/2016 al 25/08/2016
martes, 19 de julio de 2016
FARRA
El público va entrando en la
sala poco iluminada como si entrara en
un lugar donde hubiera empezado algo antes de su llegada. Una persona escondida
detrás de un objeto se asoma mientras todos se acomodan. Suena una música y él
mira, observa al público que se sienta y luego sale de su escondite en actitud
temerosa. Sin embargo, se trasluce que es en tono de sátira. Todo parece ser
ficción.
Al llegar a otro punto de la
sala, saca a su compañero de escena a bailar y ambos se desplazan. El primero le indica movimientos al segundo que
intenta repetirlos a destiempo. Todo es broma, o lo parece. La atmósfera emana
cierto humor.
Un abrazo se transforma en
lucha, la respiración sonora de la agitación corporal acompaña como una música
rítmica e intensa.
La pieza es una especie de
collage donde distintos momentos componen un todo muy particular, pasando de
uno a otro como por un capricho de la fantasía.
Se habla de la biografía propia
y de la ajena, sin importar si es real o ficticia. Es casi una obviedad que ambos
ámbitos se contaminan entre sí. La vida es parte del espectáculo. La presunta historia
personal hace a la escena. ¿No están acaso, los intérpretes, con toda su
humanidad cuando actúan?
Uno de ellos confiesa que no
se bailaba en la familia y desde su relato abre toda una reflexión acerca del
acto mismo de bailar. Algo social, que también implica cierta exposición, una
forma de festejo, de compartir un estado de alegría con los otros.
Esa situación frenada y
reprimida físicamente mientras se sospechan miles de sensaciones internas, se
pone de manifiesto con una acción potente. Suena una canción cuya letra repite
incansablemente “y qué tal si salimos todos a bailar”, ellos miran al público
en quietud. Es como una invitación pero nada sucede. Una bola de espejos genera
movimiento en la sala, pero nadie se mueve. El público queda aprisionado en su
butaca y es posible sentir esa misma impotencia en los huesos.
Así cada uno de los
intérpretes abre sus fantasías y las vuelve acto teatral. Travestirse, cantar
una canción, llevar el romanticismo de las escenas de películas al extremo
paródico. O que un pulpo haga su danza en las profundidades marinas. El público
queda atrapado en momentos mágicos de la obra.
Se trata de disfrutar como
si pudieran escenificarse los sueños, los imposibles, lo no realizado. Ahí
están, construidos en escena.
La ilusión de la vida en la
realidad de la ficción.
Irse de farra es parte de
eso.
Qué: Farra
Quién: Actuación: Francisco
Benvenuti, Andres Granier.- Diseño de vestuario: Mariela Maffioli.- Diseño de
luces: Fernando Berreta.- Realización de escenografia: Leonardo Ruzzante.-
Fotografía: Ariel Feldman.- Diseño gráfico: Xerquet-Seijos.- Asistencia de
dirección: Tomás Trugman.- Prensa: Eleonora Pascual.- Dirección: Ana Gurbanov,
Virginia Leanza.-
Dónde: EL EXCENTRICO DE LA
18º Lerma 420 Teléfonos: 4772-6092
Cuándo: Sábado - 20:00 hs -
Hasta el 30/07/2016
viernes, 15 de julio de 2016
MUJERES ENAMORADAS
“No estoy interesado en las
cosas que me rodean, sino en el misterio de la llama siempre ardiente, llegando
de ninguna parte, manteniéndose ella misma en sí, frente a cualquier cosa que
alumbre." D. H. Lawrence (Gacetilla
de la obra)
El amor. Estar enamorado. Una
primavera constante en el estómago.
Pablo Rotemberg pone en
escena su imaginario a partir de este sugerente título sumergido en el amor.
La sala cobija al espectador
mientras una voz en off relata en la lengua del amor un texto que comienza tu est comme… (Tú eres como...)
Sombras que se vuelven
cuerpos desnudos, avanzan por un puente lateral. Todo el cuadro es bello. Tiene
un gran sentido pictórico, una construcción de luces y sombras que se mece entre
Goya y Caravaggio. También la belleza del cuerpo masculino desfilando hacia
algún cadalso, con sus siluetas silenciosas pisando la escena.
Los hombres se mueven y en
su danza se mezclan jugadores de rugby y chicas histéricas. Están en una
discoteca o en un vestuario de club. Luchan y se aman. Juegan con el estereotipo
del hombre de publicidad de desodorante, que se levanta de la cama, con su olor
a macho poderoso.
Las escenas desbordan
erotismo y sensualidad. Besos, amor y pasión. Dúos, tríos y cambios de rol. Son
una manada de leonas. Fieras enloquecidas atravesadas por la violencia y el sexo.
La pieza construye una
coreografía de lo porno. Una pornografía homosexual hecha danza. Un
atravesamiento de las sexualidades que desarma juicios o prejuicios, donde la mecanización
de los movimientos del acto sexual no hace más que develarnos la biomecánica
del ser humano a la vez que desnuda toda su animalidad.
Una fila de hombres pegan en
el pecho de otro que resiste la embestida, se la banca, aguanta los golpes con
estoicismo. Hay algo de la ridiculez de aquella forma de masculinidad que
habría que alcanzar a fuerza de golpes. También se cruzan aspectos del mundo
sado masoquista, saltando del puñetazo al beso embravecido, como si hurgara en
lo más primitivo del ser humano.
Giros de lo pornográfico a
la violencia, del amor a la agresión. De la mecánica a la animalidad. Y en esos
extremos llenos de potencia, la belleza del cuerpo humano se expresa en toda su
plenitud, liberando grandes dosis de energía, sometida a siglos de sexualidad
contenida.
En esa especie de ridiculización
de lo genital, la vista se sobre excita, llega al éxtasis y lo sobrepasa. El
cuadro viviente se convierte en una orgía de faunos que nuevamente pasan de los
besos a los golpes. O de la fiesta erótica a la ronda infantil, sin solución de
continuidad. Y que acentúa este carácter
travieso, entre niño y criminal, que anida en cada uno de ellos.
Como una danza de la era
post porno, estos cuerpos que interpelan con furia la conciencia del
espectador, sacuden los cimientos sobre los que se apoya la falsa moral de la
culpa cristiana.
Bailar es estar enamorado.
Porque el cuerpo es una
fiesta.
Qué: Mujeres enamoradas
Quién: Intérpretes:
Pablo Castronovo, Ramiro Cortez, Javier Crespo, Eddy García, Leonardo Gatto,
Ivan Haidar, Gaston Osiris, Emmanuel Palavecino, Mauro Podesta, Sebastian
Villacorta.- Espacio escénico y Objetos: Mirella Hoijman.- Diseño de vestuario:
Paula Bianchini.- Diseño de luces: Fernando Berreta.- Edición musical: Franco
Calluso.- Fotografía: Paola Evelina Gallarato.- Diseño gráfico: Yanina García.-
Asistencia de dirección: Milva Leonardi.- Producción ejecutiva: Brenda Lucía
Carlini.- Dirección: Pablo Rotemberg.-
Web: http://www.vimeo.com/pablorotemberg Duración:
90 minutos
lunes, 20 de junio de 2016
CAIPIRINHA
Luego de esperar unos minutos en la antesala, el público
se acomoda en un espacio sin privilegios aparentes. Hay butacas a ambos lados
del espacio escénico y muchos limones desparramados por ahí.
La acomodadora es parte de la pieza e interpela con su presencia sobre aquello
que forma parte o no del espectáculo, o en qué momento empieza una obra.
Cuando convencionalmente da inicio, descubrimos que las bailarinas
están ubicadas entre el público. De alguna manera, todos somos parte de la escena.
Hay una danza absurda, un encuentro entre dos intérpretes
que se desplazan y se vinculan desde un lugar invertido, modificando la perspectiva de la verticalidad y el desplazamiento habitual. Cada movimiento
se produce desde allí hasta que un cambio de dinámica las corre. Entonces una bailarina estilo clásico español aparece en escena
moviéndose como si estuviera saludando o a punto de iniciar una danza que no
inicia, jugando con las expectativas de los observadores. Avanza la acomodadora y realiza movimientos de espaldas a parte del
público (lo destina a un sector), marcando adrede diferencias en las ubicaciones. Todo parece estar dirigido a despejar dudas o a meter el dedo en la llaga acerca de lo adecuado o no en una obra de danza.
La ruptura sorprende con tres intérpretes que se lanzan limones e incitan al
espectador a participar. Batalla campal de limones mientras la bailarina
española danza su solo muy estirada y sonriente. Los limones vuelan y son
atrapados en canastas. Pausa. Nuevamente sorpresa. En una mesa con los ingredientes necesarios
para preparar caipirinha, cada una se hace un trago mientras danza al unísono
en una coreografía de barman. Al retirarse con sus tragos, una voz en off
invita al público a imitarlas y servirse, a la vez que acentúa la situación de
estar a solas, sin que nadie los espíe. La gente se acerca y se sirve, ríe, comenta,
bebe y se sienta.
En ese momento, la voz en off le habla al público
contándole cosas que sabe del mismo. El espectador se asombra porque puede sentirse
identificado. Siente que está presente en el relato como si formara parte importante de la obra. El espectador quiere ser protagonista de la función. Se genera un ambiente
risueño y distendido.
Ellas vuelven y bailan reproduciendo
movimientos que pueden resultar reconocibles para algunos. Son pasos que
pertenecen a distintos estilos de danza. Como si fuera una coreografía pastiche
de la danza con elementos de clásico, jazz, tango, folclore, flamenco, árabe,
cumbia, zumba, etc.
La propuesta está orientada al espectador, a sus deseos
ocultos, a sus proyecciones, a su estado de expectación. Y es un acto de
confesión sin pretensiones, que pone en escena abiertamente todo aquello que se
supone que espera el público de una obra de danza.
Una canción final nos habla de no estar aburrido mientras
repite ad infinitum esa frase sobre el aburrimiento para dar cierre a esta pieza
posmoderna y fresca. Puesta que logra integrar los componentes que mezcla, como
en un trago, en un todo abierto, delicioso y personal.
Qué: Caipirinha
Quién: Interpretación: Ana Inés García, Milva Leonardi,
Caterina Mora, Quillen Mut Cantero.- Iluminación: Agnese Lozupone.- Diseño
gráfico: Ignacio García Lizziero.- Asesoramiento de vestuario: Josefina Lopez,
Lucila Medjurechan.- Asesoramiento artístico: Luis Biasotto.- Creatividad:
Victoria Castelvetri, Ana Inés García, Milva Leonardi, Caterina Mora, Quillen
Mut Cantero.- Dirección: Victoria Castelvetri.-
Duración: 50 minutos
Dónde: CENTRO CULTURAL RECTOR RICARDO ROJAS UNIVERSIDAD
DE BUENOS AIRES Av. Corrientes 2038 Teléfonos: 4954-5521 / 4954-5523
Cuándo: Sábado - 21:00 hs - Del 04/06/2016 al 30/07/2016
Entrada: $ 60,00 –
sábado, 18 de junio de 2016
MENEA PARA MÍ
Diarios en el piso por todos
lados y ropa colgada del techo, recrean el ambiente con la onda de la villa, en
la sala donde se acomoda el público. En ese paisaje y a ritmo de cumbia, un
personaje suelta un texto mientras lo acompañan con toques los demás
intérpretes.
Son jóvenes vestidos con
ropa deportiva de una manera que puede reconocerse y vincularse a los barrios
más pobres de la ciudad. Entre ellos arman un gran beat box humano grupal. Cantan
una cumbia y bailan al estilo de las murgas barriales.
En esa danza van cayendo de
a uno, como una premonición de las proyecciones de sus vidas en una realidad
marginal y desolada, donde parece no haber salida.
El grupo funciona como una hinchada
de fútbol, con emociones muy intensas, y un espíritu de mucha hermandad.
Todo lo que uno sabe o
imagina de los sectores más carenciados, aparece en escena. Desde las infancias
de abuso y maltrato hasta las historias de drogas, alcoholismo, prostitución y
robo. Aquellas únicas vías posibles de evasión de esa realidad que no les deja
espacio para nada más que estar al margen de esta sociedad individualista y
atomizada.
Desde la dramaturgia, la
obra tiene algunos monólogos y diálogos breves que llevan el hilo conductor del
relato: la historia de amor entre dos pibes del barrio. Sin embargo, son las escenas
grupales las que construyen la atmósfera que se nombra desde la puesta escénica.
El sentido está desarrollado
a través de las vivencias del grupo. Ellos están todo el tiempo presentes en la
escena como una masa de movimiento permanente, creando situaciones de quilombos,
griteríos, bailes y peleas, sobre las que se apoya una fuerte amistad.
Detrás suena la cumbia
villera desplegando la simple la idea de que es la música de los pobres. Se
oyen sus letras y aparece representado el universo que los identifica. Si bien
no es una música patentada por este ámbito, sí se han apropiado de cierta
sencillez musical para volcar expresivamente el universo en el que viven.
En la propuesta, el
cuestionamiento sobre los mecanismos de opresión que llevan a esa desigualdad miserable
no es explícitamente claro. Se ve la representación de su realidad, una
denuncia sobre su soledad, abandono y marginalidad. Una condición de vida que
los empuja a robar como única salida y a drogarse para evadirse, con las drogas
más baratas, donde el gatillo fácil de la policía devela la impunidad del que
tiene y el desamparo del que no. La opresión está en la forma.
Con una franca
representación de ese mundo, la propuesta plantea como alternativa posible al amor
y, si bien está focalizado en la pareja protagonista, el sentimiento trasciende
lo individual.
Amar es ser solidario, es igualdad
de oportunidades, es justicia social.
Amar es dignidad.
Amar es salir de lo propio a
compartir la realidad.
Qué: Menea para mí
Quién: Autoría, Coreografía
y Dirección: Mariana Bustinza.- Actuación: Ezequiel Baquero, Vanina Cavallito,
Luciano Crispi, Ornella Fazio, Mercedes Hazaña, Catalina Jure, German Matias,
Micaela Quintano, Victoria Raposo, Florencia Rebecchi, Victoria Schwint.- Escenografía:
Agustin Leonardo Addesso.- Iluminación: Adrián Cintioli.- Dirección musical y
Música original: Facundo Salas.- Operación de luces: Cristian Domini.- Diseño
gráfico: Pablo Rusconi.- Asistencia de dirección: Angela Rodríguez Ayala.-
Producción: Flavio Milosi.- Prensa: Simkin & Franco.-
Dónde: EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3378 Teléfonos: 4862-7400
Cuándo: Viernes - 21:00 hs
Entrada: $ 150, 00 / $ 120, 00 -
miércoles, 8 de junio de 2016
FURTIVO
La sala oscura está apenas
bañada de una luz azul. La atmósfera se cubre de humo. Dos parejas se
entrecruzan en la bruma onírica, se perciben, se dejan afectar por el espacio,
por el clima, se mueven.
El ritmo es lento al
principio, sostenido. Progresivamente los bailarines entran en una danza que
luego casi no se detiene hasta el final. En el ‘in crescendo’ coreográfico,
podemos observar un despliegue técnico de movimiento limpio, danza
contemporánea clara, precisa, marcada. A la vez, el trabajo tiene aire, no se
presenta de manera mecánica.
En ese ir y venir se
producen intercambios de dúos. Las parejas se encuentran, acercan y alejan. Se
enfrentan, están por desnudarse y no lo hacen. Todo el tiempo se insinúa algo
que pasa o va a suceder, una tensión que tira de la mirada expectante y que
luego se desenvuelve en un movimiento fluido.
La propuesta tiene una buena
iluminación, que participa de la dinámica de los dúos. Hay un diseño que proyecta cuatro haces de luz
cuya geometría parece demarcar los espacios de cada uno. Juega con los intérpretes
que entran y salen de la claridad en el transcurso de la coreografía.
La música electrónica
acompaña el tono emotivo al crear atmósferas desoladoras. En sus detenciones, se
oye la respiración del cansancio, como una pausa humana. Agotamiento de los
cuerpos y de las emociones que se cruzan. Soledades, búsquedas, intercambios
vacíos, confusiones, tristezas, desencuentros, amor.
Los intérpretes se cruzan y
cambian, se anhelan y atrapan, se rehúyen y se vuelven a unir. Vacíos y solos
parecen perseguir algo, pero ¿qué es lo que añoran?
Muchas posibles
vinculaciones podrá hacer el espectador que participa, desde la empatía del
movimiento, de esos saltos, caídas, atrapadas, giros y desplomes de los bailarines que le ponen
el cuerpo a los avatares del amor.
Qué: Furtivos
Quién: Cía. David Señoran.- Interpretación:
Patricia Ferraro, Rodrigo Jesús Colomba, Inés Silvestre, Joaquín Toloza, Gastón
Gatti.- Equipo Creativo: Mariano Cañas.- Diseño de vestuario: Mariela Iturregui.-
Fotografía y Diseño Gráfico: Adrián Arellano.- Diseño de Iluminación: David
Seiras.- Asistencia coreográfica: Oscar Farias.- Dirección General: David
Señoran.-
Dónde: LA FABRICA espacio de
arte - Acevedo 768 (entre Aguirre y Loyola)
Cuándo: Sábados 21 hs Mayo /
Junio
Entrada general $150 /Desc.
Est. y Jub.
jueves, 2 de junio de 2016
CUATRO NOCHES…Y EL MIEDO A ESTAR SOLO
Pasada la medianoche se abre
el telón de esta propuesta en el acogedor espacio de Hasta Trilce. Nos reciben
en escena unas mujeres en camisón que inmediatamente se ponen a bailar al
compás de un tango cantado por una voz femenina.
Para que uno no se acomode
en su butaca, al terminar el tema que suena, aparece un hombre/mujer
enmascarado con actitud algo pérfida que es adorado/a por esta especie de
séquito de féminas. Este personaje que asombra, ¿es un alter ego colectivo? Un ser oculto que despliega masculina feminidad y podría encarnar una especie de hermafroditismo milonguero.
Luego hace su entrada en escena un varón, vestido como tal, que se dedica a bailar alternadamente con tres de las mujeres.
Ellas bailan con él como si fueran tres aspectos de una misma. Cada una se pone
un saco similar con tonos diferentes y se mueve desde una energía distinta. Son
como tres gracias de venus, se suceden en sus coreografías enviadas por el ser
enmascarado.
Llegados aquí, se produce un
corte que en principio sorprende, pero que luego termina siendo habitual en la
dinámica de esta curiosa propuesta.
Bajo el escenario, y por un lateral, hace su aparición una mujer que se presenta como hada madrina del amor y que interpela directamente al espectador como si fuera un stand up. Monologa constantemente mientras problematiza sobre el amor.
Bajo el escenario, y por un lateral, hace su aparición una mujer que se presenta como hada madrina del amor y que interpela directamente al espectador como si fuera un stand up. Monologa constantemente mientras problematiza sobre el amor.
Disfrazada como un personaje
de cuento infantil, este hada madrina da un toque bizarro al espectáculo.
Va a desarrollar un recorrido peculiar que la plantea como un personaje central, por no
decir protagónico. En este sentido extraña que haga su aparición en ese
momento.
Desde que entra en escena,
parece como si todos los cuadros que se suceden fueran una proyección de los
conflictos que ella plantea. Al principio crea un juego con un hombre y una
mujer que se convierte en una danza erótica bastante subida de tono y que
finaliza con ella como partícipe de un trío sexual muy explícito.
Esto es interrumpido por un hombre
que aparece con un reclamo hacia el otro, lo que da pie a una escena de dudas y
confusión entre ambos que también va a terminar con una escena erótica muy
fuerte en su contenido sexual, y muy jugada escénicamente.
La música que acompaña este
universo es tan amplia en sus géneros, que abarca ópera, cumbia, rock, tango. Todo
vale para hacer de fondo a la problemática tanguera planteada.
Un show en medio de la
propuesta vuelve a romper cualquier línea argumental que el espectador pudiera
crearse en la cabeza. Se trata de una competencia al estilo de programa
televisivo, en donde se van a discutir las diferencias entre el tango escenario
y el tango salón. Son invitadas dos mujeres bailarinas, una de ellas de gran
parecido a Mora Godoy.
La parodia es genial y pone
en evidencia mucho chusmerío barato
respecto al mundillo del tango. “Cultura
es competencia” dicen, a la vez que se denuncian los negociados que se hacen
con el arte y la cultura, así como las creaciones “for export” dentro del
propio ambiente del tango, preguntándose también qué es lo más importante en
este estilo de baile.
Si tratamos de reconstruir
alguna trama posible, vemos que lo que hila las escenas es el conflicto
amoroso. Cuestión que daría sus razones al título, donde el miedo a la soledad y
la búsqueda de amor están presentes como situaciones que anidan en el corazón
del tanguero.
González Cano aborda de una manera
jugada y muy particular, todos los miedos, fantasías e imaginarios que le
surgen en relación al tango. Y en ese sentido, es admirable.
Qué: Cuatro noches…y el
miedo de estar solo
Quién: Compañía Tempotango: Idea,
Dramaturgia y Dirección: Ignacio Gonzalez Cano.- Actuación: Johana Aranda, Nicolás Minoliti,
Jonathan Spitel, Inés Zunino.- Intérpretes: Rodrigo Calvete, Fernando Carrasco,
Pamela Colaneri, Natalia De Assuncao Correia, Leonel di Cocco, Juan Manuel
Firmani, Jimena Hoeffner, Nuria Hortiguera, Romina Miguel, Nicolás Minoliti,
Leonardo Pankow, Florencia Segura, Micaela Spina, Jonathan Spitel.- Vestuario:
Nélida Bellomo.- Iluminación: Sergio Iriarte.- Edición musical: Marcelo
Lupis.- Sonido: Maximiliano Martinez.-
Asistencia de dirección: Soledad Fernández, Juan Manuel Firmani.- Arreglos
musicales: Marcelo Lupis.- Producción: Alejandro Negri, Diego Restivo.-
Coreografía: Soledad Fernández, Juan Manuel Firmani, Ignacio Gonzalez Cano.-
Dónde: TEATRO HASTA
TRILCE Maza 177 Teléfonos: 4862-1758 http://www.hastatrilce.com.ar
Cuándo: Sábado - 00:30 hs
Duración: 80 minutos
Entrada: $ 150,00 –
sábado, 28 de mayo de 2016
TINTORERÍA TOKIO
La pieza que dirige Magy
Ganiko con su compañía es una propuesta migrante. Siempre en movimiento, se
desplaza dejando sus rastros por distintos espacios que la reciben en puntos
dispersos de la ciudad.
Esta vez le ha tocado un
lugar muy inhóspito. El monumento a la mujer originaria en el espacio de la ex
ESMA. Un galpón frío con un trasfondo tétrico donde el grupo intenta da calor
con la danza de sus cuerpos.
La gente se va acomodando
mientras recorre con la mirada las cosas acumuladas en el lugar. Esculturas,
fotografías, hierros, sillas, objetos desparramados. Un camino de llaves ocupa
el centro de la escena y es allí donde se concentra la atención.
Utilizando las propiedades
espaciales, los intérpretes asoman desde una baranda del piso de arriba y nos
gritan su moción. Empieza el recorrido de esta puesta nada convencional donde
los cuerpos se entrelazan, amalgaman y distancian. Pedazos de muñecos los
entretejen como partes perdidas de ellos mismos.
Hay un montículo de ropa,
hace frío, se oyen aviones a lo lejos. Se recrea una atmósfera sórdida que
sostiene al espectador casi contra su deseo.
Los intérpretes danzan,
hablan, se encuentran y desencuentran. Pisan la tierra alegremente, se mojan, asedian
a uno de ellos. En ese devenir se violentan hasta la tortura, que no podría ser
más presente en este espacio oscuro plagado de gritos en sus muros. La danza
butoh trae las ausencias.
La obra es tremenda en este
espacio tan difícil y cruel. Pero lo mejor que se puede hacer frente al odio de
estos crímenes es plantar la potencia creadora del arte y de la vida.
Toda la fuerza del amor que
anida en una danza compartida cayó sobre ese galpón frívolo esa noche.
Qué: Tintorería Tokio
Quién: Interpretación: Lucas
Maíz, Sol Giberti, Laura Colagreco, Igor Numa, Alveré Di Pilato, Alex Ferrario,
Loli Abbiatici, Maggi Persíncola, Giorgio Zamboni, Luciana Lescano, Félix
Torre.- Dirección: Magy Ganiko
jueves, 26 de mayo de 2016
LOBO TE AMO (UNA FICCIÓN MUERTA)
Ambientada en penumbras, con
troncos y cestos de mimbre agrupados en distintos rincones, inicia esta
“ficción muerta”. Manzanas desparramadas por todas partes se ofrecen como una
tentación, una prohibición, un deseo.
Ya en la sala, se oyen pasos
grabados, parece que alguien se acerca. Entra ella en escena. Es como una
muñeca, linda y artificial. Recorre el espacio al compás de los pasos,
siguiendo esa rítmica de metrónomo.
La muñequita camina entre
infantil y macabra, mirando a su alrededor hasta que aparece él. Vestido como
un leñador, entre pelos y pieles que lo acercan a un imaginario lobezno.
Una frase deja ver parte del
asunto: “Nada de lo que estoy diciendo es verdad. Revelaré los hechos más
adelante, cuando estemos solos”. ¿A quién se le dice esto? ¿El autor al
espectador, un personaje a otro? Preguntas que surgen en el bosque.
En la misma tónica se pueden
escuchar textos que se dicen en simultáneo, como una canción, como un juego. Pero,
¿quién le habla a quién?
Ella se dirige a él en una
especie de japonés y le da indicaciones. Es un poco autoritaria aunque sus
órdenes parecen formar parte de una travesura perversa. Entre ambos hay un
interesante contrapunto en tensión, entre el ritmo musical intenso y sus
movimientos que son lentos. El permanece quieto y ella lo rodea y lo observa.
Siguen una trama extraña
pero que da idea de ser familiar para ellos. Un juego repetido donde realizan movimientos
pélvicos como si se tratara de un acto sexual frenético. Uno al lado del otro,
los rostros se transforman. Se oye música clásica. La atmósfera se densifica
como si una bruma cubriera los árboles de la noche.
Apagón. En la total oscuridad
se empiezan a oír frases hechas. “¡Oh por dios! ¡Santo cielos! No puedo
creerlo, ¿esto es real?”. Empezó la ficción dentro de la ficción, la
exageración, el melodrama.
Ella rubia malévola, él
salvaje y elástico; su dinámica de movimiento quiebra la escena. Hay mucha expresividad
en los rostros que mutan y se ven raros hasta llegar al extrañamiento.
Algo del orden de lo siniestro
emerge. Desconocido y familiar al mismo tiempo. Los personajes conjugan, en una especie de fechoría
inocente, el daño, el placer y el dolor.
Como un rapto de locura y
asesinato, ella lo mata y se va con las cestas de la compra. El ambiente es terrorífico.
Muy intensos los intérpretes.
La muñeca ve finalizado su
juego.
Caperucita se come al lobo,
al leñador, al bosque entero.
Y se va.
Qué: Lobo te amo
Quién: Intérpretes: Daniela
Cámpora, Gastón Exequiel Sánchez.- Iluminación: Sebastián Francia.- Edición de
sonido: Gastón Exequiel Sánchez.- Música: Ferdinand Fischer, Gustav Mahler,
Camille Saint- Saëns, Antonio Vivaldi.- Fotografía: Federico Perez Gelardi,
Lila Dagna Woszezenczuk.- Diseño gráfico: Gastón Exequiel Sánchez, María Laura
Valentini.- Asistencia de dirección: Noelia Meilerman.- Colaboración artística:
Federico Juan Rubi.- Dirección: Ayelén Clavin, Gastón Exequiel Sánchez.-
Duración: 55 minutos
Dónde: ESPACIO CALLEJÓN Humahuaca
3759 Teléfonos: 4862-1167
Web: https://www.facebook.com/pages/espacio-callej%c3%b3n/608409215915095
Entrada: $ 150,00 / $ 120,00
–
Cuándo: Domingo - 20:00 hs –
Hasta 29/05/2016